Tres años pasaron para que Víctor Ricardo Aguilar Rubio, de 4 años, volviera al país que lo vio nacer: México.

El pequeño llegó a Estados Unidos cuando apenas tenía 3 meses de nacido, su madre Janeth Rubio, lo envió oculto en un vehículo para que cruzara la frontera, él sí tuvo éxito; sin embargo ni ella ni su esposo, quien moriría tiempo después, lograron pasar la frontera.

El pequeño se quedó con un tío durante varios años, hasta que se cayó de las escaleras; debido a la lesión que tuvo fue atendido en un hospital estadounidense donde el Child Support Service Department lo tomó bajo resguardo, pues su tío no pudo comprobar que estuviera en aquel país legalmente.

El pequeño pasó años protegido en un albergue en los Ángeles, California, hasta que su madre a través de la presidenta del DIF municipal de Cosamaloapan, Xóchitl Villegas Celis, logró que la Secretaría de Relaciones Exteriores de México tramitara su repatriación.

Víctor Ricardo llegó enfundado en una chaqueta con la bandera de las barras  y las estrellas, un pequeño que reconoce más el idioma inglés que el del país donde nació.

Su madre tuvo que pasar el trago amargo de la falta de contacto, el pequeño, a pesar de que le explicaron en varias ocasiones que esa mujer era “mamá”, la abrazó de inicio, sin embargo continuaba siendo una completa desconocida para él; le tomará tiempo adaptarse.

La esperanza de conseguir el ansiado "sueño americano” y la nacionalidad estadounidense lleva a miles de niños centroamericanos a buscar cruzar la frontera, con el aval de sus padres quienes consideran que es el mejor futuro al que pueden aspirar, lejos de las carencias del tercer mundo.