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10 de mayo en México: madres en duelo

  • La Silla Rota
Rosalinda Silva y María Guadalupe Hernández narran su dolor a causa de la violencia de género que sufrieron sus hijas

AMÉRICA MUÑOZ Y JUAN LÁZARO

En el hogar de Rosalinda Silva García Montero, este Día de las Madres no se escucharán las tradicionales mañanitas que el festejo, muy de mañana, solía cantarle su hija Esthefanie, cuyo cuerpo sin vida fue localizado en la comunidad de Detiña, en el municipio de Acambay, el pasado 17 de diciembre de 2017.

Rosalinda Esthefanie Morales García desapareció en Metepec el jueves 14 de diciembre y se perdió contacto con ella después de que envió un mensaje, alrededor de las 18:00 horas, a una de sus amigas para decirle que el taxista donde viajaba no la dejaba ir.

Esa fecha, comenta, nunca la olvidará, pues comenzó el calvario y la incertidumbre para su familia.

Para Fanny o la Beba, como solían llamarle de cariño, este 10 de mayo sería su primera celebración como madre, "hace un año ella estaba embarazada cuando fuimos a festejar. Este año será el primero que la pasaré sin ella.

"El Día de las Madres para nosotros (su esposo y ella) es conmemorable, pero con algunas reservas porque estamos a cinco meses de la pérdida de nuestra hija. Hay dolor, un dolor profundo que nunca se va a ir. Ahí se va a quedar", expresa con tristeza.

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Tras una breve pausa, Rosalinda retoma la conversación y comenta que a sus 50 años vuelve a ser mamá porque ahora está al cuidado de "Chemita", el angelito que, dice, Fanny le dejó.

"Será difícil sustituir su lugar... le digo que ese es su lugar... que sólo la estoy ayudando y que cuando se me vayan las fuerzas me eche un grito y me diga: levántate porque hay alguien que te necesita".

Rosalinda cuenta que Fanny era muy alegre y entusiasta, sentimientos que transmiten al pequeño a quien todos los días le habla de su madre, "Le digo que está en el cielo que lo quiso mucho y que estoy aquí para cuidarlo... que ella me encomendó que lo cuidara y lo protegiera", dice mientras voltea a ver a Chemita, quien se encuentra un poco inquieto, pues es hora de sus alimentos.

La mujer de 50 años, rememora aquellos 10 de mayo en que su hija la colmaba de atenciones, "siempre me decía: Gorda, ¿qué quieres de regalo? Le respondía, ´con que me quieras es más que suficiente´. Una ocasión de sus ahorros, todavía siendo estudiante, me regalo un Igor color blanco, a ella le gustaba que lo pusiera en la cama...", narra, mientras rompe en llanto.

A Rosalinda la agolpan los recuerdos y sabe que no volverá a ver su hija pero no le quedan los brazos vacíos, tiene a Chemita, quien la impulsa a seguir luchando para hacer justicia para que el feminicida de su hija, alcance la pena máxima.

"Con una mano cargo a mi nieto y con la otra me levanto", expresa mientras da a conocer que en tres meses, el próximo 14 de agosto se llevará a cabo la primera audiencia para fijar la sentencia contra Fernando "N", presunto responsable del feminicidio de su hija.

UNA MADRE QUE NO DEJARÁ DE BUSCAR A SU HIJA

En Ecatepec, María Guadalupe Hernández López, no podrá festejar con su hija el día de la madre; ella, tendrá que seguir investigando, por su propia cuenta, la desaparición de Arleth Samantha Olguín Hernández, que ya no regresó a su casa después de ir a dejar a su pequeño hijo a un jardín de niños de la colonia Jardines de Morelos.

Ella desapareció el pasado 25 de abril, cuando regresaba del kinder a su casa.

Su madre María Guadalupe Hernández recibió una llamada del personal docente del kinder, para decirle que Arleth Samantha no había regresado para recoger a su hijo.

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La señora tuvo que ir a traer al niño y llevarlo a la casa de su hija, para ver qué era lo que pasaba.

Sin embargo, su hija no estaba, solo encontró a dos de sus nietos (uno de 3 años, el otro de uno) que mordisqueaban un tamal de dulce.

Los vecinos ya estaban preocupados porque Arleth Samantha nunca dejaba solo a sus tres niños. Salía rápido al kinder y regresaba para cuidar a los más pequeños. Los niños tampoco sabían dónde se fue su mamá. Pensaban que está en la planta alta, lavando ropa. Pero la ropa sucia estaba guardada en una bolsa que se veía en un rincón de la casa.

"Mi hija habitualmente va a lavar a mi casa, y empezamos a marcarle a su celular y nada. Agarré a los niños, los llevo a mi casa, les doy de comer, los atiendo y mi compadre se adelanta a la fiscalía para iniciar la denuncia de la desaparición", expresó la mujer.

La policía ministerial de Ecatepec al recibir la petición de ayuda para localizar a Arleth Samantha, de 22 años de edad, dijo que primero se tenía que iniciar un acta de su desaparición en el Programa para la Búsqueda y Localización de Personas Desaparecidas, No Localizadas, Ausentes y Extraviadas (ODISEA).

Para la madre y su familia fueron horas angustiantes la espera para que se integrara la denuncia correspondiente en ese programa.

Con el reporte de ODISEA, la policía aceptó la búsqueda, pero carecían de unidades policíacas para iniciar la búsqueda. Lo único que hizo la policía ministerial fue poner una patrulla para que la señora María Guadalupe Hernández empezará a repartir volantes y preguntar calle por calle sí alguien había visto a su hija.

La policía mandó a la madre a conseguir la sábana de las llamadas del celular de Arleth Samantha, a la empresa de dónde recibía el servicio. "Una maestra me ayudó a conseguirla y lo único que salió es que la señal del celular se perdió", expresó la mamá que aseguró que dos días antes aún la señal del teléfono se podía detectar.

"En ese momento la policía ministerial se podía mover para ubicar la señal del teléfono, pero no lo hizo", se quejó.

Ahora, la señora María Guadalupe Hernández, en su desesperación buscó la ayuda de la policía federal, pero la respuesta fue la misma, tenían que esperar que llegara a esa corporación el reporte de ODISEA y trabajar en conjunto con la policía ministerial del Estado de México.

Ante esta situación, la madre solo recibe la ayuda solidaria de los vecinos, uno de ellos le dio un vídeo en el que sale una camioneta sospechosa, color negra tipo Lobo, pero con las placas tapadas.

"No estoy diciendo que fueron ellos los que se llevaron a mi hija, pero debe ser investigada", pidió.

La mujer lo único que le quedó es enviar un mensaje al gobernador Alfredo del Mazo Maza, en el que le dijo:

"Licenciado del Mazo, usted cuando estaba en campaña prometió que iba a bajar la inseguridad, hace como un mes, yo me enteré de dos chiquitas, cercanas a mi familia que desaparecieron en Tecámac, hasta ahorita no las han encontrado, ahorita me doy cuenta que las autoridades en lugar de trabajar en conjunto, se avientan la pelota".

Con información de La Silla Rota

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