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Realiza diputado cirugías oculares gratuitas

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Leandro García Bringas ha realizado unas 35 mil operaciones sin costo, a lo largo de su carrera.

“¿Qué les cuesta a las personas dar? Con que cada especialista ofreciera una consulta gratis tendríamos resueltos muchos problemas de salud”, aseguró el diputado local Leandro Rafael García Bringas, quien como médico oftalmólogo ha realizado unas 35 mil operaciones sin costo en beneficio de quienes más lo necesitan.

La idea surgió porque donde estudió había dos tipos de pacientes: los que pagaban completo el costo de la intervención, porque podían hacerlo, y quienes pagaban sólo la mitad.

Recordó que, al llegar a Coatzacoalcos en 1981, y comenzar a aplicar el mismo sistema, comprendió que hay muchos pacientes a los que no se les puede cobrar ni siquiera la mitad de la consulta o la cirugía,  porque no tienen ni para las medicinas que deben tomar una vez operados.

Como legislador, García Bringas ha incrementado esta labor social. “La política me ha servido para ayudar a más gente, porque ahora colaboran con nosotros personas altruistas e instituciones, que se enteraron de lo que hacemos y nos apoyan con diferentes materiales, como lentes intraoculares, material de sutura y equipo quirúrgico”.

Con el equipo médico que lo respalda en el consultorio, comenzó a ofrecer gratuitamente este servicio, pero ahora, gracias a la donación de un camper con sillón y microquirófano, visitan las colonias, donde realizan cirugías que no requieren esterilización.

Además, participan en programas de obsequio de lentes, sobre todo para adultos mayores. “Es muy gratificante ver cómo, con este pequeño gesto, las personas vuelven a realizar muchas actividades y a valerse por sí mismas y recuperan el entusiasmo de vivir”.

Entre sus recuerdos más gratificantes está el de una niña que, aprendiendo a abrir almejas, se lastimó un ojo. Cuando la llevaron a su consultorio, el doctor García Bringas la trasladó al hospital para operarla y cerrar la herida, pero no cobró nada por esa operación, sólo tuvieron que pagarle al centro médico el uso del quirófano.

Durante un mes, cada semana la niña venía a curación. “Una vez, su papá me trajo un pez vivo en una cubeta para agradecerme este gesto. Han pasado 30 años y todavía me reconocen. Me paga más eso.

“Este es sólo un ejemplo de lo que para la gente representa un pequeño gesto de ayuda”.

Nuestra labor no es única. Poco a poco las fundaciones han replicado este trabajo y ya operan en las zonas más pobres. Algo destacable, porque la medicina poco a poco se va deshumanizando, concluyó el diputado.