Estudiantes de la Facultad de Danza de la Universidad Veracruzana (UV) desarrollan investigaciones en las que analizan los vínculos entre ésta y otras disciplinas, trabajos con los que respondieron a la convocatoria del Primer Concurso Estudiantil de Investigación en Danza, convocado por la Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello.

Guadalupe Ruiz, directora de esta entidad académica, comentó que promover la investigación entre sus estudiantes es prioridad, como parte de su formación integral. Bajo este esquema es que las académicas Ana Uribe y Lilia Palacios, integrantes del cuerpo académico (CA) Danza Contemporánea, vincularon a los alumnos con el concurso citado.

“Éste es de los primeros que se abren en México relacionados con la investigación de la danza y dirigido a los estudiantes, gracias a oportunidades como ésta es que la investigación en la disciplina se ha posicionado poco a poco en México. Este concurso formó parte del Segundo Encuentro de Investigación en Danza, afirmó Guadalupe Ruiz, directora de la Facultad.

Señaló que entre los estudiantes que destacaron están Laura Edith Ortiz Rodríguez, del tercer año de la licenciatura, y Paula Mariana Robles Jacobo, del primer año de propedéutico, quien además obtuvo el segundo lugar del concurso.

La convocatoria consistía en presentar proyectos de investigación relacionados con la danza. Laura Edith decidió participar con un estudio de vinculación entre la danza y el futbol.

“Pensaba hacer un laboratorio para que los bailarines entendieran la dinámica del futbol y después aplicar esos conocimientos como un lenguaje, sobre la marcha del proyecto me di cuenta que el ejercicio podría funcionar también como intercambio, pues la técnica de entrenamiento que ellos ocupan puede ser útil también para el trabajo del bailarín, y viceversa.

”Para lograr mi objetivo recibí inicialmente apoyo de la Dirección de Actividades Deportivas de la UV, quienes me contactaron con el equipo de futbol Halcones, establecí contactos para concretar una dinámica de trabajo; posteriormente por cuestiones de incompatibilidad de horarios no seguimos trabajando, pero logré establecer un proyecto en común con los Búhos de Xalapa, equipo de tercera división, y fue una experiencia sumamente enriquecedora porque en ese momento yo no tenía ninguna noción acerca del futbol soccer y ellos tampoco sabían nada acerca de la danza.”

Tras conocer sus necesidades y dinámicas de trabajo, explicó la bailarina, tuvo la oportunidad de presentarles una propuesta de actividades y estrategias de danza que les serían de utilidad para su entrenamiento deportivo.

“Movimiento y coordinación, escucha grupal y conciencia corporal, fueron algunas de las herramientas de las que eché mano para colaborar con Búhos de Xalapa. Pude observar evidencias de los beneficios para los deportistas al aplicar las técnicas de danza como parte de su entrenamiento.

“Otro aspecto interesante de esta experiencia es que logré establecer contacto con especialistas que hacen investigación desde la danza hacia el deporte como una intención de vincularla con otras actividades”, concluyó.

En tanto Paula Mariana hizo hincapié en que el concurso les abrió una perspectiva distinta del quehacer del bailarín, pues dijo que por lo general se piensa que la labor es meramente escénica pero poco se conoce del aspecto de la investigación. “Sin duda seguiremos haciendo investigación”, coincidieron las estudiantes.

“Para mí es algo doblemente especial porque como segundo lugar mi investigación será publicada dentro de la revista del II Encuentro de Investigación en Danza”, explicó Robles Jacobo.

“Taller de inducción para el trabajo escénico de la animación en una marching band”, es el nombre del proyecto de Robles Jacobo, quien detalló que las marching bands son grupos de música que ocupan instrumentos de aliento y percusión, básicamente son bandas de marcha como lo indicaría su nombre en español e incluye la participación de niñas que colaboran bailando.

“Realicé mi investigación con ‘Los Pitufos Marching Band de la Escuela Secundaria General Julio Zárate’, con una población de 21 niñas entre 13 y 15 años de edad. La idea surgió por observar a los adolescentes de hoy que tienen una vida muy pasiva y desconectada de su cuerpo.”

La joven compartió que el  inicio del proyecto “fue implementar técnicas de danza contemporánea para enseñarles a las chicas a articular su cuerpo, que tuvieran conciencia de sí mismas; por ejemplo, las niñas sabían que tenían un brazo pero no sabían lo que podían hacer con él. Posteriormente realicé una bitácora del trabajo y los resultados, producto que ganó el segundo lugar del concurso”, concluyó.