Redacción/

Sudados, sonrientes, y con paso firme, como no lo han hecho en sus respectivos cargos, el encargado de despacho de la PGJ en Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras, y el Secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, fueron captados por la lente de un aficionado madrugador mientras se ejercitaban a orillas del mar.

Sus rostros reflejan serenidad, porque el enroque en el gabinete no les movió ni un solo cabello, al contrario, en el caso de quien se encargaba de la transparencia y la aplicación de la Ley de Acceso a la Información, Luis Ángel, está feliz de la vida porque no dejará de cobrar en la nómina.

Ahora está a punto de convertirse en el fiscal del estado, y el hecho de cargar dos averiguaciones abiertas por “cohecho” y “lesiones” no le espantan el sueño.

Juntos, los dos funcionarios salieron a trotar en una pista elaborada para ese fin, erguidos, orgullosos del puesto que encabezan, viendo de frente o a lo lejos, el Veracruz Seguro, en el que creen, recibiendo la brisa del mar, al tiempo que cientos de familias veracruzanas esperan de ellos noticias sobre sus hijas, hijos, hermanas, esposos y padres desaparecidos en esta tierra.

En la fotografía muestran satisfacción en sus rostros, no se sabe, tal vez salgan a correr para limpiar sus conciencias y sonrían de nervios.