• Salud

Estos son los síntomas para detectar el cáncer infantil

  • Carolina Hermida
La Secretaría de Salud da a conocer estos signos y síntomas para detectar cáncer en menores

Xalapa, Ver.- Cada 15 de febrero, se conmemora el día internacional del cáncer infantil y como cada año, esta campaña lo que busca es vi visibilizar, crear conciencia y expresar apoyo a los niños y adolescentes con esta enfermedad.


De acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud, el cáncer infantil es una de las principales causas de mortalidad entre niños y adolescentes en todo el mundo, cada año se diagnostican aproximadamente 280 mil niños entre 0 y 19 años con esta enfermedad.


La Organización Panamericana de la Salud dio a conocer el lema de este 2022 ‘Lograr la curación del cáncer infantil es posible’ #ATravésDeTusManos.


Según la Asociación Americana del Cáncer, este se origina cuando las células crecen sin control y sobrepasan en número a las células normales. Esto hace que al cuerpo le resulte difícil funcionar de la manera que debería hacerlo.


Cada una de las células de nuestro cuerpo tiene ciertas funciones. Las células normales se dividen de manera ordenada. Estas mueren cuando se han desgastado o se dañan y nuevas células toman su lugar.


En el cáncer, las células siguen creciendo al reproducir nuevas células que desplazan a las células normales. Esto causa problemas en el área del cuerpo en la que comenzó el cáncer (tumor canceroso). También pueden propagarse a otras partes del cuerpo.


 

¿Cómo detectar cáncer en niños?

La Secretaria de Salud, hace del conocimiento de las madres y padres de familia de los signos y síntomas a los que se debe prestar atención.


• Fiebre sin causa aparente.
• Sangrado frecuente de nariz o de encías al cepillarse los dientes.
• Puntos rojos o morados en la piel.
• Moretones sin causa aparente.
• Dolor generalizado de huesos y articulaciones.
• Vómitos.


 

Principales signos y síntomas de cáncer:

• Bolitas (ganglios) en alguna parte del cuerpo.
• Crecimiento del hígado y/o bazo.
• Palidez progresiva, fatiga, cansancio o apatía sin causa aparente.
• Pérdida del apetito.
• Sudoración abundante.
• Cambios repentinos en la visión o en los ojos.