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Para llorar las carreteras en el estado de Veracruz

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En la zona centro-norte los tramos Atzalan-Tlapacoyan-Nautla y Costa Esmeralda-Cardel son los más deteriorados

Martínez de la Torre, Ver.- (AVC) La pésima calidad con la que han sido construidas, los eventuales arreglos que reciben y el paso constante de fenómenos climatológicos son factores que hacen que, hoy, la mayoría de las carreteras federales y los ramales estatales de la zona centro-norte del estado estén destrozados, representen un peligro diario y sean causa de fatales accidentes.

Un claro ejemplo de carreteras destrozadas se puede encontrar fácilmente en la federal 131 (Perote-Tlapacoyan) en el tramo Atzalan-Filobobos, donde los baches y socavamientos saltan a cada metro y donde, además, ni siquiera hay señalización que advierta el peligro a los miles conductores, de autos y camiones, que transitan diario por esta vía, la cual ahora está “adornada” con plantas de plátano que fueron “sembradas” por pobladores molestos.

Otro caso especial es el que se puede encontrar en la federal 180 (Matamoros-Puerto Juárez) tramos Gutiérrez Zamora-Casitas-Vega de Alatorre-Palma Sola-Cardel, ahí es cierto que las lluvias han causado daños, pero desafortunadamente el deterioro se debe más a la pésima calidad de trabajos de rehabilitación que se han hecho año con año, principalmente cuando se acerca alguna temporada vacacional.

Caso similar al anterior, es el que ocurre con algunos ramales estatales, como el de María de la Torre-San Andrés, el cual, a pesar de haber sido reparado hace menos de un año, nuevamente presentan baches, hundimientos y hoyos que minuto a minuto ponen en peligro la vida de los automovilistas que por alguna razón se ven obligados a transitar por ahí o simplemente quieren evitar acortar distancia entre Martínez de la Torre y Poza Rica.

Pero el deterioro de las en carreteras, no sólo se limita a la zona costera, sino también a la sierra de Atzalan, Misantla y Tlapacoyan, donde existen vías estatales que a principios del 2013 fueron reparadas con recursos federales y estatales, pero que hoy otra vez están llenas de socavones, deslaves y hundimientos que por meses han estado esperando a que el Gobierno destine algún recurso para llevar a cabo su reparación.

Así como en esta zona, existen muchas otras en Poza Rica, Álamo, Papantla, Espinal y algunos otros municipios del norte de la entidad, en donde las carreteras están -como dicen los automovilistas- para llorar y sin esperanza de que los Gobiernos las vayan a reparar, al menos en estos meses en los que lo más importante para todos los funcionarios, estatales, municipales y federales, es el proceso electoral.