Xalapa, Ver.- (AVC) La ley de Agua que se discute en la Cámara de Diputados ve al vital líquido con un fin comercial y no como un derecho humano, por ello pretende ceder la operación e infraestructura a las empresas privadas, coincidieron en señalar activistas en el marco del II Coloquio “Agua para Todos y todas siempre”.

La investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Luisa Paré Oullet, advirtió que la política económica actual es el extractivismo y la entrega de los recursos naturales hacia las grandes empresas transnacionales, donde el agua se vuelve una mercancía para uso de grandes proyectos que requieren agua, como la minería, o la producción a la energía eléctrica.

“El agua es un bien común y un derecho humano, no se puede lucrar con este bien, ni cederla a empresas ni privatizar los organismos operadores del agua, cuando en otros países ya están remunicipalizando por el fracaso que representa y la violación al derecho humano del agua”, advirtió.

A su consideración es necesaria una reinversión de las utilidades de los organismos operadores de agua municipal para ser eficientes, y no solamente en la infraestructura, sino en las cuencas que abastecen de agua.

Señaló que la ley promovida por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) prevé grandes trasvases de cuenca -pasar agua de una cuenca a otra, para uso urbano-, sin tomar en consideración a las comunidades, ni la eficiencia de los sistemas de agua en las ciudades.

“Vemos que en las ciudades el nivel de eficiencia de la gestión del agua no pasa del 60 por ciento, hay una gestión deficiente, y este tema no está incluido en la nueva Ley, para que se quiere trasvasar agua, si se puede ser eficiente, es un pretexto para hacer las grandes obras”, cuestionó.

La investigadora criticó que la nueva ley prevé la generación de grandes infraestructuras para beneficiar a constructoras y al sector empresarial, sin analizar su uso y necesidad real.

En su opinión el agua no puede ser tratada como un recurso material, sino como un bien común, y al ceder a empresas privada la operación, estas van a querer lucrar con el agua.

“La empresa privada si invierte va a querer tener ganancias de los que invierte, no se puede darle un manejo total a la iniciativa privada”, dijo,

Finalmente advirtió que la nueva Ley de Agua no visualiza el agua como un patrimonio, sino como una forma de obtener negocios.