- Ecología
Sur de Veracruz, "foco rojo" por caza furtiva de especies exóticas
Las Choapas, Veracruz.- El número de especies exóticas que son capturadas, traficadas y vendidas en el mercado negro, se desconoce, pero el sur de Veracruz, está considerado por especialistas ambientales como "foco rojo" en ese delito.
Tepezcuintle, armadillo, venado, jabalí, cocodrilos, loros, changos, entre otras especies, abundan en la zona rural de Las Choapas, sin embargo, quienes cuentan con reservas naturales o con grandes hectáreas de montañas en sus ranchos, al desconocer el tesoro que hay en sus manos, lo dejan al saqueo de cazadores furtivos.
La caza furtiva es un jugoso negocio, pero esta "sólo puede combatirse si los propios dueños de ranchos donde abundan especies diversas, se ponen a trabajar en cultura ambiental, tramitan sus permisos para criadero y comercialización, que ya está permitido, y le quitan el negocio a los depredadores", sostuvo el oceanóloco, Homero Bennet Leguizamo, integrante del comité de vigilancia ambiental de Coatzacoalcos.
Conocedor de la gran cantidad de personas que diariamente se apuestan en las carreteras de la zona sur, incluso a unos metros de retenes de policías y militares, para la venta de loros y hasta tucanes, el conocedor de la vida silvestre, aseguró que es lamentable que no haya acción para prevenir ese tipo de ilícito.
"La gente está tonta, por no decir otra cosa", dijo el biólogo en entrevista con PRESENCIA Sureste, pues indicó que si conocen que en sus terrenos hay venados cola blanca, lo que tienen que hacer es aprovecharlo y formar un criadero; todo lleva un trámite pero ya es permisible.
Lo que tiene que hacer la persona es recurrir ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y plantear que tiene un terreno de tanto por tantos metros o hectáreas y que quieren tener un criadero de venado; pide una inspección, se hace un recorrido y se le dan a conocer los protocolos con los que debe cumplir. Los pagos que se hacen son de entre 400 y 1200 pesos.
También debe definirse si el criadero será para preservación o aprovechamiento; este último es para comercializar su carne, ya sea en canal o por piezas; a parte la piel, pero es algo a lo que se le puede sacar mucho provecho. Incluso, un venado cola blanca adulto, cada uno o dos años muda su cornamenta, no es necesario sacrificarlo para obtenerla, y ese es otro ingreso.
Otro ejemplo, dijo, el cocodrilo, el kilo de carne oscila en los 300 pesos, pero es mucho mejor que la carne de res, menos grasa, más vitaminas y minerales. Mientras que "la piel del cocodrilo ronda entre los 25 mil y 30 mil pesos, y ya curtida es otro costo, a parte los colmillos, porque también hay a quienes le gustan collares con ese lujo".
Recordó que hay una granja de cocodrilos "El Colibrí de la Antigua", en carretera Cardel-Veracruz, en donde hay cientos de este tipo de especies, y si alguna persona desea comer carne de cocodrilo, puede llamar o acudir directamente y comprarlo, le dan su guía o su factura y no hay ningún problema de traslado.
El tepezcuintle, considerada como la carne más fina de monte, indicó que de la misma forma puede tenerse su criadero, bastan dos hectáreas de terreno, su arroyo y su alimentación como raíces, frutas, verduras, pescado y pequeños camarones de río, para que se desarrollen productivamente.
Homero Bennet, aseguró que hay criaderos de estas especies y consultó que una parejita de tepezcuintle para cría ronda los 18 mil pesos y ya se los entregan con sus microchip, para cuestión de localización.
El armadillo, otra especie bastante buscada por cazadores furtivos, es un animal que se come las culebras venenosas, por ello cuando lo cazan, es necesario dejarlo que coma dos o tres días frutas, para limpiarle el organismo; junto con el tlacuache, son dos especies que pueden comerse las serpientes venenosas y nada les pasa. Incluso, el tlacuache ya está en estudio para antídoto contra el veneno y dejar de estar sangrando a los caballos, que es la fórmula que se ocupa en la actualidad.
El especialista refirió que todo se puede hacer, tanto preservar la especie como reproducirla y comercializarla, sólo es cuestión de que quienes tienen esas especies en sus ranchos, se definan, es un negocio muy productivo, quizá mucho mejor que la ganadería, y no hay que estar derribando cientos de árboles como lo vienen haciendo para convertirlos en potreros.
Lo que tienen que hacer es tramitar sus permisos y pedir un curso-taller, en el que van a aprender un plan de manejo, es decir, cómo cuidar al animalito, si hay un incendio qué se tiene que hacer, si hay una creciente, si hay un animal venenoso rondando, cuestiones sencillas que la misma Semarnat te facilita y te apoya con números de biólogos para que estén en comunicación.
Dijo que esta sería una maneja de abatir la caza furtiva, de otra manera, continuará igual o peor. Dado las circunstancias en que las autoridades policiales no actúan.
SIN APOYOS
En Las Choapas, el Gobierno federal anteriormente destinaba 750 mil pesos para la conservación de áreas protegidas, de dicho recurso el 40% era usado para labor social, como construcción de caminos, limpieza de áreas y el otro 60% para obras de conservación como edificación de viveros, guardarrayas, bebederos, jaulas y reforestación.
Sin embargo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, acabó con ese programa y desamparó las reservas naturales protegidas. Supuestamente, el recurso ahora lo destinó al programa "Sembrando vida".
En Las Choapas, de acuerdo con Jorge Luis López Aguilar, especialista en el tema de vida silvestre, existen 2 mil 800 hectáreas de "reserva protegida", que ahora se encuentran en riesgo, ante los incendios forestales por las altas temperaturas y la caza furtiva.
AUTORIDAD SE DESLINDA
"No es competencia nuestra", respondió un mando militar, en días recientes cuando este medio informativo lo cuestionó por qué no intervienen a las personas que venden loros cerca del retén que tienen en el entronque a La Venta, y agregó que es competencia de otras autoridades. Lo cierto es que ninguna hace nada al respecto.
Datos de la ONU indican que el comercio ilegal de vida silvestre, modalidad delictiva que va en incremento año con año, mueve globalmente cerca de 23 mil millones de dólares anuales, un negocio que afecta especialmente a América al contar con cinco de los diez países con mayor diversidad del planeta (Brasil, Colombia, Ecuador, México y Perú) y con uno de los principales compradores en el mundo EU.
Presencia MX E-Consulta Veracruz