Orlando Guillén, Guillermo Zúñiga, Patricio Redondo: Poesía, Educación, Libertad…
- José Luis Ortega Vidal
(1)
Orlando Guillén –Acayucan, Veracruz 1945- es el poeta mexicano vivo más importante del siglo XXI y buena parte del siglo XX.
Comparte tal posición con otros como Ramón Martínez Ocaranza de Michoacán y el guanajuatense Efraín Huerta, sólo que ambos se adelantaron…
Marginal a las estructuras de poder que convierten la relación humana en ceremonias de reconocimiento, Orlando es fundamentalmente un autor musical.
Autoexiliado en Barcelona, España por sus choques con el estado mexicano Guillén resulta ajeno a la metáfora o imagen evidentes y opta por la sinfonía a manera de tríptico.
La negritud, lo indígena y la presencia española mezcladas en la sangre del veracruzano –como lo mexicano grosso modo pero lo jarocho en particular- se respiran en la obra de un autor que ha rebasado los 71 años de edad pero se dimensiona en la inmortalidad poética como los clásicos.
Orlando Guillén es un clásico.
Lo es en vida lo que constituye doble mérito.
Su obra: Rey de bastos, edición de 33 libros construidos de manera artesanal –en el contexto de la tecnología fotocopiadora- constituye un tesoro de la juventud amorfa vía rebeldía, amante de lo escatológico en un sentido lingüístico.
Se reconocerá cuando el autor esté muerto y reciba los homenajes que en vida no le fueron dados o despreció –que no es lo mismo pero es igual-.
Orlando Guillén escribe, escribe, escribe…
Es curioso pero el vate acayuqueño pasó en sus años mozos por la Universidad Veracruzana.
Lo hizo por la Facultad de Derecho no por la de Letras.
Ya en la tercera edad ha dado curso de poesía en la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, donde –le platicó al reportero- alguien planteó la posibilidad de traducirlo.
¿Traducir a Orlando Guillén?
¡Mij!
¿Cómo llevar glosarios guillenescos, mexicanismos, jarochismos al polaco o al inglés?
Por ejemplo.
En fin…
Lo cierto es que Orlando debiera ser reconocido y difundido en México por los propios mexicanos que para eso hay –se supone- instituciones y presupuestos.
Sabemos que eso está muy cabrón y no sucederá.
Ni la propia UV le dará nunca su lugar al hijo pródigo.
No, al menos, mientras esté vivo porque no hay ego que soporte un comportamiento fuera de la bacinica oficial. Mucho menos el ego político que en las propias universidades –esto incluye a la UNAM por cuyos pasillos rondó el poeta amigo de los infrarrealistas- se surra en abundancia.
Lástima.
(2)
Tururúctuc
(fragmento)
Capa de sangre derramada sobre los hombros
De
La
Rosa
De
La
Noche
Porque comienza a amanecer
Y hace frío
Sobre los huesos
De las almas
Que cobija
El espíritu de la muerte
Con un soplo de vida
Que estremece. En esta madrugada
Al rojo vivo
Tururúctuc
Que parece brazo
Que en adiós se circuncida
Y omite una mano como quien dice
“Para siempre
Y hasta el pie” *
(3)
Hubo un político e intelectual veracruzano que reconoció el talento del paisano.
Su nombre: Guillermo Héctor Zúñiga Martínez.
Se pueden escribir varias páginas sobre el currículum del maestro (1942-2016) pero hay palabras breves que lo definen a profundidad: Político, Pedagogo, Orador, hombre comprometido con su tiempo y su circunstancia.
En el sexenio del gobernador Rafael Hernández Ochoa, Guillermo Héctor Zúñiga Martínez fue el más joven director de educación popular en la entidad.
Su amigo el poeta Orlando Guillén fungió como jefe de prensa.
Al alimón maestro y poeta impulsaron en la década de los 70´s un trabajo que nadie desde el sector educativo veracruzano retomó hasta la fecha: la impresión de libros para niños.
El impulso, pues, de la lectura temprana de obras indispensables en escuelas veracruzanas de toda índole pero sobre todo las populares, las que servían a la gente de menores recursos.
Tal como Orlando no para de escribir y en la madurez se refleja un lenguaje espiritualmente más maduro, Guillermo Héctor Zúñiga Martínez nunca dejó de trabajar hasta el último de sus días…
Su último legado a la entidad y a México fue la Universidad Popular Autónoma de Veracruz.
Con un presupuesto anual de 20 millones de pesos el pedagogo de lo popular acercó la educación superior a más de 80 mil personas bajo una práctica que retoma elementos del constructivismo, entre otros modelos pedagógicos.
Don Guillermo, el maestro Zúñiga o Memo como le decía Orlando se formó en la Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen” y estudió Derecho en la UNAM.
Su primer trabajo como profesor fue en la comunidad de Temaxcalapa, en la sierra de Zongolica.
No resulta gratuito este encuentro entre el joven docente y el mundo indígena en una de las zonas de mayor marginación en Veracruz, hasta la fecha.
En su labor política Zúñiga Martínez se enorgulleció hasta el final de poder caminar solitario y con la frente en alto por todas partes sin que nadie le hiciera reclamo alguno porque se avocó a dar, a dar, a dar antes que a pedir y mucho menos quitar.
Su biografía, por tanto, es un parteaguas en la historia política veracruzana: por su inteligencia y honestidad.
Guillermo Héctor Zúñiga Martínez debió ser gobernador de Veracruz y habríamos evitado la docena trágica a punto de concluir.
No fue así y ya ni llorar el bueno.
Nos queda esperar el transcurso de las investigaciones sobre quienes han optado por la ambición sin límites, por la codicia infame, por el desprestigio a cambio de la riqueza para ellos y sus generaciones postreras.
(4)
El 31 de enero y el 01 de febrero del 2016 Orlando Guillén estuvo en Xalapa.
Lo invitó la UPAV y de manera particular su amigo Memo Zúñiga.
El vate leyó poesía de su obra cumbre de traducción: “Doce Poetas Catalanes del Siglo XX”.
Fue un acontecimiento histórico y como ocurre en estos casos será la historia quien recoja el tema porque sólo ojos de largo alcance como los del Rector de la UPAV aprecian estos menesteres al botepronto.
Tras ambas lecturas hubo un convivio muy sencillo, íntimo y breve entre los viejos amigos.
Se planeaba una exposición de la obra plástica de Rilke Guillén –hijo del poeta- que ya no se consumó por la ausencia de Don Guillermo.
“Hasta pronto memo” escribió Orlando…
Aquel encuentro fue un privilegio vital para el reportero.
Quedaron frases y risas para el futuro sarcástico sobre una realidad que invita a tal postura como refugio.
Recordé aquel encuentro y las figuras de Orlando Guillén y Guillermo Zúñiga hojeando textos sobre Patricio Redondo Moreno, el pedagogo que llegó a Coatzacoalcos en 1940 a través del barco Novara y escapando de un mundo al que calificó de “perverso o mediocre” y la historia recuerda como la Guerra Civil Española.
Por lo que hace a México, Veracruz y San Andrés Tuxtla el arribo de Patricio Redondo constituye un acontecimiento de muy altos vuelos, demasiados y sin límites en el ámbito de la pedagogía y la trascendencia humana.
Redondo Moreno no sólo introdujo la Pedagogía Freynet al país sino que nos dio, con su comportamiento de vida, un ejemplo de gigante.**
(5)
Poesía, Educación y Libertad.
El espacio es insuficiente para abundar sobre los tres personajes que nos alimentan al respecto.
(6)
“Me llamo Orlando/tengo hermanos vivos y muertos / padres que se pudren despacio para que no me olvide de su muerte”***
*https://poetassigloveintiuno.blogspot.mx/…/orlando-guillen-…
**http://www.taringa.net/…/3…/Homenaje-a-Patricio-Redondo.html
***http://www.proceso.com.mx/…/la-desmesura-poetica-de-orlando…