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Jalcomulco: tres años de resistencia de un pueblo contra las presas

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El pueblo unido ha logrado vencer parcialmente a la empresa brasieña Odebrecht de construir una presa y una hidroeléctrica.

Jalcomulco, Ver.- El 20 de enero del 2014 es una fecha que el pueblo de Jalcomulco lleva grabada en la memoria.

Desde meses antes, los rumores corrían por el pueblo, que una empresa de otro país quería poner una presa y una hidroeléctrica sobre el río Jalcomulco. El Congreso de Veracruz había aprobado el contrato con la brasileña Odebrecht en mayo del 2013, pero la autoridad ambiental decía que los trabajos no habían iniciado oficialmente.

Dolores Milán y Rosario Texón, recuerdan que el 13 de octubre del 2013 un voceador recorrió las calles para pedir auxilio, en el predio Tamarindo, diez kilómetros arriba la maquinaria de la empresa ya estaba trabajando.

Hasta ahí llegaron los pobladores, y sus ojos constataron lo que la autoridad quería ocultarles, la empresa ya había iniciado trabajos sobre el afluente del río, además

había logrado a escondidas de la asamblea ejidal, permisos por tres meses en el predio para hacer estudios ambientales y técnicos.

El 20 de enero del 2014, fecha en que se cumplía el plazo de los permisos, cientos de pobladores se apostaron a las afueras del predio sobre la carretera Tuzamapa- Jalcomulco, con una exigencia: No a las presas.

Desde entonces, ahí se ha concentrado el corazón de la lucha: el campamento centinelas del río.

Han pasado tres años desde entonces, y ese pueblo dedicado al campo, deporte de aventura, y turismo ha cambiado. Desde niños hasta adultos han sido educados en la lucha ambiental para defender su territorio.

Unidos lograron lo que parecía imposible, vencer a la empresa trasnacional Odebrecht, y aunque a la fecha no hay un pronunciamiento oficial de la cancelación definitiva del proyecto, los trabajo están frenados, aunque la lucha social y jurídica sigue su paso.

El pueblo ha dicho que no, pero el gobierno no escucha

Valentina, Elisa y Jafet tienen nueve años, van en cuarto de primaria, no saben mucho de sobre el movimiento de las presas, pero una cosa la tienen clara, había una presa que quería quedarse con su río.

Durante estos tres años han visto a sus padres ir y venir al Tamarindo (ubicación del campamento), les ha tocado marchar, y también hacer guardias para impedir la llegada de más maquinaria.

¿Qué piensan de la empresa?

Jafet interrumpe a las demás para expresar su posición clara: "están invadiendo terreno, son cosas que no son suyas. No es justo, porque el río nos pertenece a nosotros”.

Nadar, jugar, pescar, trabajar son algunas de las actividades que los habitantes vinculan a su relación con el río.

Jacob de 24 años quien ahora labora en un restaurant a la orilla del río, afirma que el río es bueno para todos, es quien da vida al pueblo y también trabajo ¿Cuánto tiempo pasaría desde que se construya la presa a que todo acabe?, después no quedaría nada, reflexiona.

Oponerse a un gigante como Odebrech no ha sido fácil. Muchas congregaciones de la cuenca se sumaron a la protesta, se bloquearon calles, se hicieron demandas para no permitir violentar la veda de construcción en el río que data de 1935.

El pueblo ha gritado que no, pero el gobierno no escucha, señala Norma, dueña de una tienda en el corazón del pueblo.

“Es triste porque no hay solución del gobierno, sabe que esto afectará a todos, pero no tenemos respuesta”.

Permitir una presa en Jalcomulco, lo convertirá en un pueblo fantasma: “Si ahora sufrimos de escasez de agua, estaríamos peor”

Por las calles del pueblo, las pintas en paredes refuerzan la idea de sus habitantes, de la unión de una lucha que no distingue edad ni condición, los ríos son libres, son las venas de la tierra, suelta Javier Solis, integrante de la banda Son de Jalco, quien este día ensaya para presentarse en el festival cultural para celebrar el aniversario.

El campamento la fuerza del pueblo

Día y noche sostenido con el apoyo voluntario del pueblo, el campamento centinelas del río se mantiene con guardias diarias de entre 10 y 20 personas sobre la carretera. Con el boteo sostienen el desayuno, la comida y la cena de las guardias para vigilar que la empresa no vuelva a meter maquinaria.

A Dolores Milán y Rosario Texón les toca día de fiesta. este día han hecho tamales, arroz y frijoles para los invitados que celebran tres años de lucha.

Voluntarias una vez a la semana, señalan que el campamento es querido por todos, hasta ahí llegan familias que les regalan desde pan, hasta huevos, frijoles y carne.

“Este campamento es la fuerza del pueblo, por eso estamos aquí, no queremos que nos quiten el rio, porque por el estamos aquí, de ahí nos mantenemos, crecimos nuestros hijos, si no había dinero, le hombre se iba a pescar medio kilo de camarones y el marido ganaba para comer. Aquí no vamos a quedar”.

No vamos a permitir que gobierno se salga con la suya

Hasta el momento ninguna autoridad, ni el gobierno entrante se han pronunciado sobre el destino de la presa.

En defensa del río, los hombres continúan día y noche en el campamento

Josafat rodríguez, guía de turistas advierte que estarán el tiempo necesario, hasta que digan que el proyecto está cancelado.

Álvaro Contreras, jubilado, lamenta no venir en las noches a la guardia, pero todos los días hace compañía por las mañana “No vamos a permitir que el gobierno se salga con la suya, quiere hacer cosas sin consultar al pueblo, por eso estamos enojados, vamos a defender lo que nos corresponde”.

Avc

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