- Ecología
Museo de la Fauna, ejemplo de cuidado ambiental sobre la cima de Xalapa
En Xalapa todos los caminos se cruzan alguna vez y parecen llevar a la punta del cerro Macuiltépetl, aquí se encuentra el centro geológico de esta capital y también el Museo de la Fauna.
En 1922, William K. Boone era benefactor de Xalapa y presidente de la Cámara de Comercio de la localidad; entre otras cosas había tenido la certeza de recorrer ampliamente la geografía de la incipiente ciudad y sugirió el emplazamiento del actual Estadio Xalapeño Heriberto Jara Corona, que construyó el célebre ingeniero Modesto C. Rolland, haciendo gala de la vanguardia propia de los años 20.
K. Boone fue un visionario nato, ideó y dirigió un camino para automóviles que ascendía por la pendiente del emblemático Cerro de Macuiltépetl y sin proponérselo sentó las bases de lo que 56 años más tarde sería el Área Natural Protegida.
Fue hasta 1980 que fue decretado como Parque Ecológico y luego de algunos cambios en la administración de los recursos fue dirigido por un patronato conformado en 1993, que le daría la personalidad que actualmente tiene.
Pocos imaginan que este cono volcánico de más de 30,000 años de antigüedad, que tiene una altitud de hasta 1586 metros sobre el nivel del mar, es más que un sitio para ir a pasear o realizar algún deporte, pues guarda historias que dejaron huella y que hoy pueden apreciarse gracias al esfuerzo del patronato y de su presidente, Sergio Humberto Aguilar.
Una de estas historias descansa en los muros de lo que, allá por 1926, fuera la radiodifusora del gobierno estatal y que se ha convertido en el Museo de la Fauna del Parque Ecológico Macuiltépetl; es fácil localizarlo cuando se realiza un recorrido por las veredas adoquinadas del parque.
Cerca de la cima, en ese último corredor arquitectónico conformado por el mirador, la pirámide-mausoleo y el emblemático reloj de sol, descansa una construcción claramente antigua que se encuentra custodiada por aves de caza, coronadas por dos águilas de piedra, réplicas a escala de la gran escultura de concreto que descansa en el paseo de los Lagos; en medio de los aleteos y silbidos de búhos, gavilanes, águilas y un zopilote, se encuentra un pequeño santuario de historia natural.
Con un herpetario bien equipado, muestras fósiles, cédulas de información e incluso animales disecados, como un águila arpía, actualmente extinta en estas tierras, el Museo de la Fauna no sólo es un escaparate que fascina a sus visitantes, sino un modelo gestor del cuidado de la flora y la fauna de la región y de puntos distantes.
Los animales que habitan el museo son atendidos por el biólogo Sergio Humberto Aguilar y sus asistentes José Luis Díaz García y Roberto Carlos Almaguer Lozada, quienes están capacitados para el cuidado de estas especies, así como para su atención médica y rehabilitación física, en el caso que sea requerida.
Es importante mencionar que la mayoría de los animales han sido donados por personas que los tenían bajo su cuidado, de modo que muchas veces llegan muy maltratadas y tienen que recibir atención veterinaria inmediata.
En el Museo de la Fauna los animales son alimentados cuidadosamente, observando sus características y pesos específicos para lograr su recuperación y, eventualmente, su liberación al medio natural.
Algunos casos exitosos han permitido liberar a algunos animales en las cercanías del Cofre de Perote e incluso en San Luis Potosí, pero otros inquilinos no han tenido la misma suerte, como es el caso del gavilán nevado, que debido a que ya no tiene una de sus alas completas ha tenido que quedarse en la que ahora ya es su casa.
Estas aves, en su mayoría rapaces, son incentivadas diariamente al vuelo, son ejercitadas y alimentadas con la ayuda de las cuotas de recuperación que el patronato cobra en el Museo de la Fauna y la Cafetería-Mirador del Parque; el mantenimiento también se deduce de esta cuota, que es sumamente accesible.
Pese a que en internet se encuentra información bastante nutrida acerca de este espacio único en Xalapa, muy pocas personas visitan el lugar, sobre todo en las temporadas bajas, por lo que es importante promover este sitio.
El Museo de la Fauna no sólo es significativo para la información ecológica de los usuarios, pues también ofrece talleres infantiles y cursos sobre el manejo de áreas naturales protegidas, como elaboración de senderos y centros de interpretación de la naturaleza, además de visitas guiadas al Macuiltépetl.
La invitación a visitar las instalaciones del Museo de la Fauna es una evocación a una caminata ecoturística, al ejercicio cultural del cuidado al medio ambiente y a la observación contemplativa de los caminos xalapeños que convergen en esta importante cima.