Cruz Azul salió sin una mordida del Puerto tras el empate 0-0 ante Veracruz, lo cual le permite seguir como la mejor defensa del campeonato pero con una deuda en la parte ofensiva.

En un duelo donde las faltas fueron la constante, La Máquina celeste necesita al jugador que le cambie el rostro a la delantera pues esta vez Alemao no pudo anotar y Joao no fue factor desequilibrante como en los juegos anteriores.

Del otro lado, los dirigidos por Carlos Reinoso no pudieron hilvanar una sola jugada de peligro como en los cotejos anteriores, que les había permitido ser la mejor ofensiva del torneo con cinco tantos.

Aún así, el resultado ayudó a Reinoso a cumplir la promesa que había hecho a la directiva de los escualos y logró los siete puntos de nueve en las primeras jornadas, que ayudan en el tema del cociente.

La jugada más peligrosa del primer tiempo fue un disparo de tiro libre cobrado por Édgar Andrade. El mediocampista prendió con potencia el balón al 15’, sin embargo, el arquero Jesús Corona, con una reacción casi felina, alcanzó a desviar.

La respuesta celeste llegó a los 23 minutos gracias a un tiro libre ejecutado por Fausto Pinto que Édgar Melitón Hernández atajó sin mayores problemas. Esa jugada se sumó a una individualidad de Ismael Valadez en los instantes finales, cuando controló en el área pero disparó por encima del marco.

Fue todo en la delantera celeste. El estratega Luis Fernando Tena intentó cambiarle la cara al equipo cementero con el ingreso de Christian Giménez, quien finalmente se recuperó de la lesión en la parte posterior del muslo derecho pero tampoco pudo hacer diferencia en el campo.

Además, Joao Rojas salió con molestias y fue sustituido por Alejandro Vela.

De esta forma La Máquina libró a los Tiburones sin carburar en la delantera.

Fuente: Medio Tiempo (Portal electrónico)