2017: oportunidades y retos

  • Rafael Arias Hernández
El cambio oficial no cambia; que el pasado se hace presente, cada vez más en simple forma y repetida

Faltan 697 días.

En Veracruz, responsables y encargados de la alternancia entre el decir y hacer, ya muestran lo que quieren; e intentan lo que pueden.

Destaca que, en muchas formas, el cambio oficial no cambia; que el pasado se hace presente, cada vez más en simple forma y repetida conducta, de más de lo mismo, simulación, complicidad y exageración.

Y claro, con otro sello personal, pero de igual característica general:   discrecionalismo y voluntarismo, ocurrencia y capricho, conveniencia y beneficio de quien manda.

Pertinente insistir, en esperar unos días más a que se muestren esencia y formas del cambio que se pretende, si las hay. Recomendable escuchar, informarse y analizar lo que se hace o deja de hacer (que también en mucho, es más de lo mismo). Importante dar oportunidad a la oportunidad de cambiar.

Por cierto: ¿dónde están los miles de millones de pesos desaparecidos? ¿En 90 días se repara la licuadora?

¿Rescatar, para qué?

Terminan las tradicionales celebraciones y sus abundantes buenos deseos y felicitaciones. Vuelta a la realidad inundada de problemas y conflictos.

Como consuelo injustificado e insuficiente, se afirma con razón que México y Veracruz van de mal en peor.

Intenciones y acciones para mejorar, siempre oportunas y bienvenidas. Más al comienzo del nuevo ciclo, porque se acostumbra pensar en voz alta y reflexionar en forma individual y colectiva, acerca de fortalezas y debilidades, aspiraciones y pretensiones, responsabilidades y potencialidades.

Mucho que hacer para detener, corregir y enmendar; más para crear y fortalecer lo que debe permanecer.

En especial, para exigir cumplimiento a ineludibles obligaciones y deberes de todo servidor público, sin excepción: gobernantes, políticos, y representantes. Electos, nombrados o designados deben gobernar, obedeciendo el mandato popular; siempre bajo el imperio de la ley, y la legitimación ciudadana y social.

Imprescindible pensar, reflexionar, dialogar, debatir, proponer, acordar y decidir lo que más conviene a mexicanos y veracruzanos de hoy, y a los del mañana que ya están entre nosotros. Partiendo del principio, de que presente que se niega, es futuro que se cancela.

Participar, no como espectadores, desinteresados y conformistas. Participar, no para permitir más de lo mismo, como simulación y renovación del autoritarismo que todo lo piensa, decide e impone. A partir de la incondicionalidad y no de la capacidad; del servilismo al que manda y no del buen servir a la sociedad; de la abyección sin límite y no de la razón y el derecho, individual y social. Participar para gobernar al gobierno.

Tener siempre presente que los pueblos que no viven ni aprenden de su historia: si les va bien, están condenados a repetirla; o, en lamentables casos, que son frecuentes, están condenados a empeorarla. Quien quiera oír, que oiga.

Sea pues ésta la oportunidad para vernos en la historia. Pero en la Historia viva y con mayúscula, que es, a fin de cuentas, el pasado que se hace presente y el presente que reinterpreta su pasado. Reflexión pública para aprovechar experiencias y conocimientos, aciertos y errores, habilidades y destrezas, que nos permitan enfrentar y resolver con éxito, viejos y nuevos problemas, viejos y nuevos retos.

De la realidad surgen repetidas preguntas. ¿Por qué esperar enfrentamientos y violencia para cambiar lo que se deba cambiar? ¿Por qué permitir o causar daños y pérdidas, sacrificios y sufrimientos a millones de personas, si se puede prever lo previsible y evitar lo evitable? ¿Por qué no asumir actitudes más responsables y razonables, tolerantes e incluyentes, que den cause a los reclamos e inquietudes, a las necesidades e intereses de la sociedad?

Hoy como ayer, es preciso entender magnitud, dinámica y alcances del cambio social, que no se atienden bien y a tiempo.

Enseñanza repetida, desde siempre: nadie está obligado a hacer lo imposible. A nadie se le puede condenar al sacrificio extremo.

Algunas lecciones son simples y claras:

Gobierno que no cumple con su obligación de atender bien y a tiempo las necesidades sociales, es un mal gobierno.

Gobierno simulador, incapaz y sin soluciones, convenenciero y lleno de pretextos, es peor gobierno.

Gobierno que no promueve y organiza el cambio social, corre el riesgo de que el futuro lo alcance; e incluso, puede convertirse en enemigo de la sociedad.

Gobierno que no prevé lo previsible y no piensa ni asegura el futuro, es un gobierno desobligado e irresponsable.

Gobierno de ineficientes y delincuentes, es simple continuidad de la impunidad.

Gobierno que no sirve ni forma parte de la solución, se convierte en el problema o en parte de él.

Ante retos y desafíos, es recomendable reconocimiento y promoción del diálogo y la construcción de consensos y acuerdos; unificación plural, de esfuerzos y voluntades; fortalecimiento legal e institucional, y en general, del Estado de Derecho; y sobre todo, mucha voluntad política verdadera.

Preciso erradicar ineficiencia y delincuencia gubernamental; e identificar y atender con toda responsabilidad, agotamiento institucional y obsolescencia de leyes, hechas para otros tiempos y otras condiciones.

Apremiante contar con políticas y servidores gubernamentales que garanticen convivencia civilizada, solución pacífica de conflictos, y fortalecimiento de derechos, libertades y oportunidades, para todos, en particular para los que menos tienen: excluidos, marginados y manipulados.

Participación es solución

En este contexto, desde el inicio se debe convocar a todos a contribuir con su esfuerzo y realizar los cambios necesarios. Propiciar, la más amplia participación ciudadana y social. La gobernabilidad es tema que debe ocuparnos siempre, a efecto de aprovechar el andamiaje legal e institucional; y a la vez renovarlo, actualizarlo y perfeccionarlo.

En estos y otros temas, conviene ocupar tiempo, esfuerzos y recursos. Aspiración viable, que pueblo y gobiernos trabajen juntos, para mejorar presente y futuro. Urgente hacer el esfuerzo de impulsar y orientar el persistente trabajo de todos,  a través de diálogo y  construcción de consensos, basados en el respeto a la contribución plural.

Siempre hacemos, al mismo tiempo, geografía e historia. Superar  obstáculos y retos, alcanzar metas requiere del todo y las partes. Nadie vendrá a hacer lo que nosotros no seamos capaces de emprender, sostener y alcanzar por nosotros mismos.

*[email protected]:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez

Anteriores

Rafael Arias Hernández

Actualmente es Investigador del IIESES y maestro de la Facultad de Economía de la UV.

Cuenta con  Licenciatura en Economía, por la Universidad Veracruzana. Obtuvo mención honorífica Cum Laude.  Maestría en Economía con especialización en Desarrollo Regional y sub especialización en Historia del Pensamiento Económico. Salt Lake City, Utah. USA. Diplomado por la U.V. en “Habilidades del Pensamiento”.  Alta Dirección AD2 Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas. (IPADE). Becario en los programas Lincon-Juárez y LASPAU.  Asesor académico y maestro de Enseñanza Media, Esc. De Bachilleres Noc. “Art. 3º Constitucional”, Xalapa, Ver. Maestro en la Facultad de Economía, y de la Maestría en Desarrollo Regional. Historia Económica, Desarrollo Económico, Desarrollo Regional, Taller de Investigación, Metodología, Habilidades del Pensamiento y otras cátedras. Maestro en “Técnicas de Debate” de la maestría en Acción Política y Administración Pública, de la Universidad Anáhuac. Xalapa, Ver.

Director General Técnico y Secretario General de la Universidad Veracruzana.

En el Gobierno Federal, fue Delegado Estatal de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial en Veracruz, y Director de Desarrollo Regional en SPP. En el Gobierno del Estado de Veracruz ha sido Asesor Económico, Jefe de Prensa y Comunicación Social, Director General del Instituto Veracruzano de Cultura, Director General de Industria, Comercio y Estadística, Coordinador de Participación Ciudadana, Coordinador Ejecutivo del Comité de Planeación para el Desarrollo (COPLADEVER). SEFIPLAN, (2010)

Miembro de diversas Asociaciones Civiles y ciudadanas, como el Colegio de Urbanistas y Planificadores, el Colegio de Economistas; la Fundación Cambio XXI A. C.; y de la Fundación Colosio A.C. Colaborador de diversas revistas y publicaciones académicas. Articulista de diversos periódicos, y de otros medios de comunicaciones nacionales, estatales y municipales.