-Dame permiso de salir, voy a ver a Rosa Isela, ahorita regreso.

-Pero no te vas a tardar, porque ya vez que si llega mi mamá y no estás, se enoja.

-No, no me tardo, rápido llego.

Este fue el último diálogo que Francisca Hernández Ortíz, una joven de 15 años de edad, sostuvo con su hermana mayor, el 27 de enero de este año. Horas más tarde fue desaparecida, y tres días después, asesinada.

El día de su desaparición, Francisca había recibido un recado. Un joven identificado como  José Luis Alcazar Sánchez, “El botas” quería verla a las 18:30 horas en frente de la clínica de salud de la localidad Guadalupe Victoria, para llevarla a donde Pedro –el tío de “El Botas”-, porque él quería hablar con ella.

“El botas” y su tío Pedro “X” niegan haber visto a la menor el día de su desaparición. “El botas” dice que tuvo un compromiso ese día, y ya no acudió a la cita. Pedro “X” no alcanza a explicar a la familia, cuál era el interés por ver a la menor. La familia sospecha de ellos.

El viernes 31 de enero, a las 13:00 horas, el cuerpo sin vida de Francisca Hernández fue localizado a campo abierto, cerca de unas matas de maguey. Aproximadamente a un kilómetro de la carretera federal Xalapa-Puebla, que a traviesa por el lugar. Tenía hematomas en el rostro, y su muerte fue por asfixia.

Su homicidio está vinculado con Pedro “X”, quien tiene un historial de agresiones sexuales con otros tres casos de jóvenes que han sido abusadas sexualmente en las comunidad Guadalupe Victoria, y Madero, del municipio de Perote.

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Imelda Ortíz Serrano, la madre de Francisca, acababa de conseguir un trabajo en Perote, para ayudar a su esposo con el gasto del hogar.  El día que Francisca salió de casa estaba bajo custodia de su hermana mayor de 20 años de edad.

“La última vez que la vi fue a las 7:40, que se iba a la escuela. Le dije que le echara ganas, que regresara temprano a la casa. De ahí ya no la volví a ver hasta que me trajeron su cuerpo”, cuenta Imelda.

Esa noche que regresó del trabajo, Francisca  continuaba sin regresar a su domicilio. Imelda esperó a que llegara Ramón Hernández, el padre de Francisca, para pedirle que fuera a buscarla.

Rosa Isela, la compañera a la que Francisca había ido a ver esa tarde, confirmó su presencia en su casa. Estuvo ahí un rato, y decidieron no salir a ningún lado. Más tarde Francisca se marchó, y Rosa Isela no volvió a saber de ella.

Al ver que su esposo no localizaba a Francisca, Imelda y su hija mayor decidieron empezar a buscar por su cuenta. Fueron al ciber de la localidad, buscaron en  lugares oscuros. 

Incluso, sin dejar pasar el tiempo, esa misma noche, pidieron apoyo a la autoridad municipal, pero esta les dijo que tenían que esperar 48 horas para reportar su desaparición. Decidieron continuar la búsqueda por su cuenta en lo que se cumplía el plazo.

El 28 de febrero, la familia presentó la denuncia 05/2014 ante el Ministerio Público de Perote por desaparición. Mientras que unos lugareños, conocidos de la familia, pidieron apoyo a una patrulla de la policía estatal, que pasaba por la zona, para realizar búsqueda de la joven.

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Las primas de Imelda Ortíz asumieron rápido el papel de detectives. Al siguiente día de la desaparición de Francisca comenzaron a indagar en el pueblo, hasta dar con los detalles que pudieran ubicar el paradero de la joven.

Olga Lilia dijo que ella decidió hablar con las amigas de Francisca, ir con la gente más cercana porque intuía que “a veces entre amigas se platican cosas, se cuentan detalles que no nos cuentan a los padres, a los mayores”.

Su intuición no falló. En la plática con Arely “X”, amiga de Francisca, la joven relató un detalle interesante: “a la niña le nació del corazón platicarnos que ese señor Pedro “X” se la llevó, la golpeó, la violó, y la había abandonado en un campo, solo 15 días atrás.

“Cuando le preguntamos si ella creía que Francisca podría estar en manos de Pedro, ella contestó que si, que él, la debía de tener, porque cuando la había lastimado a ella, le mostró la lista de 15 niñas que quería para él, y entre esas niñas estaba Francis”.

Con el testimonio de Arely “X”, se logró que los policías estatales, que participaban en la búsqueda, detuvieran a Pedro “X” en la talachera donde trabaja, y a su sobrino “El Botas”.

La poca esperanza que se había despertado entre la familia de Francisca por la detención de Pedro pronto se esfumó. El Ministerio Público dijo que el testimonio de la menor no era suficiente para detenerlo. Después de dos horas quedaría libre.

Una amenaza de linchamiento por parte de pobladores de Guadalupe Victoria, que acudieron ante el Ministerio Público, en la cabecera municipal de Perote, para apoyar a la familia de Francisca, hizo que no lo soltaran.

Al siguiente día, la ex esposa de Pedro “x”, quien lo había demandado meses atrás por violar a su propia hija, logró que al fin, le dictaran auto de formal prisión. Eso hizo que las autoridades lo mantuvieran en la cárcel.

Sin embargo, para el 30 de enero, Francisca seguía sin ser localizada. La camioneta de PC y la patrulla de la policía municipal que el ayuntamiento de Perote destinó para apoyar las labores de búsqueda, solo llegaban a Guadalupe Victoria y se estacionaban en la sombra.

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Un habitante de la comunidad, ya entrado en años, contó que desde el día siguiente a la desaparición de la joven, el pueblo se mantenía organizado en brigadas de búsqueda para dar con el paradero de la joven.

“Organizamos varias brigadas de búsqueda, en mi grupo íbamos ocho o diez personas, y atrás de nosotros iban más.  Buscamos en todo el campo desde la carretera, hacia adentro”

El hallazgo ocurrió el viernes 31 de enero, a las 13:00 horas, a un kilómetro de la carretera Puebla-Xalapa.

“Buscamos en los matorrales, en magueyes, en unos hoyos de donde sacaron grava, en todo eso anduvimos buscando hasta que llegamos a unos magueyes. Ahí dimos la vuelta y ahí encontramos tirada a la niña”.

En cuestión de minutos llegaron al lugar vecinos que realizaban su propia búsqueda cerca del lugar donde fue encontrado el cuerpo de Francisca, luego llegó la familia, y la policía municipal, que  fue lenta para los trabajos de búsqueda.

“La policía municipal no se movió para nada. Quien sabe como les avisaron, porque cuando la encontramos, a los diez minutos llegaron ellos. Lo que yo puedo decir, es que quien nos apoyó fue la policía estatal, esa  fue la que estuvo con nosotros, buscando, rastreando, no se quien le avisó a los policías municipales que rápido llegaron ahí”, relata el señor que organizó la búsqueda con los pobladores.

La zona del hallazgo fue acordonada por las autoridades, el cuerpo de la joven fue sometido a exámenes periciales, y posteriormente fue sepultado por su familia el domingo 02 de febrero.

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Hace 12 años, Rosa Elia García Ortíz, prima de Imelda Ortíz, mamá de Francisca, denunció ante le ministerio público, la violación sexual que Pedro “X” cometió contra de sus hijas –prima de Francisca-. En aquél entonces, la actitud de las autoridades fue lenta, y el agresor logró evadir el castigo de la ley.

“El día de los hechos, las autoridades le dieron suficiente tiempo para que saliera del estado. De Guadalupe Victoria, sus familiares lo trasladaron a Puebla.

“Di vueltas y vueltas, insistía con las autoridades. Por fin, en  Xalapa,  me ayudaron un poco, pero cuando salió la orden de aprehensión, él ya estaba amparado, y no se pudo hacer nada”.

La demanda quedó estancada en una “tentativa de violación”.

En ese entonces,  Rosa Elia, buscó un arreglo de palabra con las autoridades, para garantizar, por lo menos, la seguridad de su hija. Pidió que Pedro no volviera al pueblo.

En un principio, las autoridades acataron el compromiso, pero cinco años después, el acuerdo quedó en el olvido. El agresor volvió a Guadalupe Victoria.

 “Si a mi me hubieran hecho justicia, no hubiera pasado lo que ahorita pasó. No sé las autoridades que es lo que esperan, que es lo que quieren, yo lo que pido es justicia, porque habiendo para Francisca, va haber para mi hija”.

“Una persona como esa, no es justo que alcance a salir bajo fianza. Esta no es la primera vez. Nosotros tenemos cuatro casos documentados de las agresiones que ha cometido: mi hija, el de Francis, el de Arely “X” , y el de su propia hija”.

Rosa Elia  tiene un coraje contenido: “aquí el que gana es el que tiene dinero, porque a los que no tenemos, no nos hacen caso. Vueltas y vueltas y nada.

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Hasta ahora, las autoridades no han vinculado el homicidio de  Francisca con la serie de agresiones que cometió Pedro “X”, en contra de jovencitas de la región. Aunque para los familiares, no hay ninguna duda de su participación en los hechos, y de la existencia de varios cómplices más.

El 05 de febrero, los pobladores de Guadalupe Victoria realizaron una marcha en la cabecera municipal de Perote. Ahí pidieron justicia para Francisca y las otras jóvenes que han sido violentadas en al región. Exigen a las autoridades que actúen con rectitud en el tratamiento del caso, y apliquen la justicia.

La familia de francisca y los pobladores de Guadalupe Victoria están indignados por el caso, temen que otras jóvenes puedan caer en manos de Pedro “X”, y por tanto aseguran que darán seguimiento puntual al tratamiento del caso.

Aseguran que si las autoridades no aplican la justicia, emprenderán marchas y movilizaciones, hasta que los escuchen.