Campañas, políticos y construcción de ciudadanía

  • Eduardo Barrios

No hay peor momento para los políticos que el presente, sobre todo para los que acostumbran a recurrir a la demagogia o los que leen su discurso, pero ni idea de lo que hacen parados frente a las personas, las más de las veces, acarreadas.

Tómelo con calma, ya estamos en pleno proceso electoral y vendrán eventualmente las famosas “promesas de campaña” (aplausos), no vamos a molestarnos aquí porque ya tenemos algo de conocimiento sobre los procedimientos de los políticos, pero definitivamente hay que reflexionar sobre este malestar generalizado, de un lado y otro de la vereda.

Aquí puede checar información sobre la elección de diputados en Veracruz: http://checadatos.mx/elecciones-en-veracruz-diputados-locales/, también elegiremos gobernador.

Con el malestar de la sociedad respecto de los políticos y su animadversión hacia todo lo que representa ese sector, justifican algunos –puede ser que usted también-, su apatía por lo político y con ello enarbolan la bandera de los “pinches políticos” para darle con la lengua hasta por debajo de las orejas, ni cómo ayudarles, prácticamente nada se puede refutar.

El problema es que en repetidas ocasiones, la sociedad confunde instituciones y leyes con personas. Varias veces lo he comentado con algunos amigos: el tema no es la falta de leyes o marcos normativos de instituciones, las instituciones se construyen en este a veces mal llamado paquete democrático que finalmente tienen un propósito ajeno a las mezquindades particulares de los llamados actores políticos y vaya que de melodramas saben mucho, sino, váyase usted a Twitter y vea la cibernovela de los “suspirantes”.

Usted debe estar enterado –por lo menos le llego el comentario de boca en boca- de que México es uno de los países con más regulaciones en el mundo, de que hay problemas legislativos, por supuesto; vaya usted a una sesión en el Congreso Local y lo comprobará, solo le sugiero que lleve un pañuelo y unas “palomitas”- si puede que sean grandes-, por aquello de que los diputados tienen la virtud de hacer reír, llorar y enojar a las personas en un solo episodio.

Pero le decía que se trata de reflexionar también como sociedad, ¿qué tipo de ciudadanos somos?, ¿cuánto nos involucramos?, ¿qué ofrecemos como alternativas de solución ante las problemáticas que nos aquejan?, son algunas preguntas básicas para mirar con otros ojos.

Hay una idea generalizada de que la política es para los políticos (de carrera) y que los demás solo debemos esperar a tener “buenos políticos” –alabado sea #SanAmerico- o elegir al/la que se vea más o menos honesto(a), pero eso sí, cuando tocan nuestros intereses salimos a dar cacerolazos o simplemente cerramos calles sin ser capaces de construir ciudadanía desde lo micro.

Le voy a platicar una historia, a ver si se le hace conocida.

Unos vecinos están inconformes porque el parque de su fraccionamiento está sucio y abandonado. Las autoridades no han dado respuesta y la zona devino peligrosa ante la falta de alumbrado público. Los vecinos siguen quejándose. Las autoridades dijeron que en breve atenderán el problema. Los vecinos siguen quejándose. Las autoridades señalaron que el mantenimiento del parque sale del presupuesto asignado para obra pública y por lo tanto habrá que posponer el mantenimiento. Los vecinos siguen quejándose. Titule la historia.

Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Ponga usted los ejemplos que quiera.

El asunto de las candidaturas independientes le viene a poner el acento a la percepción de los políticos como escoria y algunos ya lo aceptan, alimentando la idea de su inutilidad y corrupción –no cuestionamos la idea, dicen: cría fama- de quienes los detestan desde el sillón de su casa, ya nos quedó claro que tienen una mala imagen y descrédito a todas luces. Pero en algunos lugares se ha comenzado a ver el asunto de las candidaturas independientes como una oportunidad para adaptarse a los “nuevos ciudadanos”, ¿acaso lo fuimos antes?, tengo mis dudas al respecto. Una vez más, con la estrategia de los “candidatos independientes” nos inclinamos por la idea de la autoridad todopoderosa que solucionará de una vez y para siempre nuestros problemas, valdría la pena comenzar a involucrarse en la toma de decisiones, un proceso nada fácil que tendrá, sin duda, mucha resistencia, vale la pena intentarlo, quizá debamos comenzar a ser más sensatos y autorreflexivos respecto de nuestra acostumbrada forma de entender los escenarios.

Sobre los políticos convendría efectuar una observación de su ya conocida forma de proceder; incluida su tóxica práctica de venerar a sus padrinos, se gravaron bien la idea bastante popular de “ser siempre agradecidos”, se les olvidaron los límites y en nombre de la amistad y su agradecimiento dejan pasar vejaciones de toda índole porque: “que sigan robando, pero que salpiquen”, hay otro mejor “promete todo, pero no les digas para cuándo”. Definitivamente hay cosas que trabajar desde ambas trincheras. Los políticos deberían alimentar más la idea de dignificarse como profesionales y atender, hoy más que nunca, las demandas sociales, no subestimar al electorado y sobre todo al sector clave, la juventud tratando de  hacer del concepto independiente una moda o instrumento mágico que los transformará, de repente, en buenos políticos, hay lenguajes que no están hablando, el de redes por ejemplo, donde sus tropiezos son evidenciados una y otra vez, como le digo, vale la pena reflexionar.  Les invito a que me sigan en

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