Incertidumbre de alumnos de Telpochcallis; con SEV se han endeudado y desaparecerán
Sus padres ganan 80 pesos al día como campesinos “si no se viene el agua”, con ese salario no podrían pagar el transporte rural que los llevaría a las escuelas para que sus hijos estudien la secundaria, por ello, existe una preocupación en las comunidades indígenas que benefician los cinco albergues escolares Telpochcalli, “casa de los jóvenes”, porque sus hijos se han quedado sin gas, sin luz, sin alimentos, a los proveedores se les debe. Desde que pasaron del DIF a la Secretaría de Educación de Veracruz a estos espacios se les ha abandonado, mientras que una estudiante dice “yo si quiero seguir estudiando, pero si no nos ayudan, ni soñarlo”, y todo ello porque el gobierno adeuda a los proveedores todo lo que corresponde en 2014 y lo que va de 2015.
Los chicos albergados en los Telpochcalli provienen de comunidades en condiciones de pobreza extrema, de municipios del centro, norte y sur del estado, de las sierras. Allá en donde un niño tiene la amenaza latente de no continuar con sus estudios, allá en donde a su corta edad los padres prefieren que los ayuden en los quehaceres del campo, porque no hay para comprar un cuaderno.
Allá de donde es originaria Geazul, que estudia el tercer año en la Secundaria Técnica número 48 de Coyutla, municipio ubicado en el norte del estado y que a pesar de todas las condiciones que le toca vivir, lleva 9.9 de promedio.
Geazul comenta que para llegar a su escuela tiene que viajar dos horas, de la comunidad José María Morelos del municipio de Papantla, “y por eso estoy contenta en el albergue porque la verdad no hubiera continuado con mis estudios si tuviera que viajar dos horas de venida y dos horas de ida. Para llegar tendría que pagar 80 pesos de venida y 80 de ida, o sea 160 pesos”.
Lo que tengo en mente es estudiar medicina, ser una pediatra, dijo Geazul, quien tiene tres hermanos, pero ellos no han corrido la misma suerte que ella en estudiar y ella conoce del albergue, “cuando un albañil fue a reparar la escuela primaria de la comunidad, porque estaba en malas condiciones y nos platicó que había una casa, por eso vine para acá.
”El albergue nos sirve a nosotros porque es mucho venir e ir, como entramos a las 7 de la mañana tendría que levantarme a las 3 de la mañana para poder llegar, por eso prefiero el albergue, aquí entro a las 4 de la tarde los domingos y regreso a mi casa los viernes en la tarde”, sostuvo Geazul.
Geazul comenta sobre las carencias que tiene su albergue, no hay luz “y ahora nos alumbramos con velas, y eso es difícil porque tenemos que estudiar (…) yo sí quiero seguir estudiando y si el albergue se cierra, ya ni pensarlo”.
Dos días de salario para el transporte de un día
Esta historia se repite en los cinco albergues Telpochcalli, en donde los estudiantes de secundaria no podrían continuar con sus estudios, porque el gasto que harían para poder llegar a su escuela no sólo implica caminar en unos casos hasta dos horas para abordar el transporte rural, sino también el gasto que esto implica.
La mayor parte de los padres de los estudiantes que son albergados trabajan en el campo, no son dueños de las tierras y ganan al día 80 pesos, si bien les va, porque si viene el agua tienen que dejar de trabajar y les descuentan, dependiendo del tiempo.
La siembra de maíz es el trabajo de algunos de los padres de familia, aunque algunos otros se dedican a otras actividades, pero es lo mismo, las condiciones económicas son precarias y el costo del pasaje en algunos casos, representa el trabajo de dos días para que su hijo pueda asistir a la escuela, de ahí la importancia que los Telpochcalli continúen albergando a los estudiantes.
Cayeron en el abandono
Se le deba al de los alimentos, al de la tortilla, al del gas, la luz, son muchas cosas que suman más de 2 millones de pesos de lo que corresponde a 2014 y lo que va de 2015, sostuvo Claudia Pinto Gutiérrez, directora del albergue de Soteapan, en donde se atiende a estudiantes de varias comunidades de ese municipio, aunque también asisten de Mazoneapa, San Antonio, de la sierra de Santa Marta e incluso hay un alumno que es de Acayucan.
Estas deudas ya nos han cansado porque no tenemos nada de alimentos, “entonces llegan los niños los domingos y qué les decimos, pero en esta ocasión ya no los recibí, ¿qué podemos hacer? Me inquieta pero cómo solucionar, porque están dando paguitos pero el proveedor ya no acepta eso.
”Hay una justificación para la existencia de estos albergues –señaló-, los jóvenes los necesitan por pobreza por lo de los viajes que tienen que hacer, algunos caminan dos horas para poder llegar a tomar el transporte rural, los niños comen diferente a lo que consumen en su casa y esto les da oportunidad de ir mejor en la escuela, los niños no bajan del promedio de 8.
”De acuerdo al seguimiento que hemos realizado, 90 por ciento de los jóvenes siguen estudiando, al menos de cinco años en los que llevo como directora hay niños en la preparatoria y siguen, además tenemos el dato que de los que estuvieron con nosotros una se recibió de la licenciatura de Administración de Empresas y otro niño de abogado”, sostuvo la maestra Claudia.
Lo que se destina a los albergues es una buena inversión del estado, sin embargo, ahora son desatendidos, esto ocurre desde que el Sistema de Desarrollo Integral de la Familia dejó de apoyarlos y pasaron a ser parte de la SEV, a partir de allí cambió y sólo dicen “no hay dinero”.
Del albergue Telpochcalli de Coyutla, un municipio que se encuentra en la zona norte del estado de Veracruz, en la región llamada el Totonacapan, recibe a niños de los municipios de Coxquihui, Chumatlán y Mecatlán, al este con Coatzintla y Espinal y al oeste con Filomeno Mata. Las condiciones son las mismas en la que se albergan a 73 estudiantes y en donde no se encuentra ninguna solución, sólo dan paguitos y el proveedor ya advirtió que no surtirá la despensa.
En el albergue de Coyutla se deben 3 millones y medio de 2014 y millón y medio de 2015 a los proveedores y mientras esto ocurre, padres de familia están preocupados. El director del albergue, Sergio Pinto de León, señaló que es preocupante que estos jóvenes de secundaria abandonen sus estudios por falta de apoyo, ya que hay alumnos que viven en comunidades que están a cuatro horas caminando, “¿pero qué puedo hacer yo?”.
Y su historia
En el año 2002, Christiane Magnani de Alemán, entonces presidenta del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), instituyó el programa Albergues Telpochcalli, palabra náhuatl que significa “casa de jóvenes”, en estos espacios se buscaba proporcionar cobijo y alimentación a estudiantes de educación media quienes, para asistir a clases, debían caminar diariamente hasta cinco horas y vencer obstáculos económicos, climatológicos y de seguridad.
Se inició en la congregación de Temaxcalapa, municipio de Zongolica, instalando la Escuela Secundaria Técnica Agropecuaria 101, para impulsar a los jóvenes de zonas indígenas, el gobierno de Miguel Alemán Velasco buscaba que este modelo asistencial se aplicara en las diferentes zonas que así lo requerían, con la participación los sectores público, social y privado y después del de Zongolica, siguieron los otros cuatro.
Hay referencias en la página web de la fundación Miguel Alemán que la iniciativa privada que cooperaron con ellos Heyfer Project Internacional, una organización mundial que trabaja en más de 40 países apoyando diversos programas sociales que por su impacto cubren diversas necesidades a mayor número de personas y que en ese 2004, el albergue de Temaxcalapa fue visitado por jóvenes de Bolivia, Canadá, Estados Unidos y Guatemala.
Entre sus logros mencionaban que 10 egresados habían sido becados por la Escuela de Servicios Médicos Sociales del Hospital de Jesús en la Ciudad de México, los habían preparado como técnicos gineco-obstetras durante tres años.
En el albergue de Soteapan, los estudiantes asisten a la escuela Secundaria Técnica Agropecuaria número 55; en Zontecomatlán está la Escuela Secundaria Técnica Agropecuaria 111, en su mensaje, Magnani de Alemán, había señalado que los cinco Telpochcalli favorecen con empleo y bienestar a 437 familias en 123 comunidades de 25 municipios del estado.
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