Patricia Méndez/ e-consulta

Personal de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) me amenazó para que me declarara culpable de participar en la trifulca del 9 de julio, narró este martes Santiago Pérez Tamayo, de 75 años de edad, uno de los cuatro detenidos por el enfrentamiento de pobladores de San Bernardino Chalchihuapan con policías del estado de Puebla el 9 de julio.

El aún preso aseguró que tiene casi 50 años viviendo en Veracruz y que el día del enfrentamiento en la autopista Puebla-Atlixco se disponía a abordar un autobús para regresar a su lugar de residencia, pues en el centro de la junta auxiliar de San Bernardino Chalchihuapan no había transporte debido la gresca.

Entrevistado al término de la audiencia incidental para el “desvanecimiento de datos” ante el juez penal de Cholula, Alejandro León Flores, Santiago Pérez acusó además que ha recibido maltrato por parte del personal del Centro de Reinserción Penal (Cereso) de Cholula, en donde fue consignado.

Este hombre fue detenido el nueve de julio durante el enfrentamiento y consignado dos días después por los delitos de ataques a la vías de comunicación y a la seguridad en los medios de transporte, lesiones, daño en propiedad ajena doloso, motín, privación ilegal de la libertad, robo y homicidio en grado de tentativa por la lesión que el niño José Luis Tehuatlie Tamayo recibió en la cabeza, misma que a la postre le costó la vida.

La PGJ me obligó a declarar que participé en la protesta

Pérez Tamayo acusó que cuando fue detenido y posteriormente trasladado a las instalaciones de la PGJ –ubicadas sobre la 31 oriente y el bulevar 5 de Mayo– personal de la dependencia le exigió que se declarara culpable de organizar y participar en la gresca, a pesar de que reiteró que no tenía ninguna relación con la misma.

“Aquí tienes que decir que estuviste con ellos”, fue lo que agentes de la PGJ le señalaron al detenido, quien les insistió que tiene más de cinco décadas viviendo en Veracruz y desconocía los motivos del bloqueo organizado para exigir la restitución del Registro Civil en esa comunidad.

 “Les dije: fíjese que tengo 52 años viviendo en Veracruz, a esa gente que me pusieron –el resto de los detenidos– yo ni los conozco”, acotó.

No obstante, el personal de la PGJ insistió en que me declarara responsable. “Me pidieron que yo me declarara culpable, pero cómo voy a conocer a esos señores, y nos dijeron ¡ya los cargó la chingada!”, acusó.

Caminaba por arriba del puente y me detuvieron

El detenido narró que el día de los hechos decidió regresar a su lugar de residencia, después de que el pasado primero de julio vino a Chalchihuapan a visitar a su familia, pero no encontró transporte en el zócalo de la localidad y decidió caminar hacia la autopista para regresar a su estado.

“Llego al centro y no había carros, entonces caminé al kilómetro 16 –de la autopista–, cuando llegué a la autopista la gente estaba abajo y yo pasé arriba, como a 150 metros de distancia, se me ocurrió pasar junto a la gente porque en Veracruz hay retenes de militares y marinos y nunca me detienen, entonces se me hizo fácil pero cuando sentí ¡vas pa’ arriba!” (Sic), refirió.

Pérez Tamayo no se resistió a ser detenido por los policías estatales puesto que no había participado en el conflicto. “Sé que no cometo nada, pues vamos, dije”.

A pesar de su edad siguió preso

Al ser detenido el pasado nueve de julio, Santiago Pérez tenía 74 años de edad y cumplió 75 el día 25 de ese mismo mes, sin embargo las autoridades penales no le ofrecieron su libertad por “razones humanitarias” o el arresto domiciliario como jurídicamente se estila según su condición.

Por el contrario, acusó que fue maltratado, situación que consideró injusta pues no fue responsable de los hechos. “Nos trataron a su manera. Si hubiera hecho algo a lo mejor lo merezco, pero no hice nada sólo por pasar junto a la gente”, agregó.