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Gobiernos hacen de todo por el futbol
La noche en que Humberto Gansito Hernández, portero de Leones de la UdeG, detuvo el penal e instantes después anotó para lograr la victoria, tuvo sus consecuencias financieras.
Hasta ese momento y durante el periodo 2010-2014, la universidad destinó recursos por 80.1 millones de pesos para la franquicia, esta cifra apenas representa 50% de lo que necesitará – en promedio- en un año para operar en la Liga MX, Primera División.
El club ha sido un éxito a nivel deportivo y en taquilla. La media de asistencia del club ronda los 30,000 espectadores y pese a estar en la Liga de Ascenso siempre tuvo el apoyo de algunos patrocinadores. En la actualidad negocia con TVC Deportes, Televisa y Fox Sports su contrato de televisión que le debe redituar al menos, de acuerdo a cifras de Data TV, en 6 millones de dólares al año.
En este caso hay retorno de inversión, pero no siempre es así. En nuestro país se destinó del dinero público -entre el 2011 y 2014- la cantidad de 1,276 millones de pesos en clubes que participan en las cuatro divisiones profesionales del futbol mexicano. El apoyo al futbol en todas sus divisiones por parte de los gobiernos estatales, municipales, universidades públicas, dependencias gubernamentales, es un hecho que se presenta en 21 entidades, el DF y dos dependencias de gobierno, donde siete equipos de la Liga MX obtienen algunos beneficios.
Al menos hay 45 equipos que reciben diferentes modalidades de ayuda que van desde la operación total de la franquicia, pago de salarios, transporte, gasolina, préstamo de estadio, condonación de impuestos, comodatos de instalaciones, construcción de nuevos inmuebles, de acuerdo con una investigación realizada por El Economista como resultado de peticiones de Acceso a la Información Pública e Informes de Gobiernos Municipales. ¿Un gobierno o dependencia pública debe destinar recursos o ayuda a un equipo de futbol profesional?
Es mediodía y el calor ya lo resiente el cuerpo en Cuautla. Oskar Rosales, sentado en el estadio de los Arroceros, pintado de amarillo y verde, recuerda lo que pasó hace más de un año en Xochitepec y desdeña cualquier rumor que declare culpable al presidente del equipo, Jesús González Otero.
La defensa del directivo ocurriría más de un año después, porque antes, en marzo del año pasado en la cabecera norte del Estadio Mariano Matamoros, un cohetón hizo que todos voltearan hacía aquel sitio. El partido se suspendió para darle protagonismo a una batalla entre las barras del club Cuautla y Zacatepec. Una delgada línea de no más de ocho policías intentaba detenerlos.
Al día siguiente la prensa local decidió contar la historia de Jesús González Otero, quien llegó a las manos y los puntapiés. El presidente del equipo no es un directivo cualquiera. Su puesto lo ostenta porque es el presidente municipal de Cuautla, que es dueña de la franquicia de Segunda División. “El alcalde, en estado inconveniente, participó de la gresca en forma directa” reseñó Televisa Regional.
Oskar, vicepresidente y síndico de la localidad, no habló de nada de esos rumores, ni de golpes ni de estados inconvenientes. “Lo único que hizo fue ayudar a una mujer que estaba siendo agredida, pero nada más”. Tanto Oskar como Jesús operan al equipo y también dirigen los destinos de la localidad que tiene un presupuesto para este año de 290 millones de pesos y de los que ha destinado a un equipo de futbol profesional 3.3 mdp en los último dos años.
“Un día, un presidente municipal me dijo: yo quiero un equipo de futbol, pero no sé si después de mi periodo lo sigan manteniendo, porque a lo mejor el que llegue no le gusta”.
Quien cuenta la anécdota es José Vázquez Ávila, presidente de la Segunda División. El balompié profesional mexicano se divide en Liga MX, Ascenso MX, Segunda y Tercera División, para un total de 309 instituciones que participan y de las cuales “casi 90% tienen el apoyo en la infraestructura de los estadios porque pertenecen a los gobiernos, son pocos los que tienen estadio propio”, dice el directivo.
Y hay quienes, como Antonio Amador Martínez, presidente municipal de Acayucan, Veracruz, anuncian la llegada de un equipo profesional de Tercera División para el próximo verano. “El gobierno que dirijo se hará cargo de las oficinas, del campo, entrenador, aunado a la participación de la iniciativa privada haciendo convenios con las casas comerciales para que apoyen al equipo y a cambio suministraría el ayuntamiento de los servicios básicos a las citadas empresas”, dice el político.
Precisamente es en Segunda y Tercera División donde más se presentan estos apoyos. Entre ambas divisiones suman 34 clubes donde está comprobada la participación de entidades de gobierno, universidades o alguna dependencia pública.
En la Segunda División, que actualmente dirige José Vázquez, al menos 12 de los 50 clubes que la conforman han recibido recursos o apoyo, como el caso de los Topos de Reynosa, donde las autoridades construyeron un inmueble valuado en 158 millones de pesos. “El estadio está listo para dar cabida a los encuentros de la Liga Premier” dijo en su inauguración el alcalde Everardo Villarreal Salinas.
Pero el presidente del organismo asegura que se han blindado de los gobiernos que buscan adquirir una franquicia por temas electorales o políticos. “Sí vienen y nos piden, pero nosotros no damos las franquicias así de sencillo”. La Segunda solicita como requisito no sólo cubrir la cuota de 4 o 6 millones de pesos para ser parte del futbol profesional, “lo que buscamos es tener un proyecto integral para que los equipos se mantengan pese a los cambios de gobierno”.
La idea es que los clubes no sólo sean sostenibles económicamente, sino que exigen una alianza con alguna institución educativa para que los futbolistas tengan acceso académico pase lo que pase con su futuro deportivo. “Si eso no lo cumplen, no entran”.
Vázquez Ávila presume el proyecto de Reynosa para impulsar la no violencia en una zona de alto riesgo, o de los Pioneros de Cancún, donde hacen un beneficio social a la población.
CR Marina es el único equipo del futbol mexicano que puede presumir que en sus partidos como local están custodiados por las fuerzas armadas. El club de Tercera División juega en un campo empotrado en la colonia Cochinita, en Tláhuac, en la Ciudad de México.
La cancha, perfectamente empastada, es lo mejor de esas instalaciones. En aquel sitio los coches se estacionan a un lado del campo de juego, hay una tribuna y en el otro costado un montón de tierra. Incluso en algunas ocasiones hasta los perros callejeros han llegado a interrumpir un partido. Los árbitros tienen su “oficina” en un cuarto donde hay una mesa cantinera con el nombre de Corona, botes de pintura, botellas de agua y una bandera mexicana colgada al centro.
En aquel lugar juega el equipo de la Secretaría de Marina, que destina casi 1 millón de pesos en la operación del club. De acuerdo con el oficio UE-0296/14 los recursos son para “inscripción, arbitrajes, registros”, además de los salarios para los entrenadores. Cuando el equipo es local, es común ver elementos de la Marina presenciando los partidos en uniforme militar y custodiando el sitio. El club recientemente logró entrar a la Liguilla pero fue eliminado.
CR Marina no es el único que pertenece a una dependencia pública. En Puebla juega SEP Puebla, que en sus uniformes del año pasado llevaba el nombre de la dependencia como patrocinador principal en su camiseta.
Los Leones Negros de la UdeG son el nuevo invitado a la Liga MX tras ganar la final de ascenso y ocuparán el lugar que dejó vacante Atlante. En 2009 la entidad educativa destinó 800,000 dólares para comprar una vez más una franquicia y después de algunos años logró subir de categoría tras derrotar hace unas semanas a Estudiantes Tecos en penales, siempre apoyado por los recursos que destinaba la universidad, además de la promotora Leones Negros.
Actualmente, además de la UdeG, los clubes de la Liga MX que reciben algún tipo de apoyo vía gobierno local o estatal son: Puebla (remodelación del Estadio Cuauhtémoc), Xolos Tijuana (dación en pago), Gallos Blancos (comodato Estadio Corregidora), León (remodelación del Estadio Nou Camp), Monarcas (comodato Estadio Morelos). La cifra económica para estas instituciones se traduce en casi 120 millones de pesos en el periodo 2011-2014. Esta cifra sin contar lo que recibe Atlante por el patrocinio de promocionar los destinos turísticos de Riviera Maya y Cancún, datos a los que no se tuvo acceso.
Casi 68% de las entidades federativas del país –además del DF- tienen algún tipo de apoyo, ya sea vía municipal, estatal, universidades o dependencias, para equipos de futbol de cualquiera de las divisiones profesionales en México. A cada mexicano nos ha costado el futbol en los últimos cuatro años al menos 10.7 pesos de nuestro bolsillo.
Las principales entidades donde se apoya más al futbol son Jalisco (ocho equipos), Estado de México (cinco) y Tamaulipas (tres).
Jesús González Otero, cuando la Federación lo requiere, se mira obligado a dejar sus obligaciones como presidente municipal de Cuautla para actuar como presidente del equipo.
En Colima 373 se ha reunido con José Vázquez Ávila para charlar sobre temas administrativos, sus obligaciones y pagar las cuotas necesarias. El club le ha costado a la población 3.3 millones de pesos entre 2013 y 2014. Entre ese gasto y su salario como presidente de la localidad, en ese mismo lapso la cuenta llega a 5 millones.
El presidente municipal del Cuautla jugó con los Arroceros y su afición por el equipo le ha llevado en algunas ocasiones –además del controversial accidente aquella tarde en el caluroso Xochitepec- a ponerse la camiseta y tomarse la foto oficial como un jugador más en los partidos oficiales; porque es verdad, es un activo más del club, le da el sustento financiero para subsistir.
Información de El Economista