Sucesión y decálogo del adiós

  • Rafael Arias Hernández

Faltan 627 días. 88 semanas. 21 meses.

Inexorable, el paso del tiempo no se detiene, ni regresará.                                  

La sucesión formal, la gubernamental  tiene fecha precisa que establece la ley,  para el cambio de encargados del poder ejecutivo y del legislativo, del gobierno estatal. Ni un día más.

La sucesión electoral, también está determinada por la ley y empezará después de las elecciones federales que, como es natural, sus resultados influirán en lo que sigue.

Pero la que está desde siempre presente,  es la  sucesión política, la inherente al comportamiento humano.

Dicen, con razón,  que se aceleró el día que la presente administración tomó posesión. Suspirantes y aspirantes empezaron a soñar, acariciar, preparar o simplemente trabajar la posibilidad de entrar en la contienda.

¿Y las necesidades y problemas de las y los veracruzanos?

CONTEXTO, REAL REALIDAD

Pero más allá de soñadores o realistas, de oportunistas o convencidos y de sus partidos políticos, franquicias electorales o simples concesionarios y mercaderes de las candidaturas al mejor postor. Más allá de los convencidos en dirigencia congruente, militancia responsable y compromiso ineludible con seguidores y simpatizantes. Ahí está la realidad, el contexto en el que se desarrollan éste y otros procesos importantes y hasta determinantes para la sociedad.

Contexto en el que múltiples voces y expresiones de  necesidades y  problemas sociales de hoy y de siempre se hacen presentes, para exigir atención y solución. Voces que no pueden ser ignoradas y que, de muchas maneras, se hacen escuchar y participan. Contexto que, en general se caracteriza ya, por aspectos, asuntos y problemas que en muchas formas condicionan o caracterizan la complejidad, dificultad, conflictividad y estabilidad social y gubernamental.

De ahí que tenga que mencionarse “el Decálogo del adiós”, acaso expresión de buenas intenciones, enfocado una vez más, a pretender convencer a la  desconfiada y sacrificada sociedad, de que ahora si, por enésima ocasión, se intentará una administración de las finanzas públicas seria y responsable, eficiente y competente. De resultados deseados y comprobados.

Lo cual, en sí,  es un reconocimiento público, abierto y tardío de un problema que todos saben se padece, que exigía y exige pronta y eficaz atención, por  innumerables daños y efectos negativos que ocasiona una cuestionada forma de administrar, presentar resultados y rendir cuentas.

En fin, si se trata de identificar orígenes y determinantes de la situación. Hay que  hablar de ellos, de responsables, autores o culpables; y, desde luego, de omisos, cómplices y encubridores.

OBLIGACIONES  PENDIENTES

Notorios, causas y orígenes del problema. Mientras el órgano de Simulación Superior, hace como que hace y  se entretiene en  funciones distractivas y secundarias,  como capacitar o simular,  y no atender al máximo su función principal; vigilar, fiscalizar y denunciar.

¿Qué hacer con ORFIS impulsor y apoyador de bursatilización y deuda?

Y, mientras, por su parte la Contraloría General, tampoco cumple con sus obligaciones centrales,  continúa en su labor de lavado y planchado, para remediar y remendar,  encubrir y justificar  lo imposible de ocultar.

Sencillamente, sucede lo esperado, la Auditoría Superior de la Federación coloca a Veracruz en un no agradable y recomendable primer lugar en observaciones; que repetidas en similares o diferentes formas,  por lo menos desde hace diez años, comprueba que es  poco o insuficiente lo que se ha hecho al respecto.

Así que más allá de lo incompleto y retrasado; más allá de la buena intención de atender y resolver un problema administrativo y financiero,  es previsible decir que la sucesión en Veracruz se caracterizará tanto por la enfermedad, como por el remedio que se pretende aplicar. Sólo queda un presupuesto, de 2016,  anticipadamente recortado, limitado…

Es más, urge asegurar acciones concretas y no quedarse en declaraciones y buenas intenciones, debe señalarse que los responsables de hacer efectivo dicho decálogo y las medidas y acciones que le acompañen, deben actuar en congruencia, con efectividad y resultados tangibles.

Exigir por un lado, a dependencias que habrán de aplicar; y por otro a las que supuestamente están a cargo del seguimiento y control; y, desde luego, precisar objetivos, plazos, metas e indicadores, para evaluar.

Porque también es posible adelantar que habrá mayor presencia de múltiples y variadas formas de participación e inconformidad social.

*Academico.IIESES-UV@RafaelAriasH

Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez.

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Rafael Arias Hernández

Actualmente es Investigador del IIESES y maestro de la Facultad de Economía de la UV.

Cuenta con  Licenciatura en Economía, por la Universidad Veracruzana. Obtuvo mención honorífica Cum Laude.  Maestría en Economía con especialización en Desarrollo Regional y sub especialización en Historia del Pensamiento Económico. Salt Lake City, Utah. USA. Diplomado por la U.V. en “Habilidades del Pensamiento”.  Alta Dirección AD2 Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas. (IPADE). Becario en los programas Lincon-Juárez y LASPAU.  Asesor académico y maestro de Enseñanza Media, Esc. De Bachilleres Noc. “Art. 3º Constitucional”, Xalapa, Ver. Maestro en la Facultad de Economía, y de la Maestría en Desarrollo Regional. Historia Económica, Desarrollo Económico, Desarrollo Regional, Taller de Investigación, Metodología, Habilidades del Pensamiento y otras cátedras. Maestro en “Técnicas de Debate” de la maestría en Acción Política y Administración Pública, de la Universidad Anáhuac. Xalapa, Ver.

Director General Técnico y Secretario General de la Universidad Veracruzana.

En el Gobierno Federal, fue Delegado Estatal de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial en Veracruz, y Director de Desarrollo Regional en SPP. En el Gobierno del Estado de Veracruz ha sido Asesor Económico, Jefe de Prensa y Comunicación Social, Director General del Instituto Veracruzano de Cultura, Director General de Industria, Comercio y Estadística, Coordinador de Participación Ciudadana, Coordinador Ejecutivo del Comité de Planeación para el Desarrollo (COPLADEVER). SEFIPLAN, (2010)

Miembro de diversas Asociaciones Civiles y ciudadanas, como el Colegio de Urbanistas y Planificadores, el Colegio de Economistas; la Fundación Cambio XXI A. C.; y de la Fundación Colosio A.C. Colaborador de diversas revistas y publicaciones académicas. Articulista de diversos periódicos, y de otros medios de comunicaciones nacionales, estatales y municipales.