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Investigan tráfico de órganos de célula templaria
En medio de un ambiente de fricciones y diferencias entre el gobierno federal y los grupos de autodefensa en Michoacán, autoridades del estado dieron con una red de tráfico de órganos de niños, ligada a la célula de los Caballeros Templarios liderada por Enrique El Kike Plancarte.
Ayer se informó de la detención de uno de los sobrinos de este capo, acusado de ese delito, según se informa en una nota del diario 24 Horas.
La Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán (SSPM) fue la autoridad encargada de dar a conocer la detención Manuel Plancarte Gaspar, presunto sobrino del líder templario, y sospechoso de encabezar un grupo delictivo dedicado al tráfico de órganos humanos.
José Manuel Mireles, líder y vocero de las autodefensas, reiteró que el ilícito es parte de las actividades del cártel en el estado.
“Hay señalamientos de la red de complicidades de diversos presuntos responsables que participaban en ubicar a personas con ciertas características, dando preferencia a los menores de edad, para después privarlos de la libertad y trasladarlos a casas que eran rentadas previamente, en donde existía un equipo y médicos para extraer sus órganos y posteriormente venderlos”, informó, Carlos Hugo Castellanos, titular de la SSPM.
El informe dado a conocer por la SSPM indicó que Manuel Plancarte Gaspar, de 34 años de edad, y Ricardo Morales Torres, uno de sus presuntos cómplices, fueron detenidos la noche del pasado jueves, 13 de marzo en el municipio de Tarímbaro. Al momento de su captura les fueron asegurados el vehículo con reporte de robo en el que viajaban, dinero en efectivo, y dosis de la droga conocida como cristal.
Del tema, autoridades de la Procuraduría General de la República señalaron que están a la espera del reporte de las autoridades estatales acerca de las denuncias de una presunta red de tráfico de órganos que opera en la entidad, y en la que estaría involucrado el familiar del presunto líder templario.
“A nivel federal no existe alguna averiguación abierta que involucre a este familiar de Plancarte en una red de tráfico de órganos, pero hay intercambio de información con la procuraduría de Michoacán y seguramente, si ellos tienen la evidencia, se hará la denuncia correspondiente”, reveló un funcionario ministerial.
El tráfico de órganos es un delito del orden federal sancionado en el artículo 2 numeral IV de la Ley federal contra la delincuencia Organizada y los artículos 661 al 463 de la Ley General de Salud. La sentencia máxima por este delito es de 16 años de prisión por crimen organizado y 15 años por traficar tejido y órganos ilegalmente.
Entre la detención de Plancarte Gaspar y el supuesto abatimiento de Audencio Morales Duarte, identificado como jefe de plaza de los Templarios en La Piedad, tras un enfrentamiento con policías estatales y municipales, en la comunidad de Guanajuatillo de dicho municipio michoacano, la tensión entre los grupos de autodefensas y el gobierno aumentó con diferencias marcadas que podrían desencadenar una ruptura de los acuerdos que supuestamente habrían concretado en los últimos dos meses, con la estrategia federal en el estado.
Durante el fin de semana, los conflictos generados en los comunitarios a raíz de lo que calificaron como decisiones del gobierno, principalmente la detención y posterior consignación de Hipólito Mora, líder fundador de las autodefensas, acusado del homicidio de dos comunitarios, tomaron tal magnitud, que el Consejo General del movimiento emitió un nuevo comunicado.
El mensaje a cargo de Manuel Mireles dejó en claro que las intenciones del gobierno no son las de apoyar a los grupos comunitarios, por el contrario, buscan su persecución y debilitamiento. Un ejemplo de ello, acusó, fue la detención de Hipólito Mora.
“Pero cuando él (Mora) ejerce presión por el incumplimiento de todos los acuerdos por parte del gobierno, le imputan 35 denuncias. Hace una semana el comisionado (Alfredo Castillo) se sentaba junto a Hipólito y no sabía de denuncias, y tres días después, Hipólito es un delincuente (…) Ya viene por nosotros (demás líderes de autodefensas) nos quieren amedrentar, nos quieren aniquilar”, denunció Mireles en el audio mensaje de 12:48 minutos que fue difundido en la redes sociales, desde el sábado pasado.
Revelan detalles de La Fortaleza de Annunaki del líder templario
A menos de 30 minutos de la cabecera municipal de Apatzingán, la organización criminal de Los Caballeros Templarios edificó su propio “centro de diversiones” en el que llegaron a actuar músicos como Jenny Rivera, Ninel Conde, Calibre 50 o Mariano Barba.
“La Fortaleza de Annunaki” es el nombre del rancho donde el grupo criminal realizaba eventos y reuniones, en las que era común ver a Nazario Moreno, El Chayo; Servando Gomez, La Tuta; Enrique Plancarte, Kike Plancarte; Francisco Galeana, El Pantera, así como a distintos líderes y jefes de plaza del grupo.
Según otra nota del periódico El Universal, la propiedad de Nazario Moreno, quien fue dado por muerto por el gobierno federal el pasado 9 de marzo, cuenta con un palenque para la pelea de gallos, un rodeo —para mil personas—, un templete para grupos musicales, un casino, así como una pequeña casa que se ubica a la entrada de la propiedad.
Durante las reuniones era común escuchar a bandas de música norteña y grupos de mariachi, mientras los asistentes observaban los espectáculos de charrería o degustaban alimentos. La entrada para presenciar este tipo de eventos llegaba a tener un costo de aproximadamente 2 mil pesos.
Las reuniones que llevaban a cabo Los Caballeros Templarios en la propiedad que se ubica en el poblado de Holanda —donde en 2010 el gobierno federal dio por muerto a Nazario Moreno— eran disfrazadas a través de reuniones de la Unión de Ejidos “Rayos del Sur”.
La Unión de Ejidos es presidida por Juan Polvos, director del Conalep de Apatzingán; el regidor Isidro Villanueva Moreno y por Manuel Mendoza, este último, hermano de la senadora Iris Vianey. Los grupos de autodefensa han denunciado la relación de estas personas con el cártel de los templarios.
La propiedad se encuentra sobre un camino de terracería, el cual era vigilado por halcones que se apostaban en los poblados contiguos o en el puente “Las Bateas”, para informar sobre cualquier movimiento registrado en la zona.
Aunque para los habitantes de Apatzingán y de estos poblados era un secreto a voces que en este lugar se reunían Los Templarios, estos últimos evitaban el ingreso de personas civiles, y si alguno lograba evadir la seguridad, era secuestrado y después asesinado.
En caso de que la seguridad fallara e ingresaran las autoridades, los criminales huían a los montes o por el camino de terracería que lleva al municipio Tumbiscatio.
A decir de un batallón de militares que acampa en la comunidad de Guanajuatillo, que se ubica a un kilómetro del rancho, nunca se observaron “cosas inusuales” en la propiedad, pero tenían conocimiento de que en el lugar se realizaban eventos muy seguido.
De acuerdo con información de los integrantes de las autodefensas, el rancho fue tomado a finales del pasado mes de febrero por estos organismos, quienes ahora custodian el lugar para impedir el regreso de los integrantes de Los Caballeros Templarios.
Aunque la propiedad se encuentra casi vacía, las autodefensas explicaron que cuando llegaron encontraron caballos, ganado, gallos, así como vehículos, tractores, ropa, zapatos, electrodomésticos y artículos se uso agrícola.
Tras su arribo, todas las cosas fueron sacadas por las autodefensas y sólo dejaron algunos objetos, como colchones, un refrigerador o mesas de billar y de naipes, que se encuentran a la intemperie.
La ubicación del rancho permitía a los grupos criminales evadir a las autoridades, gracias a que la entrada al ejido Holanda siempre era vigilada por halcones que se instalaban en los poblados contiguos, así como en el puente Las Bateas, para informar sobre cualquier movimiento en la región.
Esta es sólo una de las propiedades de Los Caballeros Templarios, que en los últimos meses han sido aseguradas por integrantes de las autodefensas en diferentes municipios de Tierra Caliente. Entre ellas se encuentra una lujosa casa en Nueva Italia, propiedad de Enrique Plancarte; también una de Francisco Galeana, El Pantera, en Apatzingán o de una persona identificada como El Tucán, quien contaba con una mansión con alberca en el municipio de Parácuaro.