A unos meses de cumplir 22 años de su inauguración –en octubre próximo–, el Palacio Legislativo se mantiene como una obra arquitectónica de gran belleza y lugar de visita obligada en la capital del estado de Veracruz.

Después de cambios derivados de la inestabilidad predominante en el país, en 1924, el Poder Legislativo estatal se instaló en Xalapa definitivamente, pero fue hasta el 12 de octubre de 1992 que el entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, inauguró el recinto actual, construido por mandato del entonces gobernador, Dante Delgado Rannauro.

El 3 de diciembre de ese año la LVI Legislatura determinó declarar recinto oficial del Congreso del Estado el inmueble enmarcado por las avenidas Encanto, Lázaro Cárdenas, Ferrocarril Interoceánico y Jorge Serdán Norte; espacio abierto al pueblo veracruzano.

El edificio, construido en estilo modernista, dio respuesta a la necesidad de una nueva sede para la labor de los diputados, quienes anteriormente sesionaban en el Salón “Venustiano Carranza” del Palacio de Gobierno.

Sus planos originales, así como la construcción, estuvieron a cargo de la Dirección de Obras Públicas de la entonces denominada Secretaría de Desarrollo Urbano, que inició los trabajos en octubre de 1990.

El responsable general de la obra, ingeniero Gerardo de Gyves, señalaba poco antes de su apertura que “ésta es una construcción que destaca por sí sola. El Palacio Legislativo del Estado de Veracruz estará entre los tres primeros en importancia del país”.

El recinto incluye grades columnas, amplios corredores, ventanales y espacios ajardinados que lo hacen único, sobre un terreno de más de 28 mil metros cuadrados y el área construida ocupa 17 mil 534 metros cuadrados, distribuidos hasta en tres niveles de altura.

El acceso principal desemboca en una plazoleta en la que se encuentra el asta bandera, donde se rinden honores a la enseña nacional los días marcados en el calendario cívico.

Aunque se ve como un espacio único, el conjunto arquitectónico se compone de cinco edificios, que se identifican con las letras del abecedario.

El edificio “A” alberga la sección administrativa, además de la Presidencia, la Junta de Coordinación Política y el Salón Venustiano Carranza, donde sesiona la Diputación Permanente.

En el edificio “B” está la Biblioteca José María Mata y un patio enmarcado por grandes columnas de un metro de ancho que conforman cuatro corredores, en cuyo centro destaca un águila de bronce esculpida por Carlos Espino en 1989. Precisamente este espacio, con amplios jardines, lo ocupan frecuentemente egresados de distintas facultades como escenario para su foto de graduación.

El archivo, la cafetería, la Coordinación de Comunicación Social y los pasillos que conectan los edificios “A” y “B” con el área de diputados, conforman el edificio “C”.

El edificio “D” corresponde a la zona de oficinas de los legisladores, mientras que el edificio “E” es un gran espacio cilíndrico de mil 746 metros cuadrados, en el que se sitúan el Salón del Pleno y el Auditorio Sebastián Lerdo de Tejada.

Todo el inmueble, de concreto armado, fue revestido de cantera y pisos de mármol de Tatatila. Destacan sus ventanales y los grandes domos que sirven para iluminar los edificios, elaborados con acero y vidrio templado.

A lo largo de los años el Palacio Legislativo ha sufrido modificaciones, la más importante en 2004, cuando el número de diputados locales aumentó de 40 a 50 y se requirieron más oficinas. Aunque los cambios no alteraron el proyecto original.

La primera sede del Congreso local de 1824, integrado por Sebastián Camacho, Diego Alcalde, Rafael Argüelles, Luis Ruiz, Tomás Illanes, Francisco Hernández, Pedro José Echeverría, Manuel Royo y José de la Fuente, fue el Convento de San Francisco, donde actualmente se sitúa el Parque Juárez de Xalapa.

Con la posterior inestabilidad política de México y de la entidad, el Poder Legislativo tuvo como sede las ciudades de Veracruz, Orizaba, Huatusco, Misantla, Coatepec, Tlacolulan, Tlacotalpan, Tuxpan, Córdoba y Cosamaloapan. Por ello es destacable que finalmente haya encontrado un sitio para establecerse.