• Xalapa

En Xalapa, celebran bajo el agua el triunfo de México sobre Croacia

Aficionados juegan 'cascarita', cantan "Cielito lindo", se abrazan y lanzan besos en plaza Lerdo.

Unos minutos después del partido, la afición de la Selección Mexicana se reunió en la plaza Lerdo de la ciudad, como si se tratara de una cita impostergable.

Pronto, lo que comenzó como un tímido grito de ¡México, México! se convirtió en cascarita de futbol, apasionados abrazos, brincos desesperados, gritos desgarrados.

El aguacero que cayó sobre la ciudad no dio lugar al sosiego, por el contrario, parecía una invitación a prologar los festejos.

Un grupo de chavos empapados por el agua, no dejaba de invitar a otro grupo -resguardados en los bajos de Palacio de Gobierno-, a que salieran de la guarida, si es que en verdad celebraban el triunfo de "El Tricolor".

La pasión que generó un triunfo de 3 - 1 ante Croacia, cuando la mayoría sólo pensaba en un empate, o acaso el triunfo 1 - 0, se reflejaba en un espontáneo "Cielito lindo" que todos los presentes coreaban a diferentes tonos, pero bajo el mismo motivo.

Un grupo rezagado de aficionados que llegó al lugar, vino a poner la dinámica de la celebración, cuando a la vista de todos pusieron un balón de futbol. De inmediato, se armó la cascarita. De plaza Lerdo a Palacio de Gobierno, de Palacio de Gobierno a plaza Lerdo.

Un joven xalapeño con una peluca de cabellos chinos, de un momento a otro se convirtió en el doble de Memo Ochoa. Hizo atajadas, lanzó balones, mandó besos y realizó poses al mismo estilo que el guardameta mexicano, que en el partido contra Brasil se ganó a los aficionados al fútbol.

La lluvia seguía y los ánimos de la afición no se veían calmados. Las cornetas seguían sonando, las patadas al balón continuaban, el “Cielito lindo” no cesaba.

Ante la insistencia de una muchedumbre que no dejaba de pedir: “chichis pa´ la banda”, una joven se despojó de su blusa y mostró sus senos a los presentes.

La fiesta continuaba, algunos veían pasar la lluvia, y decidían continuar con la rutina de los lunes -día hábil-, pero otros, más aguerridos, invitaban a no calmar los festejos...

Más tarde, la lluvia cesó completamente, y poco a poco, la calma se restableció en el lugar.