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No paran inconformidades en Hospital Regional de Veracruz
Veracruz, Ver.- Inconformes y molestas aún después de la remoción del cargo del Jefe de Enseñanza de Investigación de Enfermería, Manuel Chagala García, decenas de enfermeras irrumpieron dentro del Hospital de Alta Especialidad para que el director Rafael de Jesús Picaso atendiera sus demandas.
Armadas con pancartas y sus celulares, para grabar, llegaron al segundo piso del Hospital, donde el director Rafael de Jesús Picaso tuvo que salir y atenderlas.
Una de las demandas era la remoción del cargo de la directora de Recursos Humanos, la doctora Magdalena Préstamo Fuerte, quien no respeta los artículos de las Condiciones Generales de Trabajo, es “prepotente” y da malos tratos a las trabajadoras.
“En el artículo 42 viene estipulado que tengo 5 días hábiles para mostrar mis justificantes y no los acepta”, dijo uno de los afectados quien pidió omitir su nombre.
El director prometió que si le solicitaban su demanda por escrito, iba a resolverles ese mismo día, pero que él, por escrito, no podía comprometerse tal y como se lo solicitaban las enfermeras para terminarlo sin hacer más grande el reclamo.
Otra de las demandas fue que el director les diera una explicación de por qué al Jefe de Enseñanza de Enfermería, Manuel Chagala García se le “premió” con una licencia para que cuando regrese, “pueda trabajar en otra dependencia”.
El director se justificó diciendo que Manuel Chagala fue remitido del cargo de la Jefatura de Enseñanza aún con toda y licencia, pero que el hecho de haber pedido licencia era un derecho que todo trabajador tiene en el hospital.
En la entrada algunas fueron violentadas por el policía del Ipax, quien en un tono altanero empezó a empujarlas y a decir que era él el que mandaba, y una de las enfermeras de manera enérgica le dijo que él era empleado de una empresa privada a diferencia de ellas, las enfermeras, quienes resultan afectadas todos los días por los malos tratos de sus superiores.
Con esto queda demostrado que no todo se había resuelto como había declarado en la mañana el doctor Rafael de Jesús Picaso, quien en tono de burla le decía “campeón” y “mija” a los trabajadores que molestos, exigían respeto a sus demandas.
“Hable con propiedad”, le dijo uno de los trabajadores, recriminándole su vocabulario.
Huye líder sindical a reclamo de agremiadas
Abordado mientras las enfermeras le gritaban ¡Fuera, renuncia!, el secretario general de la Sección 40 del Sindicato de Trabajadores al Servicio de Salud en Veracruz, Álvaro Barrios Sánchez, negó los malos manejos que se le acusan de hacer en ese gremio.
“Bueno, yo creo que no se puede probar lo que se dice hasta demostrar lo contrario, yo creo que todo tiene un proceso, el comité ejecutivo nacional está enterado de la situación que se vive en la sección”.
Además dijo que hay una “pseudorepresentante” de nombre Elizabeth Melquiades a quien descalificó y dijo que no tenía ninguna representación dentro de la sección.
“Hasta ahorita hemos hecho lo que se podía, no podemos violentar tampoco los derechos de los trabajadores, se pedía la destitución del cargo de Manuel Chagala que por alguna situación lo señalaron los pasantes”, dijo también.
Negó que Manuel Chagala García haya sido despedido de la institución, sino más bien hizo un acuerdo para que de acuerdo a su perfil sea reubicado en otro lado.
“Acabo de llegar de Xalapa, donde acordamos que el señor licenciado Manuel Chagala García sea reubicado en otro lugar de acuerdo a su perfil profesional”, precisó.
Sin embargo, las enfermeras confrontaron al secretario, quien sonriente ignoraba a sus agremiadas mientras éstas le recriminaban que era un “mal líder que no las escuchaba”.
“Tú no me ayudaste, Álvaro, cuando a mí me faltaron al respeto”, le recriminó a una, mientras el secretario sólo se reía. “El sindicato somos todos”, y el secretario caminaba como si no le importara.
Al final una enfermera le enseñó los oficios que había metido al sindicato, los cuales sólo fueron firmados de recibidos, pero sin resolvérselos. Después de esto, el secretario huyó con una sonrisa maliciosa de oreja a oreja, mientras le llovieron gritos de ¡Fuera Álvaro! ¡Renuncia, no nos defiendes!