Uno de los principales riesgos para América Latina es una mayor desaceleración en China por el impacto en la caída en los precios de las materias primas y una menor demanda exterior.

Los países más afectados por esto serían Brasil y Colombia, y los que menos efectos negativos tendrían son México, Argentina, Paraguay y Uruguay, de acuerdo con un estudio de BBVA Research.

La firma estima que el escenario base supone que las autoridades en China seguirán apoyando un crecimiento no menor al seis por ciento anual. Sin embargo, un escenario de bajo crecimiento, cercano a cuatro por ciento, podría ser desencadenado por escasos avances en las reformas estructurales para reequilibrar el consumo y la inversión.

Este escenario afectaría a la región a través de una reducción en la demanda, menor precio de los commodities y un aumento en la aversión al riesgo, con efectos negativos en los activos de las economías emergentes.

Desde finales de julio y hasta terminar octubre, el índice de riesgo EMBI Latam aumentó en cerca de 20 puntos base, al tiempo que los tipos de cambio de los principales países de la región se depreciaron en promedio 10.1 por ciento desde mediados de julio y hasta finales de agosto como consecuencia del periodo de fuertes turbulencias en los mercados financieros de China.

“Estos canales operarían especialmente para los países de América del Sur”, apuntaron los analistas del banco.

Los países cuyas exportaciones representan mayores flujos al mercado chino son Chile, Brasil, Perú y Uruguay, éstos destinan entre 15 y 25 por ciento de sus ventas internacionales al país asiático. Por el contrario, en México sólo dos por ciento de las exportaciones tienen como destino a aquel país.

Para Perú y Chile, ambas economías resultan fuertemente expuestas a la tendencia china por ser exportadores de metales, no obstante tienen la posibilidad de amortiguar en cierta medida este shock con políticas fiscales contracíclicas. En Argentina, Uruguay y Paraguay este choque resultaría de menor impacto ya que sería vía precios de alimentos, impacto con mucho menores consecuencias, señalaron los expertos de la institución financiera.

Empero, en esta situación de riesgo Brasil se ubicaría frente a una aguda recesión a lo largo de 2016 y frente a un estancamiento durante 2017.

El documento advierte que el efecto sobre México sería escaso, siendo afectado sólo por el menor precio del crudo. 

Con información de El Financiero