- Ecología
Blanca Cortina, 16 años de trabajo en la conservación del manatí en Alvarado.
Blanca Elizabeth Cortina Julio visitó el sistema Lagunar de Alvarado, por primera vez, hace 16 años. Su único propósito, en ese momento, era implementar un programa para rescatar al manatí, en peligro de extinción.
En aquel tiempo, la bióloga no imaginó que esa tarea, que iniciaba como una profesionista incipiente, se convertiría en una misión de vida, que duraría cerca de dos décadas, y que tendría que ver con desarrollar tareas sociales dentro de la comunidad.
Jamás imaginó que su presencia en la zona, contribuiría a la fundación de la primera cooperativa pesqueras conformadas por mujeres, la creación de un centro de educación ambiental, y el impulso de un programa de elaboración de artesanías.
Pero así fue, para que los habitantes de la región aprendieran a conservar el entorno ambiental, fue necesario capacitarlos para mejorar los procesos de pesca, y cambiar su relación con el entorno.
En los años 40, en la región de Alvarado, los habitantes mataban un promedio de 10 o 15 manatíes al mes. El animal marino era considerado una especie con carne de buen sabor, nutritiva, del cual podían aprovechar todo: la grasa del animal, los huesos, a los que atribuían poderes curativos, y con una piel resistente, con la que forraban los asientos de las carretas.
“Implementar un programa de conservación en este contexto, era una gran reto. Iba a ser muy difícil, porque iba a meterme con una especie que era vista por los habitantes como fuente de su alimentación, pero siempre pensé que por difícil que fuera, yo no iba a quitar el dedo del renglón, hasta que no cambiara esa idea del manatí”, contó la bióloga Blanca Cortina.
En una entrevista realizada en el contexto del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer., relató que durante su trabajo en la comunidad de Nacastle, solo se topó con tres elementos que han dificultaron su trabajo en la comunidad: la religión y las campañas políticas.
“Siempre que tenemos a la gente integrada, unida para trabajar, vienen las campañas políticas, y dividen a la gente. O, como ha sucedido recientemente, llega una religión nueva, jala a unos, y nos divide”.
El tercer factor, han sido los fenómenos meteorológicos que han afectado la zona, y que en mas de una vez, han dado lugar a que los trabajos tengan que comenzar de nuevo: “afortunadamente, la gente es muy trabajadora, y muy optimista, en poco tiempo, arreglan sus lanchas, rehacen su casa, y en poco tiempo, están listos para volver al trabajo”.
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En su época de estudiante, Blanca Cortina quería ser veterinaria, siempre le gustó la flora y la fauna. Pero cuando llegó el momento de decidir una carrera, optó por la Biología. Después, una vez dentro de la carrera, su curiosidad la inclino por los animales marinos.
En una ocasión, organizada con un grupo de compañeros de la universidad, decidieron traer a Xalapa a un experto en mamíferos marinos, para que hablara más al respecto. Le fascinó lo que conoció en aquella ocasión, y poco después decidió realizar una especialidad en la UNAM, en la ciudad de México.
A su regreso a Veracruz, después de un año de trabajo en comunidades rurales de la región Huasteca, en 1998 recibió la invitación de Enrique Portilla Ochoa, académico integrante del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) de emprender un trabajo de conservación de manatíes en el sistema lagunar de Alvarado.
La bióloga intuía que tenía que ser sutil con la estrategia a implementar en la región, para que los habitantes no la rechazaran, para ganarse su confianza, y estar en posibilidades de decirles que tenían que cuidar a esta especie marina, en peligro de extinción.
“Empecé aplicando talleres de educación ambiental entre los niños. Comencé con ellos, a hablar de la importancia ambiental que tiene este mamífero marino”.
Aunque sabía que al hablar con ellos estaba iniciando un trabajo lento de concientización, sabía que era lo adecuado, “los niños son más receptivos, y muy buenos agentes de transmisión de información con los adultos”.
En una segunda etapa, el trabajo se extendió a los adultos. Como los manatíes morían golpeados por las lanchas, enredados en as redes que utilizaban los pescadores para atrapar otras especies, emprender un trabajo con ellos, era un paso obligado.
“Estábamos trabajando proyectos productivos de la región con la cooperativa Laguna “La Flota”, en la comunidad de Nacastle –un lugar ubicado a 20 minutos del puerto de Alvarado, en lancha-, cuando llegaron sus esposas, mujeres de la región, y nos dijeron que también querían trabajar en la cooperativa, que si podíamos apoyarlas”.
Blanca Cortina recuerda que lo primero que hizo fue buscar en la legislación, si las mujeres podían conformar cooperativas pesqueras: “no había nada en la ley que lo prohibiera, y entonces, comenzamos a trabajar en la primera cooperativa pesquera de mujeres, en el estado”.
Al poco tiempo, ya estaba constituida la cooperativa de pescadoras “Mujeres Experimentando”, conformada por 12 socias, que tiempo después inspiró a mujeres de la vecina comunidad de San Juan, quienes crearon la cooperativa “Las Costeñitas”.
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El trabajo que Blanca Cortina desarrolla en la región de Alvarado, pronto inspiró a otras personas. Jimena Granillo Suárez, una alumna suya, se involucró en el proyecto, con un programa para trabajar el lirio acuático que se forma en los cuerpos de agua en la región, y que en época de lluvia se convierte en una plaga.
En su tesis de licenciatura, que tiempo después ganó un reconocimiento de la Conan, plasmó la capacitación que recibieron hombres y mujeres de la zona, para aprehender a elaborar artesanías a partir de esta planta.
Hoy en día, las artesanías elaboradas en la zona, están a la venta en una tienda de artesanías en Tlacotalpan, en el mercado, en algunas exposiciones y ferias de la UV, y algunas han sido llevadas al extranjero.
Más tarde, un ingeniero civil y una pedagoga, que eran expertos en la construcción de viviendas con Pet, también se involucraron en el proyecto, cuando Blanca Cortina les pidió apoyo para la construcción de un Centro Ecológico de Educación.
“Para promover el cuidado del ambiente, el reciclaje, y aminorar costos construimos el Centro Ecológico de Educación, con puras botellas de plástico que recogimos de las Lagunas de la zona. La idea era inspirar a la gente a limpiar los cuerpos de agua, y hacerles ver que hay material que puede ser reutilizado”.
Al ver la construcción a partir de botellas de Pet, otros habitantes de la región, construyeron sus viviendas, o sus corredores, con este material.
Para alcanzar su meta, la bióloga Cortina Julio asegura que lo fundamental ha sido tejer redes de colaboración que supo tender entre las instituciones (Domingo Canales en la UV, Víctor Alvarado Martínez en la Sedema, Antonio González Azuara, Semarnat, y algunas administraciones del ayuntamiento de Alvarado).
Así como, la empatía con los habitantes de la región, que se identificaron con los proyectos que impulsó en al región, “porque no es solo ir a la comunidad y presentar un proyecto, es escucharlos, darles su lugar, emprender el proyecto juntos, y aprender de ellos”.
Del trabajo que ha realizado en la región de Alvarado, donde ha tenido que pasar los fines de semana, o a veces, semanas completas, en los últimos 16 años, lo que más le ha gustado es observar el liderazgo de las mujeres, el trabajo decidido de los hombres, y el interés de los niños de la región de Alvarado, por emprender el desarrollo de sus comunidades, a partir del cuidado y conservación del entorno ambiental.
Consideró que ha habido ocasiones en que siente que ella ha aprendido más de ellos que ellos de ella: “todos hemos aprehendido, pero yo en especial he aprehendido de las mujeres de la región a ser fuerte, a levantar el ánimo. Esa región, sus escenarios naturales, el carisma de la gente, me levantan el ánimo. Ir a la comunidad es cargarse de energía”.
Al paso del tiempo, la bióloga señala, que el mejor resultado que ha tenido el equipo que coordina, con la disposición de los habitantes, en la zona de Alvarado, es el haber detenido la caza furtiva de manatíes, y el sentar las bases para iniciar acciones de cuidado y conservación de la especie.
“A 20 años de esa primera incursión, se ha cambiado la mentalidad de las personas, ya nadie caza, o casi nadie caza manatíes, los lancheros conducen con cuidado en la zona para no golpear a las crías de manatíes, y si alguien en cuenta un manatí varado, ya sabe que hacer para ponerlo bajo resguardo”.
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Este año, Blanca Cortina se siente cerca de alcanzar el propósito que la llevó a esta región de Veracruz.
Hace un par de meses, los pescadores de la zona encontraron varado a un manatí bebé, con un alto grado de desnutrición. Desde entonces, la comunidad lo adoptó y lo ha provisto de cuidados.
“La gente reportó el hallazgo, lo examinamos con ayuda del compañero Fabián Vanoye Lara, secretario de la facultad de Veterinaria de la UV, quien siempre nos apoya. Era difícil rescatarlo, estaba muy deshidratado, pero aun así, la comunidad puso toda la disposición para iniciar los cuidados”.
Después de varios meses de ser alimentado con un sustituto de leche especial para él, y de vivir en una alberca, cerca de la Laguna, los habitantes de la región se preparan para hacer una preliberación del manatí.
El hecho, que se llevará acabo en un par de meses más, será para la bióloga y los habitantes de la región, poner a prueba la consolidación de un proyecto que se ha extendido a lo largo de más de 16 años.
“Si no hubiera un cambio de mentalidad, una transformación en la forma de interactuar entre los habitantes de la región y su entorno ecológico, esto que va a suceder, no podría ser posible”.
“Pero ya hay un cambio de actitud en cuanto a la conservación del ambiente. Es muy raro que hoy en día, alguien diga que se cazó un manatí en la región. La gente de la zona ahora habla de cuidar los manatíes, y de la importancia de cuidar el ecosistema en el que vive”.
La preliberación del manatí consistirá el pasar al manatí de la alberca artificial, colocada a un lado de la laguna, e introducirlo a la Laguna Natural, de la zona. La convivencia y el cuidado que tengan los habitantes de la zona con el manatí, serán la prueba del nivel de sensibilidad que han alcanzado en el tema de la conservación de la especie.
Pero hay un valor más en el trabajo que Blanca Cortina, y un grupo de expertos han agregado al proyecto de conservación de mantíes en al región de Alvarado. A diferencia de los proyectos de Brasil y Puerto Rico, en el caso de Alvarado, salvo por la asesoría que emprendieron expertos en especies marinas, serán el único lugar en el continente donde el cuidado de manatíes en la región, este en manos de los lugareños.
“Estamos muy cerca de alcanzar nuestro proyecto meta, ha cambiado la mentalidad de las personas, ya nadie caza, los lancheros conducen con cuidado en la zona para no golpear a las crías de manatíes.
“Por el contrario, la gente habla de la importancia del manatí,de no permitir su extinción, y si alguien encuentra un manatí varado, ya sabe que hacer para ponerlo bajo resguardo”.