Falta poco para conmemorar el Día de Muertos, en los cuales salen a relucir los platillos más importantes de las diversas regiones de Veracruz, que serán deliciosas ofrendas para los altares de muertos, y entre estos alimentos están dos que seguramente no has probado: el atole de nalga y los tamales de pedo.

Si te causa curiosidad saber sobre estas comidas, te lo explicamos:

Tamal de pedo

La receta del tamal de pedo es simple, se trata de un tamal de masa de maíz, con frijol y pepitas de calabaza. En la localidad de Paso de Ovejas la masa del tamal se mezcla con el frijol y las pepitas, mientras que en Apazapan, los frijoles y el pipián de pepita se preparan por separado, y se ponen dentro de la masa de maíz.

Asimismo, este tamal puede rellenarse con verduras, carne de puercos y salsas de chiles secos. Como todos los platillos de México, en cada región la receta cambia un poco, pero la base y los ingredientes primordiales son los mismos.

Tras “armar” la masa y el relleno, sobre una hoja de plátano, este se cierra y enrolla, y se pone a cocer en una vaporera. Como todos los tamales, no solo se prepara uno solo, sino varias decenas al mismo tiempo.

La receta como se hace en Paso de Ovejas, también puede rellenarse con ejotes y chayote, mientras que en Apazapan se preparan con habichuelas.

La receta, así como sus diferencias entre regiones fueron investigados en un estudio sociológico de la Universidad Veracruzana dirigido por la investigadora Adlay Reyes.

El nombre de este tamal alude a las presuntas propiedades gaseosas que provoca en el cuerpo luego de consumirlo, debido a que los ingredientes que contiene, en especial las habas, frijoles y ejotes, son conocidos por aumentar la cantidad de gases en el instestino.

Atole de nalga

Por otra parte, el atole de nalga es un preparado dulce que se come como postre; sin embargo, no es como estamos acostumbrados a tomarlos en todo el país. Esta “bebida” se prepara con maíz negro, chocolate y piloncillo, pero su a pesar de ser solo dos ingredientes, su preparación es prolongada. 

El maíz debe meterse a remojar en agua durante un lapso de uno a cuatro días, luego de esto, el maíz se muele y se cuela con un paño para obtener solo una masita suave.

Tras esto, se coloca en una cazuela en donde se agrega el chocolate y el piloncillo, y se integran los tres ingredientes hasta hacer una mezcla homogénea y suave. Al terminar, se deja reposar para que la mezcla se vuelva espesa.

Pese a que se llama atole, es un postre que se sirve en plato, y su nombre se debe a que al servirse, la mezcla se aplana y aparenta una nalga humana. Estos dos curiosos alimentos son puestos generalmente durante temporada de Día de Muertos, por lo que los difuntos también pueden disfrutar de esta deliciosa comida veracruzana.

ys