- Sociedad
Ciudades no están hechas para mujeres, ancianos y niños
Xalapa, Ver.- (AVC) Las ciudades no están hechas para las personas que "no producen", pues únicamente se hicieron en función de los hombres que salen a trabajar y no de las mujeres, las personas ancianas o de menores, por lo que se necesitan cambios en las políticas de la planeación urbana, expresó la académica española Rosa María Tello Robirá.
Al acudir a la Universidad Veracruzana a impartir una conferencia denominada "el espacio tiene género y el género tiene espacio", parte del seminario del mismo nombre, reconoció que las mujeres se mueven más bien en espacios invisibles, pues no se les contempla como personas que puedan usar las calles.
En esta misma situación se ve a niños y niñas, para quienes los espacios sólo son confinados a parques y escuelas, pero no a las aceras o los tramos de circulación en las calles.
En el caso de las personas ancianas o discapacitadas, también insistió en que están excluidas de los espacios públicos, ya que ni siquiera los semáforos fueron pensados con el tiempo suficiente para permitirles cruzar una calle.
Dijo que es evidente para la academia que las ciudades cuentan con espacios para ir desde casa a los centros de trabajo, que resultan ser espacios para que los hombres puedan circular por las avenidas, pero no para que las mujeres puedan hacerlo con tranquilidad.
Agregó además que a las mujeres no se les ve como entes capaces de circular de esta manera y que más bien se les permite sólo “transitar” de casa al mercado y a ciertas áreas para cumplir con las obligaciones que se les imponen por el género.
Ante esta situación insistió en la necesidad de cambiar este tipo de formas de ver la arquitectura de las ciudades, sólo imponiendo espacios públicos para los hombres y los espacios privados para las mujeres, pues además se está dejando fuera a otros grandes grupos de la población.
Como parte de esta exclusión, dijo, se encuentran también las personas con discapacidad, las personas de la tercera edad, a quienes no sólo se les ponen barreras para que puedan transitar, sino además se les deja fuera de la concepción de la vía pública, pues no hay espacios libres de obstáculos, ni sitios donde puedan descansar después de recorrer varias cuadras.