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El viejo en la región de los Tuxtlas y en la cuenca del Papaloapan

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Durante el día espera sentado su limosna y le sucede alguna que otra travesura de niños y adultos.

Veracruz, Ver.- Cada fin de año se celebra en los Tuxtlas (región ubicada en nuestro estado) y en la Cuenca del Papaloapan que abarca  (Veracruz, Puebla y Oaxaca), la tradición del Viejo.

Cuatro días antes de finalizar el año, se sienta frente a las casas un muñeco relleno de papel, trapo y cohetes que representa al año viejo, en una desvencijada silla.

Se le viste con pantalón, camisa, zapatos y sombrero viejo; se le coloca en el pecho un letrero que dice “una limosna para este pobre viejo, que ha dejado hijos para el año nuevo”, una lata para el dinero y como toque final un puro o cigarro dentro de la boca.

Durante el día espera sentado su limosna y le sucede alguna que otra travesura de niños y adultos. Pero en la noche recorre casa por casa,  acostado en una camilla, haciéndose acompañar de sus futuras viudas, hijos y un séquito que pide entre llanto y canto, la limosna.

En algunas ocasiones acompañan al viejo, un grupo de jaraneros y bailadores que al son de las jaranas bailan y hacen el fandango. Llegada la última media noche del año, se le prende fuego, causando la algarabía de la gente.

En el Istmo de Tehuantepec el viejo se elabora con las ropas y los huaraches más viejos que han sido usados durante el año. Se le rellena de elotes y cohetes, como cabeza se le pone un coco que se decora con carbón.

Los cantos y pregones del viejo se dejan escuchar así:

Una limosna para este pobre viejo que ha dejado hijos, que ha dejado hijos, para el año nuevo.

En Otatitlán se canta:

Este Ferruco  Se muere de tristeza,  porque a media noche  le vuelan la cabeza.

*Tomado del libro Fiesta populares en Veracruz. Serie Tradiciones IVEC.