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Convertí mi dolor en fortaleza: Belén, buscar un hijo y decenas de desaparecidos

  • Heidi Castellanos
Belén González fue pionera en conformar un colectivo de búsqueda en el sur de Veracruz, tras la desaparición de su hijo Jacob en 2015

Coatzacoalcos, Ver.- Sin perder la fe y rogando a Dios tener nuevamente entre su regazo a su hijo, Belén González Medrano sigue en pie de lucha en la búsqueda por encontrar a Jacob Vicente Jiménez González en el sur de Veracruz.

A sus 58 años, la mujer originaria de Coatzacoalcos, alienta y ayuda con resiliencia a otras madres para que no pierdan la esperanza de encontrar a sus hijos desaparecidos. A Belén la describen como una líder natural que alza la voz cuando es necesario y que trabaja más que las autoridades.

“Mi dolor lo volví fortaleza para no caer, para no perderme en la locura y desesperación, me volví resiliente, ayudar a personas que están viviendo, el dolor que llevamos me ayuda a seguir adelante, mi sed de verdad, de justicia y el amor por encontrarlos me hace fuerte por fuera, aunque por dentro viva destrozada sin una parte de mi ser, ayudar a mis hermanas de dolor es fortaleza para mí”, dice.

Desde hace siete años, Belén tomó palas, varillas y zapatos de trabajo para buscar a su hijo, quien fue víctima de desaparición forzada junto con otras personas el 25 de septiembre de 2015, durante el operativo de seguridad Blindaje Coatzacoalcos.

PIONERA EN CONFORMAR COLECTIVOS DE BÚSQUEDA EN EL SUR

Belén González Medrano fue pionera en conformar un colectivo de búsqueda de personas desaparecidas en la zona sur del estado. La mujer narra que se enfrentó a la burocracia política y a las deficiencias de las autoridades en una época en la que no existía la Comisión Estatal de Búsqueda de Veracruz (CEBV) ni una fiscalía especializada

Revictimizada por la sociedad, la mujer continúa buscando a su hijo Jacob. Junto a otras madres hizo su primera aparición pública como buscadora en 2016 y un año después conformó el colectivo Madres en Búsqueda “Belén González”. Desde entonces, busca en cualquier lugar donde haya indicios de fosas clandestinas.

“A partir de la desaparición de mi hijo nos vamos encontrando en el camino personas que sufren también la desaparición de un familiar y con algunas coincidimos que fue en el operativo del 25 de septiembre y nos vamos uniendo.
 

Al inicio yo lo busqué por mis propios medios, porque nadie lo buscaría como una madre busca lo más amado que le han arrebatado, tampoco existía una comisión de búsqueda, no había una fiscalía especializada”, recordó.

Belén recuerda que, antes de la desaparición de su hijo, eran una familia feliz, con carencias y con problemas como cualquier otra, pero completos. Tenía un negocio propio y, de pronto, todo cambió. Cambiaron sus amigos, la familia, sus necesidades y planes de vida.

“Todo cambió sin previo aviso, sin pensarlo me desgraciaron la vida”, manifiesta.

Belén tiene capacitaciones en temas forenses, jurídicos y derechos humanos para ayudar a otras. Se ha dedicado a buscar entre la tierra, la maleza, ríos y predios de Coatzacoalcos, Chinameca, Minatitlán, Cosoleacaque, Acayucan y el norte de Veracruz.

La mujer ya buscó a su hijo y a otras personas desaparecidas en otros estados como Oaxaca y lugares peligrosos, sin embargo, dice que con su ilusión por volver a ver a Jacob lo buscaría, si fuera posible, en el fin del mundo.

“Me vi obligada a aprender cosas que nunca me imaginé, este aprendizaje ha sido gracias al Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, que son mis asesores en todo el proceso, tanto del estado como federal, a Organizaciones No Gubernamentales como Serapaz, también al Comité Internacional de la Cruz Roja, que nos ha nutrido en talleres, a personas solidarias que he conocido en este camino”, explica.

La desaparición de su hijo también marco a los hermanos de Jacob y a su nieto. Aunque tenga al resto de su familia, para Belén su corazón estará incompleto mientras él falte.

AUTORIDADES RECONOCIERON DESAPARICIÓN FORZADA

Belén jamás permitió que hablaran mal de su hijo e hizo todo lo posible por demostrar que fueron policías los que, sin ninguna razón, desaparecieron a Jacob y otras personas. En junio de 2022, el gobierno de Veracruz reconoció públicamente que su hijo Jacob Vicente, Abraham Elester, Camilo Efraín y Carlos Arturo fueron desaparecidos por elementos de la Policía Estatal en el municipio de Coatzacoalcos

Las autoridades pidieron disculpas a las madres y padres de las jóvenes. Aunque las aceptaron, Belén tomó el micrófono y acusó ineficiencia de la Fiscalía General del Estado (FGE), falta de diálogo con el gobernador Cuitláhuac García y nulos resultados del programa de violaciones graves de derechos humanos en materia de desaparición de personas, que el mandatario presentó al inicio de su administración. También denuncio los abusos que presuntamente policías continúan cometiendo.

“Una disculpa no sirve de nada cuando el daño está hecho, que esto sirva para que hagan conciencia, para que se toquen el corazón antes de desbaratar familias, para que no haya más impunidad y todos los que usen un uniforme para actos criminales no escapen a la justicia”, expuso en ese momento. 

 

HASTA ENCONTRARLO

Desde que inició la búsqueda para encontrar a su hijo, Belén subió 30 kilos. No saber nada de Jacob le provocó depresión y ansiedad, acude al psicólogo y al psiquiatra para fortalecer su mente y cumplir la frase que siempre lanza en marchas, memoriales y manifestaciones: “hasta encontrarte”.

“El mensaje a toda persona que tenga un familiar desaparecido es que no se rindan, que no claudiquen, que no se cansen de buscar, Dios nos da las herramientas, hay que saber usarlas, que cuando intenten callarlas que griten más fuerte '¿dónde están?' Porque en algún lugar y momento los vamos a encontrar”, sentencia.