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Boleando zapatos, José trabaja a sus 80 años en el zócalo de Veracruz

  • Ángel Cortés Romero
José Luis ha trabajado 12 horas diarias desde hace 17 años boleando zapatos en el zócalo de Veracruz

“¡Maceda!”, lo saludan a lo lejos y en voz alta las personas que caminan por el zócalo de Veracruz. José Luis responde al saludo desde su silla mientras chopea un pan en su café. Lo toma en una taza de peltre ya desgastada.

A sus 79 años, José Luis Maceda Mora trabaja durante 12 horas diarias boleando zapatos en el zócalo de la ciudad de Veracruz. Esa es su vida desde hace 17 años, después de la muerte de su primera esposa y la quiebra de la empresa donde trabajaba como agente de ventas.

“Hay días buenos y malos, sale para vivir, sale para poder comer, lo que hay que hacer es trabajar”, dice Maceda, como lo conocen sus clientes. 

Todas las mañanas viaja en un camión urbano desde la colonia Adalberto de Tejeda, de Boca del Río, hasta el centro de Veracruz. A las siete de la mañana instala su silla para bolero en el zócalo de la ciudad. Ahí permanece hasta que dan las siete de la noche para volver a casa.

José Luis – delgado, de piel morena, cabello y bigote canoso – es uno de los cinco millones 848 mil 497 personas de más de 60 años que, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), aún trabajan en México.

El 70 por ciento trabajan en la informalidad y 49 de cada 100 lo hacen por su cuenta, como Maceda. El adulto mayor, originario de Córdoba, carece de seguridad social y tampoco tiene un ingreso fijo. El dinero que gana depende de la cantidad de zapatos que bolee al día.

“La boleada la cobro dependiendo de cómo venga el zapato; si le hace falta tinta, pues 40 o 50 pesos; pero es variable, no es seguro”, comenta.

José Luis reconoce que a sus casi 80 años es una persona de escasos recursos, pero asegura que trabajaría, aunque tuviera dinero. “Para mí el trabajo es salud, cuando estás encerrado te avejentas, te oxidas, no haces nada; hoy los jóvenes no quieren trabajar”.

 

“PERDÍ TODO CON LA DEVALCUACIÓN”

José Luis Maceda Mora perdió todo tras la devaluación del peso mexicano en 1993. Durante 40 años hizo dinero trabajando como agente de ventas en una empresa de refacciones automovilísticas, pero la crisis económica lo dejó hasta sin casa.

El gobierno federal del priista Carlos Salinas de Gortari reemplazó la moneda por el “nuevo peso” en 1993, tras lo cual mil pesos se convirtieron en un nuevo peso mexicano. La situación para los mexicanos empeoró con la crisis económica de 1994, durante los primeros días de la administración de Ernesto Zedillo Ponce de León.

“Yo no era bolero, era agente de ventas, hice mucho dinero, pero ya no tiene caso hablar de eso. Quise volver al viaje y, luego, por la edad, ya nadie me daba trabajo. El problema en México es que ya te ven de 40 y ya no tienes trabajo”, señala.

Los años siguientes fueron difíciles para Maceda debido a la crisis económica y a la muerte de su primera esposa. Ahora vive solo en una casa que renta en el municipio de Boca del Río. Sus dos hijos, José Luis y María de la Luz, ambos con casi 50 años, viven en la Ciudad de México.

Aunque el trabajo como bolero es poco desde la pandemia de la covid-19, José Luis se ayuda con el dinero que le mandan sus hijos y con lo que recibe cada bimestre por la Pensión del Bienestar para los Adultos Mayores que le entrega el gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

Pues ahorita el trabajo está un poco flojo por la situación económica. El covid nos ha perjudicado; la pandemia nos perjudicó bastante”, expresa.

Acostumbrado a la escasez de trabajo y dinero, el adulto mayor se recupera poco a poco de la crisis económica que sufrió a causa de la pandemia. La contingencia sanitaria lo llevó a trabajar como albañil a sus casi 80 años, pero su fortuna, afirma, es que está libre de enfermedades.

 

ch