Tuye Guízar: la amenaza, el velador quemado, el crimen
- Mussio Cárdenas Arellano
Un mensaje, que es amenaza de muerte; luego el velador quemado; luego el crimen del supuesto papá. Y tres semanas más tarde, José Gertrudis Guízar yacía en suelo, abatido, cuatro impactos de bala en el cuerpo, dejando la vida ahí.
“Voy por su gente”, le advirtieron en un mensaje de texto del que poco trascendió. Y ese día, transcurridas las horas, vio que el amago era real, muerto el vigilante, demoledor el hallazgo macabro en la propiedad del malecón, en el predio en disputa con la inmobiliaria Arkitektur, con el gobierno de Javier Duarte, con el tío incómodo de Karime Macías Tubilla, Jorge Ramírez Perez, el promotor del desalojo en Los Almendros.
Tormentoso, José Gertrudis Guízar Valladares, el “Tuye”, saltaba de tribunal en tribunal, acusando y siendo acusado, evadiendo órdenes de aprehensión y acogiéndose al juicio de amparo, elusivo ante el despojo y el daño ambiental, esgrimiendo también que los verdaderos ladrones de la tierra en Coatzacoalcos son los Hillman, los Ramón, los Anaya, los González, y para ellos no hay cárcel ni aplicación de la ley.
Un par de sicarios lo mató. Acechaban la mañana de este miércoles 20, a unos metros de hogar, en la calles Matamoros entre Revolución y Díaz Mirón, a pocas calles del centro de Coatzacoalcos.
Salió cerca de las 9. Una versión sostiene que iba con su nieto y que al menor lo iban a secuestrar. Pudo enfrentar a uno de los matones pero el otro le vació el arma. Dos impactos dieron en el cuerpo, otros dos en la cabeza. Luego huyeron a bordo de una motocicleta.
Dice la otra versión que el secuestro no encaja. Iban por él, directo el ataque, sobre su humanidad los disparos de los sicarios, presuntamente cumpliendo una amenaza que venía de tiempo atrás.
Ante el ataque, sus familiares lo trasladaron al hospital Semedis, ubicado sobre la calle Revolución, a siete calles del lugar en que se perpetró el atentado. Ahí llegó sin vida.
Su muerte sacude al medio político. Tuye Guízar era hermano del diputado federal Gonzalo Guízar Valladares, presidente de la Comisión de Asuntos Migratorios de la Cámara Baja y líder estatal del Partido Encuentro Social en Veracruz.
Su asesinato ocurre cuando el PRI asedia al PES. Lo quiere en su alianza al precio que sea, distorsionando la realidad, lanzando versiones que dan por sentado que el partido de Gonzalo Guízar será uno de los satélites distractores de votos para mermar la fuerza de la alianza PAN-PRD.
A la versión marrullera del PRI, Gonzalo Guízar respondía una y otra vez que no pactaría con un partido político cuyo gobierno no ve por los intereses del pueblo y que a la protesta de los pensionados por falta de pago le responde con represión.
Un día antes del crimen de Gertrudis Guízar, su hermano Gonzalo fue tajante. Declaró categórico que el PES no iría en definitiva en alianza con nadie, ni con el PRI ni con la coalición PAN-PRD. Y horas después ocurrió en atentado.
De ahí las versiones del móvil político, la presión del régimen duartista que avizora una masacre electoral en la contienda por la minigubernatura de dos años y la renovación del Congreso de Veracruz.
De los portales noticiosos surgieron, minutos después del crimen, hipótesis del móvil político, represalia a Gonzalo Guízar por negarse a la alianza con el PRI. Y algo más: sus continuos acercamientos con el cuasi candidato del PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, con quien había realizado un acuerdo legislativo a favor del tema de los migrantes, el panista como presidente de la Comisión de Justicia y el líder del PES como presidente de la Comisión de Asuntos Migratorios, lo que prendió focos rojos entre el duartismo.
Esa es la hipótesis del móvil político. Casi cuatro meses atrás, el 30 de septiembre de 2015, Tuye Guízar tuvo en sus manos una amenaza directa, vía mensaje de texto.
“Voy por su gente. Bájenle d huevos o nparto madres empezando con prestanombres Barrdas Izq Z y qn se meta a la verga”, decía textual.
Lo valoró y lo mantuvo en reserva. Horas más tarde le hacían saber que en la construcción que detentaba en un predio de Los Almendros, se había producido un hecho de sangre. El velador estaba muerto.
Sergio Vargas Machaca, encargado de cuidar el lugar, fue abatido a balazos. Luego le prendieron fuego. La prensa, salvo contados casos, informó pero a medias. A sabiendas que se trataba del predio propiedad de Gertrudis Guízar, omitieron decirlo. Era la línea oficial.
Primero la amenaza, después el asesinato.
En la investigación ministerial sobre el velador asesinado y quemado se hace mención al pseudoabogado Samuel Muñoz de la Rosa, representante de Manuel Bringas Burelo, promotores de la invasión a Los Almendros, con órdenes de aprehensión por fraccionamiento indebido, con quien Tuye Guízar mantuvo una fuerte y acalorada disputa, de palabras graves, de consecuencias letales.
Siguieron días oscuros. El 10 de diciembre, en atención a una instrucción del Tribunal Superior de Justicia, el juez Guillermo Vargas Hernández ordenó el desalojo del predio Los Almendros. Lo promovió la inmobiliaria Arkitektur, quien había adquirido los terrenos en una operación con los hermanos Bringas Burelo, vía Construplaneación, empresa creada para una triangulación a la que no fue ajeno el gobierno de Javier Duarte.
En manos de la fiscal regional Samyra Khoury Colorado, el desalojo se excedió. El litigo era contra Tuye Guízar pero el predio en disputa no estaba a su nombre sino que es propiedad de Rosario Ramírez. A eso se suma que fueron desalojados paracaidistas de terrenos que no forman parte del litigio invocado.
Tuye Guízar confrontó la embestida del abogado Jorge Ramírez Perez, tío de Karime Macías Tubilla, esposa del gobernador Javier Duarte, para quien la Fiscalía General de Veracruz dispuso personal, patrullas, policías y cuanto fuera necesario para realizar el desalojo. Extraoficialmente se supo que por la operación se pagaron 8 millones de pesos.
Un día después del desalojo, su casa a medio derruir, otro grupo encabezado por José Antonio Madrigal, de Arkitektur, intentó consumar la demolición. Entre ellos había gente armada. No los acompañaba personal de la Fiscalía Regional, inédito el hecho de que un particular se presente a realizar un desalojo como si fuera autoridad judicial. Fueron repelidos por la banda del Tuye, quien apostó a medio centenar se golpeadores.
Antes de concluir diciembre llegó el tercer aviso de muerte. En redes sociales daban cuenta, el 30 de diciembre, del asesinato del padre de los hermanos Guízar Valladares.
No era tal. El asesinado en un rancho de Rodriguez Clara era Teófilo Guízar Ramos y no José Guízar Patraca, nombre de su padre. La víctima presentaba huellas de tortura y se encontraba atado de manos.
Quien refutó la noticia en medios de comunicación de Coatzacoalcos, fue Tuye Guízar, el hermano el diputado y líder del PES.
Tres semanas después, José Gertrudis Guízar caía abatido por las balas disparadas por un par de sicarios, a unos metros de su hogar.
Desoyó la gravedad de la amenaza recibida, el conflicto con Samuel Muñoz de la Rosa, el encontronazo con el tío político del gobernador Javier Duarte, Jorge Ramírez Pérez, representante de Arkitektur, el significado del velador quemado y el rumor del asesinato de su supuesto padre, que no fue tal.
Su vida fue así. Polarizó los ánimos, acusó a muchos, lo acusaban con frecuencia, se trenzaba a golpes, peleaba en los tribunales, agredía periodistas. Violenta su vida, terminó por un hecho violento.
“Voy por su gente. Bájenle d huevos o nparto madres empezando con prestanombres Barrdas Izq Z y qn se meta a la verga”, decía textual la amenaza, conocida también en medios judiciales sin que nadie moviera un dedo.
Le auguraban que un día, como presa en la jungla, lo iban a cazar.
Y se cumplió.
Archivo muerto
Medroso, Arturo Bermúdez Zurita no enfrenta a la prensa. Hace un pull, invita a sus cuates, los reporteros que no inquietan, y excluye a los periodistas que cuestionan, que no le dejan pasar una, que lo exhiben, que desnudan sus embustes. Atenta así el general de cero estrellas, secretario de Seguridad Pública de Veracruz, contra la libertad de prensa y contra acuerdos internacionales. Refleja miedo. Y si teme a la prensa, ¿pues qué será con los criminales, con los Zetas y los Golfos y los del Cártel de Jalisco? Esa es una. Dice que se revaluará a los altos mandos y mandos medios de la Secretaría de Seguridad de Veracruz, luego del levantón de cinco jóvenes de Playa Vicente en Tierra Blanca a manos de policías. Se revaluará porque su delegado ahí, Marcos Conde Hernández, es el artífice de la desaparición, entregados los jóvenes a una banda de la delincuencia. Y cuando le preguntan por qué Marcos Conde sigue en la corporación si reprobó los exámenes de confianza, asegura que su caso está en revisión. ¿Y si aprueba la revisión, qué? ¿Regresa a su cargo de delegado con todo y el señalamiento de que desaparece personas y las entrega al crimen organizado?… El otro es “Culín”, alias Luis Ángel Bravo Contreras. Asegura el fiscal que el delegado de la SSP en Tierra Blanca, Marcos Conde Hernández, reprobó los exámenes de confianza. ¿Y por qué seguía ahí? No sabe, asegura “Culín”. Los veracruzanos sí saben. Porque desaparecer personas y entregarlas a los malosos es un negocio. Y eso no le es ajeno ni al fiscal, ni al secretario Bermúdez Zurita, ni al gobernador Javier Duarte. Negocio al fin… Suena mal, siniestro. Javier Duarte toma el teléfono, dice que todo estará bien y logra que los familiares de los cinco jóvenes de Playa Vicente, levantados por policías en Tierra Blanca, el lunes 11, retiren su protesta frente a palacio de gobierno de Xalapa. Todo estará bien decía el gordobés en septiembre de 2014 cuando ya sabía que la niña Karime Alejandra Cruz Reyes, secuestrada en Coatzacoalcos, había muerto. Servía su engaño para dilatar un desenlace fatal, reacio el gobernador a que el anuncio de la muerte de la pequeña le opacara la cumbre de senadores del PRI y el Partido Verde en Boca del Río. Eso es ser perverso… Tan jodido anda el PRI que Héctor Yunes Landa echa mano de Ricardo Ahued, lo trae a su lado, se monta en su prestigio y lo usa como aval moral en los días previos a su postulación como precandidato al minigobierno de Veracruz. Ahued, el único priista con vergüenza en el Congreso estatal, regatea su voto, contradice y hasta desdeña las aberrantes iniciativas del gobernador Javier Duarte. A veces va a fondo, a veces termina sumado a la corte de los cómplices. De él se cuelga Héctor Yunes ante la ínfima ética que distingue al priismo y el desprestigio que arrastra a los cuadros del PRI y sus infanterías. Vaya crisis moral…Qué romántica. Samyra no se mide y pregona a los cuatro vientos que Jorge Wade Zúñiga, el hijo del cacique petrolero, Jorge Wade González, “es mi novio”. Todo Minatitlán lo sabe y qué bien. Tiene su corazón la fiscal regional y si el amor le llega, que lo goce. Pero no cuida algo. Se llama prudencia y se llama conflicto de interés. Y si doña Samyra Khoury Colorado es novia del presidente del Consejo Local de Vigilancia de la Sección 10, qué ocurrirá cuando caiga en sus manos una denuncia y haya que proceder por la vía legal contra el clan Wade, algo a lo que los dirigentes sindicales, y más aún los caciques, están expuestos pues el poder marea, aturde y aduarta, y del limbo se pasa a los terrenos de la ley. Ora que si no es su novio, para qué lo pregona la fiscal… A media entrevista, sin concretar su respuesta, “Culín”, alias el fiscal Luis Ángel Bravo Contreras, fue arrebatado por el gobernador de Veracruz. “Aquí se está dando vista de que se está procediendo conforme a derecho”, expresaba en Minatitlán, el martes 19, en torno a la responsabilidad de los policías que levantaron a los jóvenes de Playa Vicente, cuando seco, directo, se lo lleva Javier Duarte. “Perdón, me lo robo”, le sueltan por órdenes del gobernador, y el fiscal “autónomo” obedece. “Me lo robo”, quedó consignado en los audios. Y sí, es lo que han hecho todo el sexenio: robarse lo que tienen a la mano… Amañada, la próxima elección ya se enfila al fraude. Entre los mapaches destaca uno, Víctor Cruz Romero, alias El Kalimba, designado y sostenido contra viento y marea como enlace administrativo del Órgano Público Local Electoral en el distrito Coatzacoalcos Urbano. A Kalimba lo impugnan desde la oposición por sus vínculos con el ivanismo, brazo derecho en temas electorales del ex tesorero Mariano Moreno Canepa, pródigo gasolinero, vía ex empleados municipales, quien apenas dejó el cargo sacó el producto de sus ahorros, que es un titipuchal. Víctor Cruz Romero es trabajador del ayuntamiento de Coatzacoalcos, sindicalizado, basificado, un maestro en eso de pedir permiso y dedicarse a la grilla electoral. En 2009 fue echado de la Junta Distrital del IFE por sus vínculos con el candidato del PRI, Ivan Hillman Chapoy, vapuleado en la elección de diputado federal. Ahora es enlace administrativo del OPLE, una figura que sirve a los mapaches del órgano estatal para controlar los consejos distritales en todos los frentes. O sea que habrá tormenta en torno al popular Kalimba…