Ricardo Loranca y Campos / e-consulta

Hace ya algunos años atrás, en el fútbol azteca y en sus estadios, nació una tradición tanto peculiar como mexicana. Cada vez que los porteros van a despejar desde el saque de meta, la trayectoria de los cancerberos es acompañada con un “aaa” justo cuando el portero impacta la pelota.

Tras el juego del pasado martes entre México y Brasil, esta “tradición” futbolera se pudo escuchar cada vez que Julio César, portero brasileño, tocaba la bola. Naturalmente y con su condición de local, los aficionados cariocas no se dejaron intimidar por los mexicanos y emularon el grito contra Memo Ochoa.

El día miércoles, la Red Contra el Racismo en Europa (FARE), el organismo responsable de monitorear el comportamiento de la hinchada en el Mundial, alertó al FIFA sobre la supuesta conducta inapropiada de los aficionados mexicanos.

Se ha confirmado que la FIFA abrió un procedimiento disciplinario en contra de México para investigar la situación y tomar las medidas pertinentes.

Al parecer las quejas presentadas son un tanto exageradas, definitivamente la connotación de la palabra Puto es muy ambigua. La FARE considera que es un insulto “homofóbico”, ciertamente podría llegar a serlo dependiendo del contexto y las condiciones en las que se use el vocablo. En cuanto a su uso en el ya tradicional canto del fútbol, podría ser solo una cuestión de diversión, que no busca discriminar a nadie.

México no es la única selección que enfrenta este tipo de situaciones, coreanos y rusos están siendo investigados tras mostrar pancartas neonazis durante el partido jugado el día de martes en la Arena Pantanal.