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Familia porteña pierde todo en incendio

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Las primeras horas después del incendio que consumió dos habitaciones, sirvieron para que toda la familia olvidara sus conflictos.

Veracruz, Ver.- (AVC) La instalación de luz que aprobó la Comisión Federal de Electricidad causó que los recuerdos de infancia de la familia Rodríguez Montes de Oca quedaran entre cenizas y agua.

Los cables libres entre las bardas y paredes del patio ubicado en pleno Centro Histórico de Veracruz, se exhiben como la ropa lavada tendida la mañana de este jueves.

“Estaba peor, se han cambiado cables, pero hay que ver si se pone algo más elaborado porque los cables como tú ves atraviesan todo el patio, están pelones, muy mal. Cada quien tiene su mufa, su instalación y pagan su recibo, a cada rato vienen de comisión”, exclamó Luis Daniel Rodríguez Montes de Oca.

Las visitas frecuentes de trabajadores de CFE solo han servido para corroborar el pago del servicio o ligeras anomalías que se reportan a los teléfonos de atención a clientes.

Cables azules, blancos, amarillos, como un arcoíris penden de la barda ahumada que permite el único acceso a 17 viviendas ubicadas en el patio de la calle Esteban Morales, entre Nicolás Bravo y Miguel Hidalgo.

Las primeras horas después del incendio que consumió dos habitaciones, sirvieron para que toda la familia Rodríguez Montes de Oca olvidara los conflictos personales y se solidarizara con los abuelos mayores a 70 años.

“Nosotros somos cinco hermanos y vamos a dar todo lo que podamos tener para apoyarlos, pero si nos pudieran ayudar sería excelente porque se perdió todo. Aquí nacimos, aquí crecimos y ahora ver esto así es muy lamentable para los hermanos”, contó Daniel Rodríguez.

El incendio inició pasadas las once de la noche y ya avanzada la madrugada pudo ser controlado por elementos de Protección Civil y Bomberos del puerto de Veracruz.

Sólo contar con un acceso para entrar y salir, complicó que la abuela hipertensa descendiera del segundo piso. La silla de ruedas que la mueve dentro del hogar quedó calcinada por completo. El temor de morir quemados orilló al abuelo con diabetes para saltar dos pisos y buscar ayuda, mientras la abuela esperaba en el tercer cuarto.

El miedo a morir quedamos compensó las quemaduras en el brazo del abuelo que hoy se recupera en casa de una hija.

“Gracia a Dios se controló, porque se estaba pasando para el tercer cuarto, donde estaba mi mamá y ahí se apagó todo. Mis hermanas fueron las que marcaron a los bomberos y al 066, ellas dicen que tardaron mucho, no sé bien cuánto pero tardaron en llegar”, anexó.