Por herencia familiar, José Francisco comenzó a trabajar en el oficio de la albañilería cuando aún era un menor de edad. En aquel entonces tenía 15 años y fue un tío quien lo invitó a laborar en las obras.

En el marco del Día de la Santa Cruz, que se conmemora cada 3 de mayo, el joven consideró que su trabajo no es para cualquier persona por el desgaste físico y el riesgo que demanda.

El joven de 24 años es uno de los 1.72 millones de trabajadores de la construcción que existen en México, según datos del 2024 de la Secretaría de Economía Federal.

Este sábado, Día de la Santa Cruz, fecha en la que también se festeja a los albañiles, José Francisco y sus camaradas dejarán de trabajar al mediodía pues a esa hora comenzará el festín que incluirá carnitas, tortillas, salsas y refrescos.

El domingo 4 de mayo, al ser día inhábil para los albañiles, José Francisco aprovechará para descansar porque trabaja de lunes a sábado en el ramo de la construcción y expresó que es desgastante.

Su día laboral comienza a las 8 de la mañana, hora de entrada y termina a las 6 de la tarde, horario de salida. En sus 9 años de experiencia como albañil ha trabajado en construcciones al norte, centro y sur del estado de Veracruz.

Reconoció que el clima es un factor que a los trabajadores de la construcción les afecta. En el puerto de Veracruz donde actualmente labora, el calor está a la orden del día.

“Uno se levanta una hora antes para alistarse, desayunar y empezar la labor. Ya terminamos cansados, también dependiendo del lugar, por ejemplo aquí (en el puerto de Veracruz) es el calor y pues si es mucho el cansancio y la deshidratación por el sol y en algunos otros lugares por el frío”.

Dijo que por herencia familiar comenzó a trabajar en las construcciones cuando tenía 15 años. En la actualidad tiene 24 y ya es considerado un albañil experimentado que sabe que su trabajo no cualquier persona lo puede realizar.

Cargar bultos de cemento de 50 kilos o cubetas con mezcla, jalar varillas, levantar muros, armar castillos, caminar por los andamios y repellar paredes a grandes alturas son algunas de las actividades que el joven realiza a diario.

“Desde los 15 años comencé a trabajar, uno empieza por la familia, un tío, un primo, un hermano y así fue conmigo Un tío me invitó y pues me dediqué a esto, y pues es un gusto porque no cualquiera trabaja en esto porque es pesado, cansado y arriesgado de andar en las alturas”.

 
Este sábado 3 de mayo, a José Francisco le tocó armar una cruz artesanal que será colocada en lo alto del edificio en construcción como símbolo de protección y como parte de la tradición de los albañiles.

“Si, ahorita la estoy haciendo con varilla de 3/8 con estribos de alambrón, ahorita estamos en el proceso. No está terminada, falta hacerle el Cristo y así adornarla. Es una cruz artesanal”.

En el caso de José Francisco y sus compañeros albañiles, para trabajar en la obra donde actualmente laboran se les pide que de forma obligatoria porten botas, casaca, guantes y casco de protección.