El senador del PRD, Miguel Barbosa Huerta, exigió ponerle un alto a la corrupción y a la impunidad y afirmó que México no es un país de corruptos.

Durante su informe como presidente de la Mesa Directiva del Senado, que se convirtió en una pasarela política más que en una entrega de cuentas, Barbosa sólo recibió elogios de funcionarios y gobernadores.

Barbosa Huerta presumió que durante su gestión en el Senado privó la austeridad y la transparencia, que se estableció un sistema de control interno de gestión, y se realizó un diagnóstico y rediseño de la Tesorería.

Barbosa destacó el papel del Senado en la etapa en que se aprobó parte de las reformas estructurales del gobierno de Peña Nieto.

“La división de poderes no es confrontación de poderes. Debe ser colaboración, coordinación y control entre los mismos. La Mesa Directiva ejerció su labor entendiendo de manera clara este marco”, afirmó.

En la pasarela política desfilaron los secretarios de Hacienda, Luis Videgaray; de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade; los gobernadores de Puebla, Rafael Moreno Valle; del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera; del Estado de México, Eruviel Ávila y el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens.

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