- Sociedad
La balacera que no dejó dormir a Banderilla
Banderilla, Ver.- El hombre que realiza maniobras en el tejado de su vivienda, no pegó pestaña la madrugada del jueves. Vive enfrente de la casa de seguridad, donde quedaron tendidos los cadáveres de nueve presuntos delincuentes.
Aunque asegura no haber visto nada que contar del enfrentamiento entre elementos de Seguridad Pública y presuntos delincuentes, relata que al escuchar las primeras detonaciones, pegó un brinco de la cama y se echó al piso.
En ese momento solo pensó en cómo mover a su familia a una habitación contigua, lo más alejada posible del frente de la casa, donde se desarrollaba un cruento combate.
“Anoche nos la pasamos en el piso (…) tengo un cuarto al fondo, para allá nos pasamos (…)”, relata mientras hace una pausa en sus tareas. Está absorto.
El momento más intenso -asegura- se dio entre las 00:00 horas y las 02:00 de la mañana. Fue una tormenta de balazos. Después, todo se trató de movimiento de elementos policiacos.
“Los últimos en irse, a las 06:00 horas, fueron los peritos”, dice.
En esos momentos de miedo, el testigo dice que trató de mantenerse atento y conservar la calma entre los miembros de su familia: “los niños sí se asustaron, yo creo que tendrían que mandar apoyo psicológico para los niños, porque ellos sí se espantaron, y aquí en la calle hay muchos chavitos”.
Como este hombre, otras cien personas no tuvieron descanso la madrugada del jueves, la pasaron siguiendo a ciegas una balacera que se suscitaba en las afueras de sus viviendas.
El barrio después de la balacera
Al circuito El Roble, donde fue la balacera, se llega por la avenida principal de Banderilla, entrando por un costado de la iglesia del pueblo. Siguiéndola enseguida comienzan a ramificarse varias privadas.
El silencio que prevalece en la zona, solo es rasgado por los ladridos de un perro de color blanco con negro el cual, en posición de defensa, reacciona ante los extraños.
Contrario a un día normal en Banderilla, en los frentes de las 20 casas más próximas al lugar de la balacera, no se ven personas. Las mujeres no se ocupan en sus jardineras, los niños no van detrás de la pelota. Puertas y ventanas cerradas. Cortinas que no se han abierto.
Falta poco para las 18:00 horas. Se escuchan campanadas. En la iglesia principal del pueblo va iniciar la misa.
La puerta de una casa se entreabre. Trémula, una vecina asoma la cabeza. Echa un vistazo alrededor y se decide a salir. Detrás de ella sale otra mujer. Mientras se cuchichean algo al oído, caminan con paso apretado y cruzando los brazos. Al poco tiempo se pierden de la vista.
La casa
La casa donde fueron abatidas nueve personas –presuntos secuestradores- se ubica al fondeo de la calle, es color verde. En la puerta principal cuelga un pequeño Cristo de palma y las cortinas son de color morado. En su frente se mira una jardinera con helechos.
Por un costado, colinda con un terreno baldío, por otro, con el bosque del cerro de "La Martinica", que a través de su vereda comunica hasta el municipio de San Andrés Tlalnelhuayocan.
Después de la batalla del jueves, que uno intenta imaginar, se puede pensar que las nueve víctimas hubieran deseado tener la suerte del inmueble que emplearon como casa de seguridad.
Tras la presencia de más de 100 elementos policiacos, con nueve personas fallecidas en su interior, la fachada de la casa, no presenta daños, ni una bala que rasgara sus paredes, ni un disparo que causara un hoyo en su puerta, apenas tres agujeros de bala en sus ventanas se dejan ver.
"Hay que seguirle"
El hombre que realiza maniobras en el tejado de su casa nunca imaginó que la vivienda color verde fuera utilizada como casa de seguridad: “ellos llegaron el domingo, tenían apenas tres días aquí, y nadie los conocía ¿Uno cómo va a saber?”.
“Ni modo, hay que seguirle”, dice el hombre en forma de despedida, al tiempo en que regresa a sus tareas domésticas.
El domingo que los nuevos vecinos llegaron al barrio de este hombre afanoso en mejorar su casa, en otros puntos de la ciudad de Xalapa, se registraron diversos hechos de inseguridad, que dejaron el saldo de un muerto, dos policías heridos de bala y un civil también lesionado.
La violencia en la capital del estado, parece venir en escalada. Antes, el 26 de abril, dos policías y un civil heridos fue el resultado de una balacera, ocurrida cerca de la Normal Veracruzana "Enrique C. Rébsamen.