Las escenas que hemos visto y que hablan por sí solas, dan cuenta clara de la delicada situación que vivimos los ciudadanos de Veracruz.

En Acción Nacional hemos seguido muy de cerca los llamados de seguridad que insistentemente vienen haciendo las familias veracruzanas. No se ve, ni se percibe seguridad en ninguna parte, en ningún rincón de Veracruz; al contrario, la escalada de violencia se ha salido de todo control.

En sólo dos meses hemos sido testigos de toda clase de ilícitos, desde robos con arma blanca, asalto a mano armada, extorsiones, amenazas, levantones, secuestros y más y más crímenes, la mayoría de ellos impunes.

Los panistas estamos a favor del ejercicio pleno de la democracia. Vemos con gran preocupación los atentados a la libertad de prensa y de expresión. Los actos intimidatorios a los periodistas y el control que el Gobierno ejerce sobre la información dejan a la deriva la vida democrática, además de convertirnos en presa fácil de la delincuencia en todos sus niveles.

Por supuesto que condenamos el asesinato del periodista Gregorio Jiménez, con el que suman ya 10 los periodistas asesinados, más cuatro que siguen desaparecidos; no obstante, sabemos que esto no es ni justo ni suficiente para su familia, o para las familias de muchos otros comunicadores y ciudadanos, hartos de falsos discursos y de los oídos sordos de un gobierno indulgente con el crimen.

La inseguridad que vivimos todos los veracruzanos se ha expresado desde distintas voces, hemos escuchado los pronunciamientos de la iglesia, los fuertes posicionamientos de los empresarios cansados de la extorsión, los reclamos de garantías para el ejercicio periodístico, los lamentos de las madres y padres de los veracruzanos desaparecidos en los últimos años, en suma, la indignación generalizada de una sociedad que se ha comenzado a sacudir el miedo.

Garantizar la seguridad no es para nada un tema menor. La gobernabilidad del estado de Veracruz está en entredicho en el país y ante los ojos del mundo. En principio lo que se necesita, como bien lo dijeron los Obispos, ciertamente es “hablar menos y ser más eficaces”; sin embargo, lo que menos reflejan es eficacia.

Como integrantes de la vida política en el Estado y como veracruzanos que somos, exigimos la remoción inmediata del Secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, porque consideramos que ya fueron suficientes los agravios cometidos por este funcionario en contra de los ciudadanos y de sus comunicadores.

Lo deseable sería depurar el sistema de seguridad estatal desde la propia Secretaria de Gobierno, la ineptitud ha sido más que obvia para prevenir, combatir y erradicar la violencia y la delincuencia, no hay orden y no hay control en Veracruz.

La Secretaría de Seguridad Pública es una institución que lejos de brindar seguridad, siembra el miedo y el terror. Ahí tienen su origen los actos intimidatorios y de persecución a comunicadores y ciudadanos, los panistas lo hemos vivido en carne propia.

Esperamos que en una acción congruente y comprometida se atienda esta exigencia, que no es petición de Acción Nacional, sino de los millones de veracruzanos que no vemos resultados.