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Van mexiquenses al rescate y control de Michoacán
Una legión de mexiquenses, apoyados por las Fuerzas Armadas y Policía Federal, llegó a Michoacán junto al comisionado para la seguridad, Alfredo Castillo Cervantes, para tomar el control de la entidad azotada por la violencia del cártel de Los Caballeros Templarios.
Oficialmente el priista Fausto Vallejo está al frente del gobierno, pero un grupo de ex funcionarios del gobierno federal y del Estado de México ocupan puestos claves en materia de seguridad.
Además, por órdenes del presidente Enrique Peña Nieto, el titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, comanda un grupo de 18 altos funcionarios federales -un emisario por cada secretaría- para coordinar las acciones de rescate por área administrativa.
Tan sólo Alfredo Castillo, comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán y ex colaborador de Peña Nieto desde que gobernaba el Edomex, apoyó hace unos días el nombramiento de dos mexiquenses en la Secretaría de Seguridad y en la procuraduría michoacana.
De acuerdo con una nota del diario 24 Horas, Carlos Hugo Castellanos Becerra, ex director jurídico de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) durante el sexenio de Peña y ex encargado de la Subprocuraduría Jurídica de la Profeco, fue designado titular de la Secretaría de Seguridad Pública, en sustitución del General Brigadier D.E.M., Alberto Reyes Vaca, quien estuvo al frente por ocho meses.
El nuevo encargado de la seguridad en Michoacán se rodeó de sus cercanos colaboradores importados desde otras dependencias: Adolfo Eloy Peralta, ex coordinador de la región centro de Profeco y ex director de la AFI en Sonora, fue nombrado subsecretario de seguridad en sustitución del coronel de infantería, José Luis Castro Herrera.
Eloy Peralta también fue cercano colaborador de Pablo Chapa Bezanilla, ex fiscal federal e involucrado en el polémico caso de la finca El Encanto, quien al investigar el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu contrató a la vidente Francisca Zetina, La Paca.
Otro de los nombramientos es Jesús Isaac Acevedo Román, como subsecretario de Prevención y Reinserción Social. Este personaje fungió como fiscal regional de Nezahualcóyotl, uno de los municipios con mayores índices de violencia del Edomex.
Respecto a la Procuraduría General de Justicia de Michoacán, fue nombrado José Martín Godoy Castro, ex subprocurador de Atención Especializada en el Edomex, mientras Enrique Peña era gobernador de esa entidad y Alfredo Castillo era fiscal.
En su trayectoria destaca que unos días después de que Peña Nieto arribara a la Presidencia, Godoy Castro fue nombrado coordinador de Supervisión y Control Regional de la PGR. También tuvo un paso por los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, donde fungió como delegado de la procuraduría federal en Sonora y Guerrero.
Cuando era delegado en Guerrero, el 21 de septiembre de 2006, durante el gobierno de Fox, un cercano colaborar del ahora fiscal de Michoacán fue víctima de la delincuencia organizada: Martín Gerardo Saldaña Sixto, su secretario particular, fue secuestrado y asesinado. El cuerpo del funcionario estaba cubierto con cinta canela, presentaba signos de tortura y el tiro de gracia.
Y antes de encomendarle la procuración de justicia en la entidad michoacana, fungió como subprocurador de Verificación de la Procuraduría Federal del Consumidor bajo el mando de Alfredo Castillo.
Pero José María Godoy no llegó solo a Michoacán. Tras su nombramiento, diseminó a sus cercanos colaboradores en las subprocuradurías de la entidad, incluidas la zona de Tierra Caliente, una de las más golpeadas por la violencia y extorsión de Los Caballeros Templarios.
Los territorios, en los cuales era común ver autobuses quemados, emboscadas a policías federales, enfrentamientos con grupos de autodefensa, extorsiones a productores de limón y aguacate, fueron tomados por ex funcionarios mexiquenses.
Jaime Rodríguez Aguilar, ex titular de la fiscalía regional de Cuautitlán Izcalli, municipio del Estado de México, tomó el control de la procuraduría en la capital Morelia. Y otros mexiquenses llegaron a las regiones más complicadas de Michoacán.
Victorino Porcayo Domínguez, ex fiscal regional en Atlacomulco, lugar de nacimiento del presidente Peña Nieto, fue designado como subprocurador en la zona de Tierra Caliente: Apatzingán, Buenavista-Tomatlán, Tepalcatepec y Parácuaro, donde surgieron hace un año los grupos de autodefensa tras el embate del crimen organizado.
En el Puerto de Lázaro Cárdenas, una de las zonas más inseguras de la entidad, donde Los Caballeros Templarios, según indicios policiales, controlan las exportaciones de hierro a países como China, José Juan Monroy García, ex fiscal en la zona de Texcoco, fue designado como subprocurador.
Además, en Uruapan, Iván Martínez Gutiérrez; en Zamora, Liliana Rocío Herrera, y en Zitácuaro, a José Ramón Ávila, también ex funcionarios mexiquenses asumieron la seguridad de Michoacán.
Aunado al equipo de ex funcionarios del Estado de México que tomaron el control de la seguridad, el gobierno federal prácticamente armó un nuevo gabinete para supervisar las acciones del plan de rescate social para Michoacán, en el cual, se invertirán 45 mil millones.
Por instrucciones del presidente de México, Enrique Peña Nieto, cada secretaria federal, 18 en total, nombró a un alto funcionario para estar al frente en esa entidad. El gabinete federal es coordinado por el titular de Segob, Miguel Osorio.
Según la nota del diario 24 Horas, entre los nombramientos resaltan Guillermo Ruiz de Teresa, coordinador de puertos y marina mercante, enlace de la SCT en Michoacán; en Educación, se nombró a Erik Delval, subsecretario de Planeación; Gabriel O’Shea Cuevas en Salud, y Ricardo Aguilar Castillo, de la Sagarpa. Este último fue secretario del Trabajo con Peña Nieto en el Edomex, de 2005 a 2006.
Salud con gran demanda en Michoacán
Gabriel O’Shea Cuevas, comisionado Nacional de Protección Social en Salud, designado por el gobierno federal como enlace para Michoacán, reconoció que después del tema de seguridad, para los michoacanos la atención a la salud es el reclamo más importante de la población.
Si bien en un tiempo, “al parecer los sicarios no permitían el paso de médicos en algún momento” y hasta una unidad médica, equipada como consultorio rodante, se robaron, el funcionario asegura que los doctores no tienen temor por el clima de violencia que se vive en la entidad.
Lo que les falta, agregó, derivado de las pláticas que ha tenido con ellos, son estímulos para el desempeño de su trabajo.
De acuerdo con una nota del periódico El Universal, un diagnóstico que realizó el área a su cargo concluye que, en materia de salud, lo que a Michoacán le urge es renovación de la infraestructura médica, abasto de medicamentos, insumos y más personal de salud.
En particular —reconoció—, debido a que en esta entidad se registraron descuidos, a lo largo de muchos años, en materia de salud, por la situación de violencia que se vivía.
“Necesitamos reforzar el primer nivel de atención”, ya que los 107 centros de salud que están en los 30 municipios que conforman la zona de Tierra Caliente en Michoacán, tienen una antigüedad que va de los 20 a los 30 años, y carecen de equipos y medicamentos, explicó el funcionario.
“Estos sitios están muy dañados porque no han tenido inversión desde hace tiempo”, reveló.
O’Shea Cuevas anunció que habrá un presupuesto aproximado de mil 560 millones para alcanzar cinco compromisos en salud para esta entidad.
Por ello, adelantó, se reactivará la obra para la construcción del Hospital de Apatzingán, con una capacidad de 60 camas y con un costo de 186 millones, lo que vendrá a solucionar problemas de atención a la salud beneficiará a 250 mil personas; y de igual forma se destinarán tres mil 7 millones de pesos (por los dos millones 392 mil afiliados al Seguro Popular en Michoacán).
El funcionario advirtió que se asegurará que este dinero sea usado para temas de salud en Michoacán. “Estaremos muy cercanos a la gente del estado, al secretario de Salud de la entidad”, señaló.
Dejó en claro que su presencia en Michoacán no es para definir o imponer la política de salud en el estado. “Sólo estamos como coadyuvantes, ayudarles a partir de la experiencia que se adquirió, en mi caso, en el Estado de México cuando fui secretario de Salud”, por lo que reiteró que sólo darán recomendaciones.