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Matan y desaparecen a sus hijos, ahora exige justicia en Veracruz

  • De la corresponsalía

Boca del Río, Ver. No fue suficiente que un grupo de delincuentes asesinara y desapareciera a sus dos hijos, Marisela Orozco Montalvo, tuvo que salir huyendo de la ciudad de Veracruz para poder preservar la vida de su tercera hija.

Corría el 2014, ella estaba orgullosa de sus vástagos. Gerson de 19 años cursaba la carrera de arquitectura, mientras que Alán, de 15 años era seleccionado sub 17 del Club de Futbol Tiburones Rojos del Veracruz.

Sin embargo, en marzo de ese año, inició el infierno para la familia. El 17 de ese mes en curso, un grupo delincuencial secuestró al mayor de los hermanos.

Su madre perdió contacto con Gerson. De inmediato solicitó la ayuda de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, pero no le hicieron caso, en el C-4 las operadoras le decían que seguro se trataba de un secuestro virtual, que verificara de nuevo dónde estaba el muchacho.

Para su mala suerte era efectivo, los responsables le exigían por la tarde 80 mil pesos para regresar al estudiante universitario. La familia, como pudo, junto el dinero y lo entregó en el lugar indicado.

Pasaron las horas y Gerson no regresaba a casa. Así que Alán y su cuñado, Miguel Caldelas Morales, de 25 años, subcampeón nacional de Taekwondo y empresario, salieron de casa a buscarlo ayudados por un GPS.

Según relata la mujer, por la madrugada del 18 de marzo encontraron la casa de seguridad en donde tenían a su hijo, una vivienda del Fraccionamiento Arboleda San Ramón, en Medellín de Bravo.

Miguel tocó y lo recibieron con insultos y violencia. Él y el joven futbolista se fueron en un auto a la entrada del complejo habitacional, pero su suerte ya estaba echada, un comando les dio alcance y los acribilló.

Desde entonces, los Quevedo Orozco viven desplazados de su tierra, con seguridad personal de la Procuraduría General de la República (PGR), pues fueron ellos, y no la justicia del estado ni la federal, los que localizaron a los cinco responsables.

Este lunes, ella, apoyada por diversos colectivos de búsqueda de desaparecidos, regresó a Veracruz para manifestarse afuera del Poder Judicial de la Federación, exigiendo que el Juzgado Quinto, libere ya las ordenes de aprensión de los cinco señalados, que siguen libres.

Le dejaron entrar al recinto, lejos de la compañía de la prensa, para prometerle que se hará justicia, misma que lleva esperando ya casi tres años.