- Sociedad
México tiene su propio pacto y en él no aparece ni EPN ni partidos políticos
Xalapa, Ver.- La sociedad mexicana tiene su propio pacto y en él no aparece ni Enrique Peña Nieto, presidente de México, ni el PRI ni el PAN, menos el PRD. En ese nuevo pacto, el pueblo de México se une para resolver temas preponderantes, sostiene Raúl Yong Vásquez, en un comentario crítico que se publica en la página digital “Insurgencia Magisterial”.
Afirma que los temas que urgen resolver a los mexicanos son exigir la renuncia de Enrique Peña Nieto a la presidencia de la República, convocar a nuevas elecciones y a un nuevo constituyente así como aterrizar en los hechos un verdadero pacto por México, que vea por los problemas más apremiantes, que son la seguridad y la lucha contra la corrupción.
“México no puede continuar por este mismo camino, no vamos a aceptar la intención de este gobierno de hacer un pacto por la seguridad, ya no vamos a dar el beneficio de la duda, ya no creemos en Peña Nieto, primero deben aparecer los 43 de Ayotzinapa”, manifiesta el académico en su colaboración.
Indica que ya se acabó la paciencia de esta sufrida sociedad mexicana, que ya se agotó el tiempo y que no se aceptará nada que provenga de este gobierno, si antes no aparecen los 43 maestros normalistas.
Agrega que se ha acabado el atole con el dedo y que en este nuevo pacto por México, emanado de la sociedad mexicana, se tiene la gran oportunidad de rediseñar a la nación, que se tiene la oportunidad de que a través de un nuevo Constitutivo se establezcan nuevas y mejores reglas que garanticen el camino hacia un verdadero Estado de Derecho. ”Esas nuevas reglas deberán garantizar la seguridad, la justicia, la verdad y la equidad que se requiere para que dejemos atrás esta pesadilla”, expresa.
Raúl Yong Vázquez asevera que en este nuevo pacto por México, todos los actores y fuerzas vivas deben dejar a un lado sus filias y fobias para enfocarse en los verdaderos problemas de México. Manifiesta que esta vez se deben hacer las cosas mejor, diseñar un verdadero plan educativo que considere la felicidad del individuo como una prioridad a través de la siembra de valores y capacidades para resolver de forma atinada y razonada los problemas naturales a los que como cualquier ser vivo se tendrá que enfrentar. “En este nuevo país, la educación deberá tener un lugar fundamental y no solo será obligación de los maestros, sacarlo adelante, será el momento de que juntos sociedad, magisterio y nuevo gobierno sienten las bases de lo que realmente queremos como país”, afirma el académico.