Big Data y su potencial para contar historias

  • Eduardo Barrios
Se realizará Foro de Comunicación los días 13 y 14 de febrero en el Congreso del Estado de Veracruz.

Todos los días circulan por Internet millones de informaciones, claves bancarias, estadísticas, artículos académicos, periodísticos, bases de datos de instituciones, se abren blogs especializados en alguna materia, se nutren los repositorios, millones de correos electrónicos son enviados y recibidos, algún incauto cede sus datos personales sin más impedimento que un clic.

Es indudable entonces que estamos viviendo la más acelerada intervención de tecnologías que recopilan información y la ponen al alcance de muchos y de pocos, según como se quiera ver.

Fíjese que hace un rato que ando metido investigando y estudiando el tema de Big Data, quiero confesarle que había empezado por los datos abiertos y el tema de gobierno abierto como usted ha podido leer en este espacio.

Sin embargo, hoy quiero comentarle el tema a propósito de una adquisición que hice hace algunos meses y que ya he tenido oportunidad de revisar.

Es un libro de  Viktor Mayer-Schönberger, quien es profesor de Regulación y de Internet en el Internet Institut de la Universidad de Oxford y Kenneth Cukier, editor de datos de la revista The Economist.

En este libro se privilegian las pautas y correlaciones por sobre las causalidades, básicamente podemos decir que es un libro que debe estar en la colección de quienes se interesan por el análisis de datos y la ciencia de los datos.

Después de darle lectura, se puede apreciar que personas de diversas profesiones podrían interpretarlo a su manera y sacar provecho de los datos de la forma en la que les venga en gana.

Para la profesión periodística resulta de lo más interesante ante un mundo altamente tecnológico en dónde la moneda de cambio parece centrarse cada vez más en la capacidad de respuesta mediática a partir del dominio y concentración de información, de datos pues.

Después de la lectura parece que el mundo se ha convertido en un microcosmos numérico en dónde cada ser humano tiene un destino irremediable: volverse una estadística o parte de un colectivo analizado para identificar tendencias.

Pero no todo es tan malo, el big data, los datos masivos, constituyen una gran oportunidad para mirar distinto las relaciones entre los seres humanos y las causas de ciertos conflictos así como la predicción de sus consecuencias.

Es una oportunidad para los periodistas de contar nuevas y nutridas historias, que no solo atienda lo particular, sino que amplíe la capacidad para analizar patrones que pueden estar afectado a toda una colectividad. Digamos que aporta mucho para ensanchar los contextos de las historias que recogen.

De acuerdo a los autores de la obra, los datos masivos consisten en “ver y comprender las relaciones en el seno y entre distintos fragmentos de información que, hasta hace muy poco, nos esforzábamos por captar plenamente”.

El Big Data ha nutrido la corriente periodística denominada “periodismo de datos” o lo que algunos han comenzado a corregir como “periodismo de bases de datos”, esto obliga a los periodistas a estar más capacitados o en todo caso, abiertos a las intervenciones de otras profesiones para asistir sus análisis.

No está mal trabajar en equipos multidisciplinarios, el periodismo de bases de datos pugna por hacer esto realidad.

Imagine usted lo siguiente: un periodista que busca una historia, un informático que ayuda a buscar patrones o un especialista en minería de datos, un diseñador que escucha al periodista respecto a las formas en las que quiere visualizar la información, un programador que desarrolla aspectos específicos de la presentación de la información, agréguele a un físico desarrollando una compleja visualización de datos apoyado en las intervenciones que el diseñador hace a las peticiones del periodista.

Suena a utopía, pero quiero comentarle que en la actualidad, lo anterior sucede y es cada vez más interesante un trabajo de ese corte por los resultados que arroja, sobre todo por la forma novedosa de informar y contar las noticias.

La idea puede resultarle costosa y ciertamente debería serlo, la realidad es que no todos han valorado el potencial del big data y menos en el área periodística, porque en efecto, sostener un equipo de trabajo así, requiere capacidad económica elevada, aunque hay casos de equipos que lo hacen por amor al arte, lo cierto es que a la larga, esto repercute en los bolsillos de los profesionales involucrados.

Por cierto, hace poco se llevó a cabo en la Ciudad de México la exposición Big Bang Data” en las salas del Centro de Cultura Digital para explicar qué es y para qué nos sirve, bien vale la pena que rastree la evidencia digital que ha quedado tras ese evento. Aquí le dejo la liga para que sepa de qué trató: http://beta.centroculturadigital.mx/actividad/Big-Bang-Data-Telefonica-rkhg8UrUe

Para cerrar, pero obviamente no agotado el tema, le comento que existen tres cambios de mentalidad que el big data ha venido a traer consigo: primero, la capacidad de analizar enormes cantidades de información sobre un tema dado; el segundo, es la capacidad a aceptar la imprecisión y el desorden de los datos y tercero, el respeto a las correlaciones más que a las elusivas causalidades.

Ya tendremos tiempo de ir explicando cada punto, por lo pronto lo invito al Foro de Comunicación en las instalaciones del Congreso del Estado de Veracruz los días 13 y 14 de febrero, en dónde se reunirán varios especialistas y trabajadores de los medios para expresar desde diferentes ángulos, los retos que enfrentan las y los periodistas en su tarea de informar.

En ese espacio estaré participando con la presentación de la ponencia: Medios digitales, nueva alfabetización desde la comunicación digital interactiva hasta el big data y los datos abiertos.

Lo invito a que me deje sus comentarios en mi cuenta de Twitter @EduardoBarrios_, por allá hablamos de todo en digital.