Un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Pittsburg, en Estados Unidos, estipuló que los bebés cuyas madres tienen traseros prominentes cuentan con más posibilidades de convertirse en adultos inteligentes.

Según el estudio realizado por los profesores William Lassek y Steven Gaulin, el progreso del cerebro de un bebé depende en parte de las reservas de grasa acumuladas en los glúteos y muslos de la madre.

Al parecer, estas grasas son ricas en DHA o ácido docosahexaenoico,  un elemento importante en el desarrollo del cerebro humano.

“La grasa en estas zonas es un almacén que sirve para construir el cerebro de un bebé. Se necesitan muchas grasas para crear un sistema nervioso y las grasas en estas zonas están enriquecidas con ADH, un componente importante del cerebro humano”, explicó William Lassek.

Este nuevo descubrimiento, podría explicar la razón por la cual las mujeres son más curvilíneas que los hombres.