Xalapa, Ver.- (AVC) Las escalinatas de la catedral metropolitana fueron coloreadas con verde y amarillo, y dibujadas con siluetas de mujeres tejedoras de palmas, provenientes de Tehuacán, Puebla.

Con rapidez tejen el velillo y la palma para darle la forma de una espiga de trigo, mientras que los católicos pasan a sus lados con el propósito de llegar a tiempo a la misa del medio día, que oficiará el arzobispo, Hipólito Reyes Larios.

Los feligreses se detienen a preguntar los precios, que varían de entré 20 y 30 pesos.

"No se puede vender más caro, si no, no las compran y no las podemos guardar (palmas) hay que sacarlas hoy", dijo Catalina Sánchez Ramos, vendedora de palmas.

Es el domingo de Ramos en la capital del estado, con un día soleado que apetece salir de paseo, mientras que a la distancia se mira a un Cofre de Perote pintado de color blanco, tras la granizada registrada el sábado.

El domingo de Ramos es día de fe para los católicos, que conmemora la llegada de Jesús a Jerusalén, cuando fue aclamado como rey, y reconocido como el mesías.

Otra vendedora, Teresa Lagunes explicó que vienen contentos a esta ciudad a poder acomodar sus productos entre los católicos, sin embargo año con año es lo mismo, el regateo se hace presente.

“Nosotros tenemos que caminar mucho para ir a cortar la palma, esperamos meses para que se sequé y darle su tratamiento como debe de ser, y la gente aquí no quiere pagar bien, siempre nos hacen lo mismo”, se quejó.

De acuerdo con una de las religiosas de la catedral metropolitana, el uso de las palmas significa entre los católicos dar la bienvenida a un rey, pero el domingo de Ramos es también el inicio de la Semana Santa, que finalizará con el domingo de resurrección para dar inicio a la Pascua con duración de 50 días.

En tanto que en el comunicado emitido por la dirección de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa refiere “con la celebración del domingo de ramos nos introducimos en la Semana más importante del año litúrgico, nos acercamos al tiempo de Dios, su proyecto salvífico que nos ha traído la salvación. Dios desea entrar también en nuestra vida para gobernar nuestro corazón y hacer de nuestra vida una morada de Dios”.