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Doisneau y Picasso en el Palacio de Bellas Artes

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México y Francia muestran su fascinación mutua.

México y Francia mostraron su fascinación mutua durante la inauguración de las exposiciones Robert Doisneau. La belleza de lo cotidiano, y Picasso revelado por David Douglas Duncan, en el Museo del Palacio de Bellas Artes, donde el presidente del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, y la ministra de Cultura de Francia, Aurélie Filippetti, destacaron el amor que existe entre ambas culturas gracias a una relación histórica que data desde el México independiente.

En el contexto de la visita de Estado que realiza el presidente francés François Hollande a México, ambos ministros de cultura encabezaron la ceremonia en la que relucieron los nombres de Octavio Paz y Carlos Fuentes, dos escritores que, precisó Rafael Tovar y de Teresa, no podríamos explicarnos sin la marca que les dejó Francia en su formación cultural.

“Con Francia hay una relación histórica que data desde el México independiente y que ha tenido por característica mantener la excelencia”, señaló el titular del Conaculta, quien también agradeció la participación de diversos museos europeos para contar con una exposición como la de Picasso, que permite conocer la última etapa de la vida del artista nacido el Málaga, España; así como por tener por primera vez en México las imágenes del destacado fotógrafo Robert Doisneau.

Aurélie Filippetti, ministra de Cultura y Comunicación de la República Francesa, indicó que un ejemplo del interés entre las culturas mexicana y francesa está en el enorme éxito que tuvo la muestra de Frida Kahlo y Diego Rivera en el Museo de L’Orangerie, que recibió a un impresionante número de visitantes en el tiempo de su exhibición. Lo mismo sucede con la muestra Keramiká, con obras del Museo de Louvre, que actualmente se presenta en las salas del Museo Nacional de Antropología.

“Mi presencia aquí, en el contexto de la visita de Estado del presidente Hollande, nos recuerda el amor que existe entre nuestras culturas, este diálogo común que nos ha permitido vivir esta fascinación mutua”, dijo Aurélie Filippetti.

En la inauguración también estuvieron presentes María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes; el embajador José Luis Martínez, director general de Asuntos Internacionales del Conaculta; Miguel Fernández Félix, director del Museo del Palacio de Bellas Artes, así como las curadoras de las exhibiciones, Francine Deroudille, heredera de Robert Doisneau, y Stephanie Ansari y Tatyana Franck de Maud´huy, encargadas de la exposición de Picasso.

Tras la ceremonia protocolaria, el público pudo recorrer la exposición Picasso revelado por David Douglas Duncan, en la cual se puede atestiguar el proceso creativo de Picasso a través de una mirada a su mundo privado, durante las dos últimas décadas de su vida creativa, de 1956 a 1973.

Duncan tomó la mayoría de las imágenes en el hogar y taller de Picasso, ubicado en La Californie, en el Sur de Francia. Gracias a ese registro fotográfico, el público podrá ver en plena creación al pintor, su perseverancia en el trabajo creativo y la ejecución largamente madurada que marcó la elaboración de sus obras.

La exposición Robert Doisneau. La belleza de lo cotidiano, exhibe 79 fotografías seleccionadas por sus hijas Francine Deroudille y Annette Doisneau, quienes hicieron una curaduría especial para el Museo del Palacio de Bellas Artes, entre los más de 450 mil negativos que comprenden el actual Atelier Robert Doisneau, lugar que el artista destinó como su centro de trabajo por más de 50 años.

En estas imágenes se pueden ver escenas de la calle y de los suburbios de París –donde pasó su infancia–, su etapa como fotógrafo profesional en la fábrica Renault, su testimonio gráfico sobre la Segunda Guerra Mundial en Francia, su trabajo para las revistas Vogue y Life, así como retratos de celebridades. Incluye, por supuesto, Le Baiser de I´Hotel de Ville (El beso, 1950), la cual es una de sus fotografías más reproducidas en el mundo.