Cuenta la leyenda que un ser diabólico con ojos rojos y pelo negro maldijo a la ciudad asegurando que moriría por agua.

Un campesino llamado Juan Tépach que vivía a las a fueras de la ciudad acudió en busca del sacerdote de la ciudad para que bendijera su casa.

La casa parecía estar embrujada ya que en su milpa había una gran cantidad de piedras y por la noche podían escucharse quejidos que asustaban a todos los viandantes. Incluso algunos afirmaban que habían visto sombras saliendo de las piedras.

El sacerdote aceptó bendecir la casa del campesino y al llegar rezó y echó agua bendita en todos los rincones de la casa.

Hasta que se acercó a las piedras que al entrar en contacto con el agua bendita se convirtieron en un ser diabólico, con los ojos rojos como brasas y el cuerpo cubierto de pelo negro.

El párroco optó por intentar golpear a aquel ser con el cordón de su sotana, pero la criatura no se inmutó y lanzó una maldición con voz de mujer: Xalapa morirá por agua.

Después, despareció para siempre otra vez entre las rocas.

Fuente: "Historias, cuentos y leyendas de Xalapa" 3ra Edición, 2011