Sin avances, a 2 años de rapto por policías en Agua Dulce
Agua Dulce, Ver.- El 13 de febrero se cumplieron dos años de la desaparición forzada de Pedro Ángel Alejandro Garfias y, a pesar del tiempo que ha transcurrido, su familia todavía no sabe nada sobre el paradero del muchacho como sucede con decenas de familias en Veracruz.
Aquella soleada mañana el joven fue abordado por sujetos encapuchados –supuestamente policías– en el callejón Niño Artillero, de la colonia Puebla. A pesar de oponer resistencia, fue herido de bala en el brazo y finalmente levantado a plena luz del día, en el corazón de la ciudad.
Desde entonces, su familia no sabe nada de él y aunque durante los primeros meses tenían la esperanza de volverlo a ver con vida, en la actualidad, su propia madre señala que lo único que desea es poder darle cristiana sepultura.
A Pedro se lo llevaron por colocar carteles en los que se hacían fuertes declaraciones contra elementos de la Policía Estatal y junto con 10 personas más, en aquel violento inicio de 2014, se trataría de uno de los primeros grandes casos de desapariciones forzadas en el estado en el que autoridades se verían involucradas.
Familiares indicaron que el joven se encontraba buscando trabajo en Rabasa y que la posible causa de su desaparición fue que aceptó pegar unos carteles a cambio de 500 pesos pues con semanas sin laborar. necesitaba dinero,
Ese fue el presunto hecho que lo convirtió en blanco, pues justo en el lugar de su desaparición forzada se encontraron los carteles en los que había señalamientos contra patrullas de la Policía Estatal.
En su momento, en 2014, el caso de Pedro y el de otra decena de desaparecidos de Las Choapas, Coatzacoalcos y Agua Dulce fue relacionado a actividades ilícitas, sin embargo, al aportar datos las familias no se encontraron las pruebas suficientes para vincular a estas personas directamente con la comisión de un delito o con vínculos con la delincuencia.
A este acto se le conoce como "criminalización de las víctimas" que, según un artículo escrito por José Gil Olmos, publicado en Proceso en noviembre de 2011, es un acto realizado por las autoridades considerado "doblemente grave, pues no sólo se acusa y se trata de justificar el asesinato de las víctimas, sino que ahora también se responsabiliza a sus familiares, vinculándolos con el crimen organizado para que no sigan con sus demandas de investigar a fondo y aplicar la justicia".
Lo peor, no tener una tumba donde llevarle flores: Familiares
A decir de la familia de Pedro Ángel Garfias, lo que más lamentan es no saber dónde está su cuerpo, no tener una tumba a la cual llevarle flores, no saber si realmente está vivo o muerto. Y si aún vive ¿qué hará, cómo estará, cuánto sufrirá?
Los avances en la investigación del caso de Pedro Ángel Garfias son prácticamente nulos. No hay órdenes de aprehensión ni datos que aporten su paradero.



