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Recibe Abraham Oceransky la 'Medalla Bellas Artes' en el Teatro El Galeón
Reconocemos esta noche a Abraham Oceransky por una vida entregada al teatro, a un gran hombre que se ha distinguido no sólo por sus brillantes e innovadoras puestas en escena, sino también por su incansable empeño en formar actores y conquistar nuevos foros para que el público pueda participar del hecho teatral, expresó la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, al otorgar la Medalla Bellas Artes al artista, la noche del martes 10 de diciembre en el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque.
“La historia de nuestra Escuela Nacional de Arte Teatral registra a Abraham Oceransky como uno de los egresados más connotados. Si algo lo caracteriza es el rigor con el que ha buscado siempre elevar su teatro a la categoría de arte, porque ha sido exigente con sus actores y también consigo mismo”, aseguró la directora general del INBA.
Abraham Oceransky nunca ha considerado el teatro como una actividad laboral, sino como una alternativa de desarrollo, como un camino a seguir en la vida; se trata de ser artista, no de trabajar como artista, él lo ha dicho en muchas ocasiones, agregó María Cristina García Cepeda.
“Como formador, Oceransky se ha destacado por ayudar a sus actores a explotar su creatividad, a obtener lo mejor de su mente, cuerpo y espíritu, y por privilegiar siempre el trabajo colectivo sobre el individual. Oceransky prefiere el firmamento a las estrellas.
“Caballero a la conquista de nuevos territorios para el teatro, a Oceransky debemos, por ejemplo, el carácter profesional de este espacio en el que hoy nos encontramos. Recordemos que en 1972, gracias a su visión y a su entusiasmo, logró que el Laboratorio Teatral Foro Independiente se adaptara como el Teatro El Galeón y marcara el nacimiento de una de las salas más solicitadas y entrañables para la comunidad teatral de México”.
Esta noche, expresó María Cristina García Cepeda, celebramos en nuestro teatro la presencia de un creador que con sus puestas en escena nos ha ofrecido su espíritu creativo desde la más absoluta libertad, el don más preciado que puede tener cualquier ser humano. “Por eso, es un orgullo entregar la Medalla Bellas Artes a un miembro tan distinguido de la comunidad teatral, para quien el teatro ha sido pasión y su razón de ser”.
Durante su discurso de agradecimiento, Abraham Oceransky narró con humor la historia de la creación del teatro El Galeón: “Para mí representa a todos mis amigos con quien realicé el abordaje de este lugar, que le pusimos así porque este espacio vacío era como la panza de un barco. Empezamos sólo con cuatro focos de 500 watts, porque ninguno de nosotros tenía dinero. Me dediqué con ellos a generar el espacio. Fuimos teniendo público poco a poco. Éramos un grupo de piratas adentro de un espacio vacío”.
De igual forma, explicó su manera de trabajar con los actores y actrices: “Nunca le pido a un actor aquello que no puede hacer. Si le pido volar, es porque ya tengo la experiencia de hacerlo y le explico cómo. Si me dice que quiere ser esclavo, le ayudo a ser esclavo; si me pide ser dios, intentaré aprender cómo serlo para enseñárselo, y si él me lo puede enseñar, entonces yo aprenderé de él para enseñárselo al próximo. Y eso me ha hecho maestro.
“Cada vez soy más sencillo. Antes fui tiránico, porque eso fue lo que me enseñaron, hasta que aprendí a desaprender. Aprendí que aquello que me enseñaban que no pertenecía a mi cultura debía sacarlo, y lo que le sirviera a mi cultura y a la de mi país debía propiciarlo. Me di cuenta de que no teníamos dinero para hacer una obra, y entonces inventé una economía para hacer teatro. Inventé que se pueden hacer teatros en cualquier lugar, y que si el hombre puede hacerlo, ¿la institución por qué no? Inventé que hago teatro, que vivo de él, que me voy a morir de eso.
“El día que cierre el telón estaré muy contento. Me llevo una medalla que agradezco muchísimo al INBA, a los seres humanos que dijeron que yo la merecía y a mi país, que dice que soy un artista importante, y que me hace sentirlo. Soy una persona que tiene una vocación que no va a romper. Nunca haré teatro de rodillas”, finalizó el galardonado.
(Con información del INBA)