Córdoba, Ver.- La noticia del secuestro de 25 tripulantes del buque Galaxy Leader en el Mar Rojo cayó como una bomba en Misantla, Veracruz. Los padres y el hermano Arturo Zacarías Meza – una de las víctimas – piden que “paren la guerra” para que el joven marino regrese a casa.

Arturo Zacarías y María Meza – maestros jubilados – esperaban la llegada de Arturo a Misantla para comprar el pino de Navidad que cada año decoran dentro de su vivienda. La espera se convirtió en angustia tras el secuestro de su hijo a manos de rebeldes de Yemen, en medio de la guerra entre Palestina e Israel.

Los familiares de Arturo – sus padres y su hermano José de Jesús – rezan y lloran frente a un altar en el que están una imagen de la Virgen de Guadalupe, una veladora y una fotografía del joven misanteco. Esperan un milagro para abrazarlo de nuevo.

El padre del ingeniero naval egresado de la escuela Náutica Mercante “Fernando Siliceo y Torres” no puede oír. Antes de que su hijo se embarcara, la familia lo llevó a un restaurante a celebrar su cumpleaños. Se levanta la camisa y enseña un tatuaje en el antebrazo. Dice “familia”.

“Siempre imaginé que una cosa de estas podía pasar en el mar, pero no así. Solo pido al Gobierno de México que interceda, pues, lo más pronto, para que salgan con bien de ese problema que están viviendo, porque realmente no sabemos cómo están, cómo los tienen o en qué condiciones”, expresa el padre de Arturo.

Su esposa María, quien sufre diabetes, habla sobre los planes que tenían con Arturo, pues para ellos es pieza importante en los arreglos del hogar para que la temporada navideña no pase desapercibida. Así pretendían que fuera esta vez.

“De hecho el domingo estábamos platicando con él y yo le estaba preguntando si lo esperaba para ir a comprar el pinito de Navidad y me dice ‘no, mami, yo creo que mejor te vas con mi papá y hermano porque, yo, si bajo, voy a bajar más o menos para el 15 de diciembre. Mejor váyanse y ya yo llego’. Siempre nos vamos a Las Vigas por allá, a Perote, a cortarlo”, relata.

El marino, de 31 años, desembarcaría el próximo 30 de noviembre, pues amplió su contrato un mes más. Fue en junio de 2023 cuando subió al buque especializado en el transporte de carros; se trasladaban de Turquía a India para entregar la carga. Arturo pudo haber bajado en Turquía, pero siguió su viaje.

“Siento feo, siento la impotencia que ellos habrán tenido por no haber podido hacer nada. Ellos, pues nada más les cayeron así, de repente. Es de película, así pasa exactamente y debieron haber sentido muy feo, por no poder hacer nada, por no poder defenderse”, dice José de Jesús. 

Arturo es considerado un joven hiperactivo y también es apasionado de los carros. Ha viajado por diversas partes del mundo a través del mar, pero siempre vuelve a casa. Su familia sigue en oración por un milagro y para que salga bien librado del conflicto de Medio Oriente.