Yo cimbro, tú cimbras, él cimbra, nosotros cimbramos y al final alguien debe hacer el trabajo sucio…

  • José Luis Ortega Vidal
Ayer Miguel Angel Yunes Linares tomó protesta como gobernador y ni la entidad ni México se cimbraron

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Ayer Miguel Angel Yunes Linares tomó protesta como nuevo gobernador de Veracruz y ni la entidad ni México se cimbraron.

Era de esperarse.

El día que el hoy gobernante veracruzano hizo tal anuncio -12 de octubre del 2016- coincidió con la solicitud de licencia del ex gobernador espurio Javier Duarte de Ochoa.

En aquel contexto, horas antes de que JaViDu se fugara escondido en la cajuela de un coche familiar, se habló en columnas políticas de una posible negociación entre Duarte de Ochoa y el presidente Enrique Peña Nieto: separarse del cargo a cambio de que su rival personal –y de Fidel Herrera Beltrán- no tomara posesión.

El poder federal –sabemos- fue cómplice de Javier Duarte desde la campaña de Enrique Peña Nieto a la presidencia.

Monex, 2 mil 500 millones de pesos dispersados por Duarte de Ochoa, maletas con 25 millones de pesos ubicadas en el aeropuerto de Toluca y que conducen al nombre del hoy diputado local Vicente Benítez; son algunos de los datos que se han filtrado en torno a la relación Duarte de Ochoa-Peña Nieto.

Sí, se entiende, EPN asumió un compromiso con el ex gobernador prófugo de Veracruz y lo consintió, lo cuidó, lo procuró hasta la ignominia.

Llegó el momento, empero, en que Javier Duarte de Ochoa rebasó todas las líneas posibles de la corrupción política.

Javier espantó a todos los corruptos de nuevo y viejo cuño, del PRI, del PAN, del PRI, de MORENA y de la sociedad civil.

Por increíble que parezca los viejos dinosaurios un día despertaron y su cachorro aún estaba ahí…pero había crecido más que ellos.

Personajes como su maestro Fidel Herrera Beltrán, Miguel Angel Osorio Chong, Luis Videgaray Caso, se ruborizaron ante la realidad que les presentaron en números y con pruebas la PGR; la Auditoría Superior de la Federación, el CISEN, la Secretaría de Salud, la SEDESOL, entre otros organismos.

Veracruz, la quinta economía del país, una de las principales entidades que aportan al Producto Interno Bruto de México estaba en quiebra mucho antes de que Javiercito y su esposa Karime terminaran el sexenio.

Y claro, todos corearon con el Presidente por testigo: ¡Coño, Javier, te pasaste cabrón!

Enrique Peña Nieto tuvo frente a sí la disyuntiva: dejar que su aliado se hundiera o hundirse junto a él en las contaminadas playas del golfo de México.

Por eso dio la señal.

El resto es de todos conocido: las órdenes de aprehensión, la exhibición en medios nacionales e internacionales, la desaparición de amigos, de cómplices, la exposición pública de la red de empresas fantasmas, el qué, cómo, cuándo, cuánto y dónde está lo robado por los niños fidelistas que se volvieron duartistas y hoy son diputados o viven con amparos bajo el brazo.

Todos menos Javier, un joven egresado de la Universidad Iberoamericana que ya conoce el desagradable significado de la palabra miasma aplicada a uno mismo; el equivalente a mirarse en el espejo y decir:

¡Ah chingá, algo apesta! Y luego descubrir: Ufff, el que apesto soy yo.

En eso se convirtió, en eso lo convirtieron la codicia propia, la de su familia, la de sus “amigos” y la del implacable “sistema”.

 

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Las investigaciones “propias” que ayer dio a conocer Miguel Angel Yunes Linares, mismas que incluyen entrevistas con cómplices de Javier, lo llevaron a lo largo de los últimos meses y de manera particular los 48 días en que no dejó gobernar a Flavino Ríos –ausencia significativa en la toma de protesta a la que no fue invitado- nos retornan al 12 de octubre, a la licencia de Javier y al anuncio de Miguel Angel en el sentido de que Veracruz se cimbraría y con ello también el país.

He aquí una hipótesis del escribiente que se recoge en los andares del reportero: la verdadera noticia que cimbraría México conduce a Los Pinos.

Se trató –oh gran descubrimiento- del ajedrez en que Yunes Linares se sintió amenazado y amenazó.

Un macho alfa pequeño frente a otro macho alfa muy grande: mostrando ambos el colmillo.

Finalmente Javier Duarte se escapó en la cajuela, se escondió en Chiapas –Alejandro Solalinde dixit- y Miguel Angel Yunes Linares recibió la bendición presidencial para asumir, ayer, la gubernatura por dos años.

Misma que pretende heredar a uno de sus hijos a partir del 2018 cuando el PAN/PRD buscarán convertirse en gobernantes de Veracruz y de México.

 

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Ayer, el nuevo gobernador anunció que se han recuperado 1 mil 250 millones de pesos en propiedades incautadas a Duarte de Ochoa.

Se expropiarán las casi 70 hectáreas donde el suegro incómodo Antonio Macías Yazegey soñó con una ciudad industrial vía “regalos” de Fidel Herrera Beltrán.

“El faunito” -un rancho entre Fortín de las Flores y Orizaba- ya es de los veracruzanos y así seguirá la recuperación –siempre parcial- de lo robado hasta sumar unos 4 mil millones de pesos explicó el nuevo gobernador.

Es una noticia espectacular. Sí.

Parte de ella ya había comenzado con la devolución de 250 millones de parte de la PGR a la SEFIPLAN, resultado de las investigaciones federales sobre el saqueo duartista.

La PGR se adelantó, Miguel Angel Yunes sumó datos a los logros y tan tan.

El primero de diciembre nada ni nadie se cimbró.

Hoy día 2, han comenzado las peregrinaciones guadalupanas, a las que continuarán las posadas, la Navidad y el Año Nuevo.

 

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Apuesto doble contra sencillo: a Javier Duarte lo tienen más ubicado que a las deudas que reclaman los 212 ayuntamientos veracruzanos.

Lo exhibirán, empero, cuando sea estratégico exhibirlo.

La política de hoy, en Veracruz y México, no es tema de yo cimbro, tú cimbras, él cimbra, nosotros cimbramos…

Es un tema de negociaciones, de pactos; muchos de ellos entre delincuentes.

El gabinete que entró en funciones ayer así lo demuestra.

Está diseñado desde la perspectiva de que alguien debe realizar el trabajo sucio.